/ lunes 25 de marzo de 2024

Microscopio social | Sinaloa reprobado en empleo y salarios

El gobierno de Morena ha resultado una tragedia para México en general y Sinaloa en lo particular. Las metas de crecimiento económico no se cumplieron. La promesa fue un promedio de 4% anual y 6% este último año. Fracasaron totalmente. El PIB promedio rondará el 0.8 por ciento anual y la generación de empleo ha quedado muy lejos de la eterna aspiración del millón de empleos anuales. Sinaloa está peor, los salarios más que nunca en la lona a nivel nacional, la ocupación hundida en la informalidad y el empleo generado es precario, provocando la migración de nuestros jóvenes y la fuga de cerebros a otras partes del país y el extranjero.

En el colmo de la ineptitud, al peor estilo goebbeliano, en lugar de canalizar el dinero público en inversión productiva lo gastan contratando propagandistas para que difundan sus mentiras esperando que a punta de repetición alguien se crea sus patrañas. Esto lo vivimos también en Sinaloa. Hace unos días un columnista político del diario local de mayor circulación en la entidad, sin la menor vergüenza, pudor ni recato, afirmaba que el gobierno de Sinaloa era líder en materia de empleo, falsedad que ha de haber sonrojado hasta al mismo contratante que ya esperaba la genuflexión del columnista pero no tan arrastrado y excesivamente ridículo.

Por ejemplo, dice en la columna que “el gobierno que encabeza Rubén Rocha ha alcanzado las tasas de desempleo más bajas de la historia, actualmente en 2.3 por ciento”. Un dato confundido por el columnista que en las prisas por cobrar no leyó bien el comunicado del prensa del INEGI del 26 de febrero sobre la Encuesta Nacional sobre Ocupación y Empleo (ENOE) para Sinaloa, donde textulamente se refieren a la tasa de desocupación y no de desempleo: “A nivel estatal, la tasa de desocupación se ubicó en 2.3 % en el cuarto trimestre de 2023”.

Si hiciera lectura de comprensión en lugar de centrar la vista en los sobres amarillos, debería solidarizarse con los sinaloenses que no cuentan con oportunidades de empleo que absorban las necesidades del mercado, de los jóvenes, de los hombres y las mujeres que todos los días salen expulsados hacía otras latitudes buscando la aspiración de una vida mejor.

Es cuestión de ver los datos duros de la misma ENOE para darnos cuenta de la tragedia del empleo en Sinaloa. De acuerdo al último censo de población del INEGI, nuestra entidad tiene 3,026,943 habitantes (49.4% hombres y 50.6 mujeres). Para el caso de Sinaloa, al cuarto trimestre del 2023 la población en edad de trabajar (15 años o más) asciende a 2,421,993 personas.

De esas 2.4 millones de personas, la Población Economicamente Activa (PEA) de Sinaloa, es decir, la que la semana anterior a la entrevista del INEGI se encontraba ocupada o desocupada, fue de 1 499 528. Según sexo, la PEA masculina fue de 875,614, mientras que la femenina fue de 623,914. Para cerrar el círculo, el segmento restante denominado Población No Economicamente Activa ascendió a 922,465 personas.

El comunicado del INEGI entre otras deducciones, afirma que “En el cuarto trimestre de 2023, la población ocupada —quienes trabajaron en la semana anterior a la entrevista o quienes no trabajaron esa semana, pero mantenían un vínculo laboral con la unidad económica para la que trabajan— representó 97.7 % de la PEA”, es decir 1,465,379 sinaloense.

Este dato final y el párrafo es muy importante por la precisión técnica del INEGI que nunca habla de empleo (que tanta falta hace y los propagandistas de la 4T deliberadamente confunden) sino de “ocupación”, y esto debido a que lamentablemente la ocupación mayoritaria de los mexicanos y los sinaloenses se dan el mercado laboral informal, sin estar inscritos en la seguridad social y careciendo de prestaciones laborales, que es lo que sí caracteriza al concepto de “empleo”.

