Mazatlán, Sin.- Duermen debajo de un puente, en predios baldíos y en las banquetas. Se les puede ver en la calle pidiendo limosna, comida, pepenando entre la basura o simplemente tendidos en el suelo; descalzos, con poca ropa, sucios y hasta con lesiones en el cuerpo.
Existe una población de la que no hay registros oficiales. Seres humanos a los que no se les ofrece un espacio ni recursos para brindarles atención, pese a que por ley la autoridad está obligada. En los últimos años es notorio que cada vez mas la población indigente, los sin hogar, han crecido en las calles y avenidas de Mazatlán.
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Estimaciones como las del albergue Una Gota en el Océano, señalan que existen alrededor de 300 personas en situación de calle en el puerto, entre indigentes y enfermos mentales. Instancias gubernamentales como el Sistema DIF Municipal, no tienen un padrón de personas en esta condición y adolecen de programa enfocados a atender el problema.
Especialistas coinciden en que el alcoholismo o el consumo de drogas no son la única causa para llegar a vivir en la calle, pero sí la más común. Cuando se vive en situación de calle la droga y el alcohol pueden llegar fácilmente.
El municipio y el gobierno del estado han sido rebasados para frenar los altos índices de drogadicción. La principal falla es la falta de espacios disponibles para la ciudadanía ya que los que existen son insuficientes.
El Colegio de Psiquiatras de Mazatlán ubica entre 40 y 50 albergues para drogadictos, pero no en todos se les da el tratamiento adecuado, ni se trabaja el problema fondo, lo que muchas veces empeora el problema.
LEY EN EL OLVIDO
En el 2017 se aprobó la ley de Salud Mental de Sinaloa, en la que se dice que todas las personas, residentes o transitorias, sin importar condición socioeconómica, política o de religión, tiene derecho a recibir atención en la materia, pero hoy día dicha ley está en el olvido.