“Con la temporada de gripe del hemisferio norte acercándose, y con el aumento de casos y hospitalizaciones, muchos países se encuentran luchando por encontrar el equilibrio adecuado entre proteger la salud pública, proteger la libertad personal y proteger sus economías. Los llamados bloqueos y el impacto en los viajes y el comercio mundial ya han cobrado un precio tan alto” (Tedros Adhanom - Director general de la Organización Mundial de la Salud)
Actualmente se cuentan más de un millón de victimas de Covid-19 en el mundo, y de cada persona que la humanidad ha perdido se podrían escuchar historias tristes con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada. Las estadísticas y los números no reflejan el dolor, la dificultad y sufrimiento de las familias que además de Covid-19, sufren el dolor de ver a sus seres queridos por última vez y no poder despedirse de sus familiares.
Las proyecciones de propagación del virus y número de decesos han resultado inexactas en todo el mundo, la confusión y la incertidumbre imperan en todo lo relacionado a Covid-19. La incertidumbre ante la necesidad de respuestas y la velocidad de propagación del virus producen desconfianza a las razones que nos ofrece la ciencia. Se han publicado estudios que tienen impacto político e influencian políticas de salud en los países. La ciencia se ve obligada a encontrar respuestas y resultados en poco tiempo. Estudios publicados han causado polémica y controversia que en algunos casos se han retirado de las revistas como fue en caso de un estudio que analizaba la efectividad de la cloroquina. Las personas no reconocen la importancia de las medidas de confinamiento y salen a reuniones multitudinales como la que ocurrió el domingo pasado en Cosalá. Otros se resisten a usar el cubrebocas y tienen conflictos con personal de vigilancia en centros comerciales y plazas como se observa en algunos vídeos mientras en otros países hasta se organizan marchas contra el uso de los cubrebocas. La información ayuda a entender los fenómenos que nos rodean y tomar decisiones más adecuadas.
Está en proceso la evaluación de al menos cuatro vacunas con miras a ser aceptadas. Uno de los primeros países en probar la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, es Brasil. Un artículo de Herton Escobar publicado en la revista Nature se explica que el proyecto de evaluación de la vacuna en en Brasil, está dirigido por la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp).
Andrew Pollard, director del Grupo de Vacunas de Oxford e investigador principal de la vacuna SARS-CoV-2 ensayos dijo que eligió a Brasil para las pruebas "debido a la red de investigadores experimentados y comprometidos que pueden apoyar la realización de ensayos clínicos de alta calidad en la región". Se ofrecieron a participar más de 30 000 personas y hasta ahora se han inscrito a 4600 de un total de 10 000 que se pretende enrolar. El ensayo está dirigido a profesionales de la salud y otros grupos con alta exposición al virus. El artículo también menciona que para el programa de prueba realizado por Johnson & Johnson se reclutará a 7 000 voluntarios de Brasil en tanto que el consorcio BioNTech - Pfizer - Fosun Pharma, reclutará a 29 000 de Estados Unidos, Argentina y Turquía. El Instituto Paul-Ehrlich, autorizó los ensayos desde abril por las empresas Biontech y Pfizer con 200 voluntarios sanos de 18 a 55 años de edad en una primera etapa. Aún no se realizan pruebas en México y no se han publicado los criterios para la participación. Tendremos acceso a la vacuna y habrá que esperar los resultados de las vacunas obtenidos en otros países. Los ensayos se han detenido para verificar la seguridad y efectividad de las vacunas.
El director del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan dijo que "Si no encontramos una vacuna y no continuamos reprimiendo este virus, asumimos que se propagará al 60 o 70% de la población mundial. Desde esa perspectiva, piense en sus posibilidades de ganar la lotería".
“El siglo pasado, los horrores de las dos guerras mundiales hicieron que se comprendiera que la cooperación internacional es preferible al conflicto internacional...Mi esperanza es que la crisis definitoria de nuestra época también recuerde a todas las personas que el mejor camino a seguir, el único camino a seguir, es juntos. Por eso desde la OMS siempre decimos solidaridad, solidaridad, solidaridad. Esa es la respuesta” (Tedros Adhanom - Director general de la Organización Mundial de la Salud).
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