Mazatlán, Sin.- Un problema que quedará pendiente de resolver por parte de la administración en turno será el de infraestructura hidráulica y el de los servicios públicos de Mazatlán, ya que basta que se presenten situaciones como “Nora” u otro fenómeno atípico para que fácilmente sean rebasados, señaló el regidor Adalberto Valle Pérez, coordinador de la comisión de Urbanismo, Ecología y Obras Públicas del Cabildo.
Lamentó que a más de una semana del paso del fenómeno meteorológico, todavía el 60% de las colonias del puerto tengan problemas de desabasto de agua, cuando es obligación del Ayuntamiento otorgar este servicio y otros al 100%.
“Los servicios públicos municipales no puedo decir que están al 100%, porque la ciudanía lo ve de otra manera y basta con que se presenten situaciones como el caso de Nora para ver que somos fácilmente rebasados en infraestructura hidráulica, y en la cuestión de los servicios”, expresó.
Refirió que si bien “Nora” fue algo atípico, el Ayuntamiento debe estar preparado para tener plan “B” y un plan “C”, ya que la ciudadanía de Mazatlán tiene más de una semana sin agua en su domicilio ni siquiera para cubrir sus necesidades básicas.
El regidor señaló que afortunadamente, la Jumapam ya empezó a regularizar el servicio de agua, al día de ayer llegaban mil metros cúbicos por segundo, de los cuales 700 son de la planta potabilizadora de Miravalles y 300 de Los Horcones, esta última alimentan todo lo que es la parte sur y centro de Mazatlán, que es la zona más afectada por el desabasto de agua.
Comentó que se espera que el servicio de agua potable se normalice a más tardar mañana viernes, toda vez que el suministro se redujo a un 40%.
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“Ojalá y se regularice de inmediato porque no es posible que con estas fallas se les permita a los agiotistas (abusivos o fraudulentos) que se aprovechen de esas circunstancias para hacer el gran negocio”, dijo en alusión a quienes incrementaron los precios del garrafón de agua.
Indicó que otros problemas que deberá de enfrentar la administración que quede a partir de noviembre, es el desbordamiento del arroyo Jabalines cada vez que llueve fuerte y el vertimiento de aguas negras por el colapso de alcantarillas.
“El desbordamiento del arroyo Jabalines es un asunto pendiente porque basta con que la marea esté alta y no permite que el arroyo Jabalines descargue y se dan los desbordamientos. Se tendrá que pensar en represas o algo para solucionar eso en un futuro, y esto le tendrá que tocar a la próxima administración”, concluyó.
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