/ miércoles 22 de abril de 2020

Morena y sus desafíos en Sinaloa para 2021

La popularidad de López Obrador ha descendido 20 por ciento en menos de un año. Dado que Morena se construyó en torno a su persona, ¿el debilitamiento del presidente se traducirá en una merma para su partido? ¿Qué desafíos y qué desgaste puede enfrentar Morena para 2021 especialmente en Sinaloa?

A río revuelto, ganancia de pescadores, suele decirse. Toda posición perdida equivale necesariamente a una posición ganada por otra fuerza política. Y eso, sin duda, ya está en la mente del resto de los actores políticos.

Las encuestas no adivinan ni pretenden adivinar el futuro. Decir que aquello ocurrirá puede resultar en un vergonzoso error. Mil cosas pueden pasar y muchas variables inesperadas pueden, mientras tanto, surgir. Pero lo que sí podemos –con toda prudencia– valorar son los escenarios posibles y ver lo que está en juego.

Morena nació apenas en 2014 y no solo se convirtió en el partido más fuerte del país, sino que en Sinaloa también ocupa una posición destacada a raíz de la victoria de 2018. El Congreso Estatal de Sinaloa está compuesto por 40 diputados locales, de los cuales 22 son de Morena, además de 3 del PT y 1 del PES que –recordemos– formaron parte de la coalición Juntos Haremos Historia y en los hechos son parte del mismo movimiento. De los 18 municipios sinaloenses, 7 están en manos de Morena.

En la Cámara de Senadores, dicho partido cuenta con 2 senadores (de los 3 a que tiene derecho Sinaloa). En cuanto a los diputados federales, tan solo por el estado de Sinaloa, cuenta con 8 diputados (5 de mayoría relativa y 3 de representación proporcional) y 2 del PT, de un total de 7 distritos (mientras que el resto de partidos tiene una representación prácticamente nula en lo que a Sinaloa se refiere).

Para quienes desconfían de las encuestas, hay que decir que son indispensables en las democracias modernas, que el propio presidente las invoca cuando le apetece y que hay buenas y malas encuestas. Hace un año, las encuestadoras mostraban que la popularidad de López Obrador rondaba los cielos con un 80 por ciento (Buendía y Laredo, Parametría, BGC, El Financiero, El Universal, Consulta Mitofsky, etc.). En cambio, en marzo de este año, el Poll of polls de Oraculus refleja un descenso al 59 por ciento.

Las pendientes más pronunciadas ocurrieron, en octubre de 2019, con la liberación de Ovidio Guzmán y, en marzo de 2020, con las muestras de insensibilidad del presidente hacia las protestas de las mujeres contra violencia machista. La popularidad ha disminuido entre universitarios y jóvenes –que son más críticos–, y se mantiene entre personas mayores y con menor educación. La preferencia de la ciudadanía por Morena –comparada con la presidencial– es menor y ha venido también a la baja (de 46 por ciento en abril de 2019 a 33 por ciento en enero de 2020 y a 18 por ciento a principios de abril de 2020).

¿Qué ocurrirá en Sinaloa en las elecciones de 2021? Imposible saberlo. Sin embargo, sí podemos recordar que las elecciones locales suelen tener sus dinámicas propias; que es posible que Morena no deje de ser la primera fuerza política, pero sí con un margen más reducido; que por lo tanto quizás volvamos a las votaciones fragmentadas; que las elecciones de 2021 en realidad arrancan en 2020 y que los políticos sinaloenses –a sabiendas que hay reelección– ya están pensando en ello; que a los sinaloenses lo que más les preocupa es la seguridad y la economía; y que mucho dependerá del buen o mal manejo que el presidente haga de la crisis sanitaria y económica derivada del coronavirus.

La popularidad de López Obrador ha descendido 20 por ciento en menos de un año. Dado que Morena se construyó en torno a su persona, ¿el debilitamiento del presidente se traducirá en una merma para su partido? ¿Qué desafíos y qué desgaste puede enfrentar Morena para 2021 especialmente en Sinaloa?

A río revuelto, ganancia de pescadores, suele decirse. Toda posición perdida equivale necesariamente a una posición ganada por otra fuerza política. Y eso, sin duda, ya está en la mente del resto de los actores políticos.

Las encuestas no adivinan ni pretenden adivinar el futuro. Decir que aquello ocurrirá puede resultar en un vergonzoso error. Mil cosas pueden pasar y muchas variables inesperadas pueden, mientras tanto, surgir. Pero lo que sí podemos –con toda prudencia– valorar son los escenarios posibles y ver lo que está en juego.

Morena nació apenas en 2014 y no solo se convirtió en el partido más fuerte del país, sino que en Sinaloa también ocupa una posición destacada a raíz de la victoria de 2018. El Congreso Estatal de Sinaloa está compuesto por 40 diputados locales, de los cuales 22 son de Morena, además de 3 del PT y 1 del PES que –recordemos– formaron parte de la coalición Juntos Haremos Historia y en los hechos son parte del mismo movimiento. De los 18 municipios sinaloenses, 7 están en manos de Morena.

En la Cámara de Senadores, dicho partido cuenta con 2 senadores (de los 3 a que tiene derecho Sinaloa). En cuanto a los diputados federales, tan solo por el estado de Sinaloa, cuenta con 8 diputados (5 de mayoría relativa y 3 de representación proporcional) y 2 del PT, de un total de 7 distritos (mientras que el resto de partidos tiene una representación prácticamente nula en lo que a Sinaloa se refiere).

Para quienes desconfían de las encuestas, hay que decir que son indispensables en las democracias modernas, que el propio presidente las invoca cuando le apetece y que hay buenas y malas encuestas. Hace un año, las encuestadoras mostraban que la popularidad de López Obrador rondaba los cielos con un 80 por ciento (Buendía y Laredo, Parametría, BGC, El Financiero, El Universal, Consulta Mitofsky, etc.). En cambio, en marzo de este año, el Poll of polls de Oraculus refleja un descenso al 59 por ciento.

Las pendientes más pronunciadas ocurrieron, en octubre de 2019, con la liberación de Ovidio Guzmán y, en marzo de 2020, con las muestras de insensibilidad del presidente hacia las protestas de las mujeres contra violencia machista. La popularidad ha disminuido entre universitarios y jóvenes –que son más críticos–, y se mantiene entre personas mayores y con menor educación. La preferencia de la ciudadanía por Morena –comparada con la presidencial– es menor y ha venido también a la baja (de 46 por ciento en abril de 2019 a 33 por ciento en enero de 2020 y a 18 por ciento a principios de abril de 2020).

¿Qué ocurrirá en Sinaloa en las elecciones de 2021? Imposible saberlo. Sin embargo, sí podemos recordar que las elecciones locales suelen tener sus dinámicas propias; que es posible que Morena no deje de ser la primera fuerza política, pero sí con un margen más reducido; que por lo tanto quizás volvamos a las votaciones fragmentadas; que las elecciones de 2021 en realidad arrancan en 2020 y que los políticos sinaloenses –a sabiendas que hay reelección– ya están pensando en ello; que a los sinaloenses lo que más les preocupa es la seguridad y la economía; y que mucho dependerá del buen o mal manejo que el presidente haga de la crisis sanitaria y económica derivada del coronavirus.