Para ver cómo está Sinaloa en materia de empleo es cuestión de revisar cuántos de esos 1,465,379 sinaloenses están inscritos como trabajadores formales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Al 29 de febrero del 2024, de acuerdo a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, los “Puestos de trabajo registrados en el IMSS” para Sinaloa son 626,138.

En conclusión, en nuestro estado cerca de 840 mil sinaloenses están “ocupados” (no empleados) sin estar inscritos ante el IMSS y en condiciones de precaridad con ingresos que les impiden llevar un tren de vida digno y satisfacer las necesidades elementales de su familia.

Como podemos ver, la mayoría de los sinaloneses se desenvuelven en el trabajo informal, en una “ocupación” que sólo les permite sobrellevar el día a día y lamentablemente los que tienen acceso a un empleo formal lo hacen con un salario promedio de cotización que ronda los 380 pesos, pues Sinaloa siempre ocupa el último o penúltimo lugar en este rubro, cuando ahorita por ejemplo el salario promedio de cotización ante el IMSS está en 576 pesos diarios (IMSS, Comunicado oficial, 05/Mar/2024).

La 4T es un desastre total y ha representado una tragedia para México. En los últimos doce meses, han creado 629 mil empleos cuando el país requiere mínimo 1 millón al año para absorver la demanda de las nuevas generaciones. Y en Sinaloa el (des)gobierno actual en sus primeros 27 meses sólo ha creado 23,506 empleos formales, cuando se ocupan 30 mil pero cada año para poder dar respuesta a la población que se va incorporando al mundo del trabajo.

Sinaloa ocupa que el dinero público se destine a inversión productiva que dinamice la economía, provoque sinergia entre los sectores y genere empleo de calidad para nuestra gente. Es una aberración que los recursos siempre escasos del erario se despilfarren en columnistas zalameros que avergüenzan al noble gremio del periodismo y hasta a su familia. México sí tiene remedio, por eso vayamos a votar el próximo dos de junio por la única mujer que sabe cómo generar empleo y dirigir un proyecto de país con visión y planeación estratégica, y esa mujer se llama Xóchitl Gálvez. ¡Claro que se puede!.

25/Mar/2024.

El gobierno de Morena ha resultado una tragedia para México en general y Sinaloa en lo particular. Las metas de crecimiento económico no se cumplieron. La promesa fue un promedio de 4% anual y 6% este último año. Fracasaron totalmente. El PIB promedio rondará el 0.8 por ciento anual y la generación de empleo ha quedado muy lejos de la eterna aspiración del millón de empleos anuales. Sinaloa está peor, los salarios más que nunca en la lona a nivel nacional, la ocupación hundida en la informalidad y el empleo generado es precario, provocando la migración de nuestros jóvenes y la fuga de cerebros a otras partes del país y el extranjero.

En el colmo de la ineptitud, al peor estilo goebbeliano, en lugar de canalizar el dinero público en inversión productiva lo gastan contratando propagandistas para que difundan sus mentiras esperando que a punta de repetición alguien se crea sus patrañas. Esto lo vivimos también en Sinaloa. Hace unos días un columnista político del diario local de mayor circulación en la entidad, sin la menor vergüenza, pudor ni recato, afirmaba que el gobierno de Sinaloa era líder en materia de empleo, falsedad que ha de haber sonrojado hasta al mismo contratante que ya esperaba la genuflexión del columnista pero no tan arrastrado y excesivamente ridículo.

Por ejemplo, dice en la columna que “el gobierno que encabeza Rubén Rocha ha alcanzado las tasas de desempleo más bajas de la historia, actualmente en 2.3 por ciento”. Un dato confundido por el columnista que en las prisas por cobrar no leyó bien el comunicado del prensa del INEGI del 26 de febrero sobre la Encuesta Nacional sobre Ocupación y Empleo (ENOE) para Sinaloa, donde textulamente se refieren a la tasa de desocupación y no de desempleo: “A nivel estatal, la tasa de desocupación se ubicó en 2.3 % en el cuarto trimestre de 2023”.

