/ viernes 19 de abril de 2024

La Voz del Cácaro |¡Ahí va el Agua!

A unas cuantas semanas de que ocurran las elecciones para escoger quién gobernará la Ciudad de México, los demonios andan sueltos. Los hallazgos de cadáveres baleados en la alcaldía Iztapalapa y el escándalo del agua contaminada en la alcaldía Benito Juárez, han hecho que los chilangos volteen a ver a Santiago Taboada, candidato del PRIANPRD, quien prometió, precisamente en Iztapalapa, que si gana la ciudad, realizará la “inversión más grande en agua” que se haya visto. ¿Y Clara Brugada?

Los morenistas no son precisamente hábiles en eso de manejar las crisis que se les vienen encima. Y vaya que no son pocas. El manual de la 4T es muy claro: si tu compañero de partido la riega, tienes que salir a defenderlo. No importa que el error sea garrafal. Claro que si la prensa chayotera y malvibrosa te acorrala, y te ves obligado a defender lo indefendible, échale la culpa al de enfrente. Mejor si es de la oposición. Al menos, así saldrás de la bronca y no quedarás como un ingrato con el partido que te llevó al poder y al billete. Hace unos días, Clara Brugada, candidata de Morena al gobierno de la Ciudad de México, fiel a su cepa morenista, aplicó la del manual. En entrevista banquetera exigió que no se use el escándalo del agua para desprestigiar al gobierno del compañero Martí Batres, sustituto de Claudia Sheinbaum como jefe de Gobierno. Y luego fue más lejos, sugirió que el agua, con hedor a gasolina, pudo haber sido contaminada intencionalmente.

Lo que Brugada no previó, es que sus declaraciones, no sólo hicieron encanijar más a los habitantes de las colonias clasemedieras donde el agua sale pestilente del grifo, sino que le abrió la puerta a Taboada para lucirse con el respetable. Ni tardo ni perezoso, el prianista-perredista se apersonó en Iztapalapa, durante el mitin de una de sus compañeras de partido, y prometió que llevará agua de calidad y drenaje a las colonias más castigadas. Ya de refilón se aventó a decir que además realizaría la inversión, en agua, más grande que ha tenido la ciudad. Salió más canijo que bonito.

Promesas oportunas, debajo del ardiente sol chilango, en tiempos en los que la ciudad se debate entre la escasez del agua y los señalamientos de que, durante décadas de gobiernos de izquierda, se hizo muy poco por crear y mantener una red hidráulica de calidad. Algo muy parecido a lo que ocurre con el Metro, que por cierto, se está cayendo a pedazos.

Agua sube, agua baja

La estrategia de Taboada, de hacer promesas en Iztapalapa, parece haberle funcionado. Según las mentadas encuestas, a unos días del próximo debate por la Jefatura de Gobierno de CDMX, Carla Brugada ha perdido terreno en su liderazgo, pues tiene 53% de las preferencias, cuando llegó a tener 59%. Taboada se mantiene abajo sólo por 13 puntos. Cosa que podría cambiar a su favor, si en el próximo debate logra endulzarle el oído a los chilangos con la promesa de que la escasez de agua dejará de ser una de sus pesadillas. Eso sí, cuando vemos alguno de esos edificios de departamentos en construcción, con varios pisos de altura, es imposible no preguntarse de dónde diablos irán a salir los millones de litros de agua que se requieren para abastecer, durante años, a tal cantidad de gente. Pareciera imposible. Pero para eso son las campañas políticas, para decirle al pueblo todo lo que quiere escuchar. Y que jamás sucederá.

¡Aguas!