Si hiciera lectura de comprensión en lugar de centrar la vista en los sobres amarillos, debería solidarizarse con los sinaloenses que no cuentan con oportunidades de empleo que absorban las necesidades del mercado, de los jóvenes, de los hombres y las mujeres que todos los días salen expulsados hacía otras latitudes buscando la aspiración de una vida mejor.

Es cuestión de ver los datos duros de la misma ENOE para darnos cuenta de la tragedia del empleo en Sinaloa. De acuerdo al último censo de población del INEGI, nuestra entidad tiene 3,026,943 habitantes (49.4% hombres y 50.6 mujeres). Para el caso de Sinaloa, al cuarto trimestre del 2023 la población en edad de trabajar (15 años o más) asciende a 2,421,993 personas.

De esas 2.4 millones de personas, la Población Economicamente Activa (PEA) de Sinaloa, es decir, la que la semana anterior a la entrevista del INEGI se encontraba ocupada o desocupada, fue de 1 499 528. Según sexo, la PEA masculina fue de 875,614, mientras que la femenina fue de 623,914. Para cerrar el círculo, el segmento restante denominado Población No Economicamente Activa ascendió a 922,465 personas.

El comunicado del INEGI entre otras deducciones, afirma que “En el cuarto trimestre de 2023, la población ocupada —quienes trabajaron en la semana anterior a la entrevista o quienes no trabajaron esa semana, pero mantenían un vínculo laboral con la unidad económica para la que trabajan— representó 97.7 % de la PEA”, es decir 1,465,379 sinaloense.

Este dato final y el párrafo es muy importante por la precisión técnica del INEGI que nunca habla de empleo (que tanta falta hace y los propagandistas de la 4T deliberadamente confunden) sino de “ocupación”, y esto debido a que lamentablemente la ocupación mayoritaria de los mexicanos y los sinaloenses se dan el mercado laboral informal, sin estar inscritos en la seguridad social y careciendo de prestaciones laborales, que es lo que sí caracteriza al concepto de “empleo”.

Para ver cómo está Sinaloa en materia de empleo es cuestión de revisar cuántos de esos 1,465,379 sinaloenses están inscritos como trabajadores formales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Al 29 de febrero del 2024, de acuerdo a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, los “Puestos de trabajo registrados en el IMSS” para Sinaloa son 626,138.

En conclusión, en nuestro estado cerca de 840 mil sinaloenses están “ocupados” (no empleados) sin estar inscritos ante el IMSS y en condiciones de precaridad con ingresos que les impiden llevar un tren de vida digno y satisfacer las necesidades elementales de su familia.

Como podemos ver, la mayoría de los sinaloneses se desenvuelven en el trabajo informal, en una “ocupación” que sólo les permite sobrellevar el día a día y lamentablemente los que tienen acceso a un empleo formal lo hacen con un salario promedio de cotización que ronda los 380 pesos, pues Sinaloa siempre ocupa el último o penúltimo lugar en este rubro, cuando ahorita por ejemplo el salario promedio de cotización ante el IMSS está en 576 pesos diarios (IMSS, Comunicado oficial, 05/Mar/2024).

La 4T es un desastre total y ha representado una tragedia para México. En los últimos doce meses, han creado 629 mil empleos cuando el país requiere mínimo 1 millón al año para absorver la demanda de las nuevas generaciones. Y en Sinaloa el (des)gobierno actual en sus primeros 27 meses sólo ha creado 23,506 empleos formales, cuando se ocupan 30 mil pero cada año para poder dar respuesta a la población que se va incorporando al mundo del trabajo.

Sinaloa ocupa que el dinero público se destine a inversión productiva que dinamice la economía, provoque sinergia entre los sectores y genere empleo de calidad para nuestra gente. Es una aberración que los recursos siempre escasos del erario se despilfarren en columnistas zalameros que avergüenzan al noble gremio del periodismo y hasta a su familia. México sí tiene remedio, por eso vayamos a votar el próximo dos de junio por la única mujer que sabe cómo generar empleo y dirigir un proyecto de país con visión y planeación estratégica, y esa mujer se llama Xóchitl Gálvez. ¡Claro que se puede!.

25/Mar/2024.