Si el agua es un tema que podría llegar a definir la elección en la Ciudad de México, la inseguridad es el otro. Más allá de los datos y estrategias que nos presume Claudia Sheinbaum, sobre cómo logró bajar la criminalidad, lo cierto, lo real, es que la maña está acechando a la vuelta de la esquina. Balaceras y levantones han mostrado en toda su crudeza un delito que afecta a comerciantes y dueños de changarros de toda la ciudad: la extorsión. Hoy cualquier pelado, a nombre de algún cártel, el que se le ocurra, va y cobra derecho de piso al primer changarro que se cruza en su camino. Lo hace porque sabe que si lo agarran en la maroma, la bronca se puede parar con dinero. Asimismo, sirve de muy poco denunciar un delito, si no hay billete de por delante. Muchos chilangos saben, por experiencia propia, que para echar a andar la maquinaria de la justicia selectiva y, ser atendido por el Ministerio Público, primero hay que aflojar entre quince y treinta mil pesos, a modo de enganche. Ya lo demás, digamos, otros cuarenta o cincuenta mil pesos, se irán pagando en cómodas parcialidades. En la Ciudad de México, ser víctima de la inseguridad y necesitar de la justicia, puede ser un trago muy amargo.

Si el río suena, agua lleva

En un país centralista, como México, la ciudad capital es de enorme importancia para cualquier partido que esté en el poder. No podría entenderse a un gobierno poderoso, si no tiene de su lado a la Ciudad de México. Por ello, perder la ciudad en la próxima elección, significaría un tremendo golpe para el obradorismo. Sería, entre muchas desgracias, como cerrar la caja chica, que tanto dinero le dio, primero al PRD, y luego a Morena, para financiar campañas y candidatos durante veintitantos años. Pero nada permanece, todo cambia.

En este sentido, Taboada se presentará al próximo debate, del 21 de abril, con el escándalo del agua contaminada de la alcaldía Benito Juárez a su favor. Un debate en el que precisamente se discutirá el tema del agua en la ciudad, además de la transparencia y el combate a la corrupción. Ya veremos cómo responde Brugada. Quizá está vez haga falta más que una retahíla de slogans publicitarios y devaneos telenoveleros para ganarle al güero del PRIANPRD. Eso sí, si Brugada insiste, como en el primer debate, en defender y alabar las gestiones de gobiernos anteriores, esta vez podría terminar salpicada.

A unas cuantas semanas de que ocurran las elecciones para escoger quién gobernará la Ciudad de México, los demonios andan sueltos. Los hallazgos de cadáveres baleados en la alcaldía Iztapalapa y el escándalo del agua contaminada en la alcaldía Benito Juárez, han hecho que los chilangos volteen a ver a Santiago Taboada, candidato del PRIANPRD, quien prometió, precisamente en Iztapalapa, que si gana la ciudad, realizará la “inversión más grande en agua” que se haya visto. ¿Y Clara Brugada?

Los morenistas no son precisamente hábiles en eso de manejar las crisis que se les vienen encima. Y vaya que no son pocas. El manual de la 4T es muy claro: si tu compañero de partido la riega, tienes que salir a defenderlo. No importa que el error sea garrafal. Claro que si la prensa chayotera y malvibrosa te acorrala, y te ves obligado a defender lo indefendible, échale la culpa al de enfrente. Mejor si es de la oposición. Al menos, así saldrás de la bronca y no quedarás como un ingrato con el partido que te llevó al poder y al billete. Hace unos días, Clara Brugada, candidata de Morena al gobierno de la Ciudad de México, fiel a su cepa morenista, aplicó la del manual. En entrevista banquetera exigió que no se use el escándalo del agua para desprestigiar al gobierno del compañero Martí Batres, sustituto de Claudia Sheinbaum como jefe de Gobierno. Y luego fue más lejos, sugirió que el agua, con hedor a gasolina, pudo haber sido contaminada intencionalmente.

Lo que Brugada no previó, es que sus declaraciones, no sólo hicieron encanijar más a los habitantes de las colonias clasemedieras donde el agua sale pestilente del grifo, sino que le abrió la puerta a Taboada para lucirse con el respetable. Ni tardo ni perezoso, el prianista-perredista se apersonó en Iztapalapa, durante el mitin de una de sus compañeras de partido, y prometió que llevará agua de calidad y drenaje a las colonias más castigadas. Ya de refilón se aventó a decir que además realizaría la inversión, en agua, más grande que ha tenido la ciudad. Salió más canijo que bonito.

Promesas oportunas, debajo del ardiente sol chilango, en tiempos en los que la ciudad se debate entre la escasez del agua y los señalamientos de que, durante décadas de gobiernos de izquierda, se hizo muy poco por crear y mantener una red hidráulica de calidad. Algo muy parecido a lo que ocurre con el Metro, que por cierto, se está cayendo a pedazos.

Agua sube, agua baja

La estrategia de Taboada, de hacer promesas en Iztapalapa, parece haberle funcionado. Según las mentadas encuestas, a unos días del próximo debate por la Jefatura de Gobierno de CDMX, Carla Brugada ha perdido terreno en su liderazgo, pues tiene 53% de las preferencias, cuando llegó a tener 59%. Taboada se mantiene abajo sólo por 13 puntos. Cosa que podría cambiar a su favor, si en el próximo debate logra endulzarle el oído a los chilangos con la promesa de que la escasez de agua dejará de ser una de sus pesadillas. Eso sí, cuando vemos alguno de esos edificios de departamentos en construcción, con varios pisos de altura, es imposible no preguntarse de dónde diablos irán a salir los millones de litros de agua que se requieren para abastecer, durante años, a tal cantidad de gente. Pareciera imposible. Pero para eso son las campañas políticas, para decirle al pueblo todo lo que quiere escuchar. Y que jamás sucederá.

¡Aguas!

Si el agua es un tema que podría llegar a definir la elección en la Ciudad de México, la inseguridad es el otro. Más allá de los datos y estrategias que nos presume Claudia Sheinbaum, sobre cómo logró bajar la criminalidad, lo cierto, lo real, es que la maña está acechando a la vuelta de la esquina. Balaceras y levantones han mostrado en toda su crudeza un delito que afecta a comerciantes y dueños de changarros de toda la ciudad: la extorsión. Hoy cualquier pelado, a nombre de algún cártel, el que se le ocurra, va y cobra derecho de piso al primer changarro que se cruza en su camino. Lo hace porque sabe que si lo agarran en la maroma, la bronca se puede parar con dinero. Asimismo, sirve de muy poco denunciar un delito, si no hay billete de por delante. Muchos chilangos saben, por experiencia propia, que para echar a andar la maquinaria de la justicia selectiva y, ser atendido por el Ministerio Público, primero hay que aflojar entre quince y treinta mil pesos, a modo de enganche. Ya lo demás, digamos, otros cuarenta o cincuenta mil pesos, se irán pagando en cómodas parcialidades. En la Ciudad de México, ser víctima de la inseguridad y necesitar de la justicia, puede ser un trago muy amargo.

Si el río suena, agua lleva

En un país centralista, como México, la ciudad capital es de enorme importancia para cualquier partido que esté en el poder. No podría entenderse a un gobierno poderoso, si no tiene de su lado a la Ciudad de México. Por ello, perder la ciudad en la próxima elección, significaría un tremendo golpe para el obradorismo. Sería, entre muchas desgracias, como cerrar la caja chica, que tanto dinero le dio, primero al PRD, y luego a Morena, para financiar campañas y candidatos durante veintitantos años. Pero nada permanece, todo cambia.

En este sentido, Taboada se presentará al próximo debate, del 21 de abril, con el escándalo del agua contaminada de la alcaldía Benito Juárez a su favor. Un debate en el que precisamente se discutirá el tema del agua en la ciudad, además de la transparencia y el combate a la corrupción. Ya veremos cómo responde Brugada. Quizá está vez haga falta más que una retahíla de slogans publicitarios y devaneos telenoveleros para ganarle al güero del PRIANPRD. Eso sí, si Brugada insiste, como en el primer debate, en defender y alabar las gestiones de gobiernos anteriores, esta vez podría terminar salpicada.