/ lunes 21 de agosto de 2023

Doña Delia: la tienda que ha sobrevivido a las grandes cadenas comerciales en Escuinapa

Con 80 años de existencia, la tiendita de doña Pina ha sobrevivido a las grandes cadenas comerciales en Escuinapa

En el corazón del famoso barrio El Cojón, o también conocido como el barrio de San Francisco, en Escuinapa, se encuentra ubicado la tienda de abarrotes "Doña Delia", un pequeño establecimiento que se ha mantenido vivo pese a la llegada de grandes cadenas comerciales y supermercados a Escuinapa.

Las tiendas de abarrotes son establecimientos comerciales en los que se pueden adquirir productos para el hogar, entre alimentos y otros insumos de necesidad básica. La palabra “abarrotes” se empleó cuando en las colonias españolas de América los establecimientos de este tipo quedaban abarrotados de víveres y productos tras la llegada de los buques al puerto.

Puedes leer: En temporada de Sequía, Escuinapa le reza a San Francisco de Asís

Con el paso del tiempo, estos comercios se convirtieron en productos de primera necesidad, por lo que se pueden considerar como una tradición en el país, ya que se encuentran dentro del esquema mexicano de comercio.

La tienda de abarrotes "Doña Delia" el cual es atendido actualmente por la señora Delia García, es un pequeño comercio que se estima cuenta ya con alrededor de 80 años de historia, el cual fue iniciado por su abuela y hasta la fecha se mantiene funcionando.

La profesora Lolis García, quien es hermana de Doña Delia, relató un poco de la historia de este abarrotes, el cual fue iniciado Doña Pina Ruiz (la abuela), luego fue atendido por su madre Rosa García y ahora por la señora Delia.

"Como todo negocio, este surgió por la necesidad de ganar y mantener a la familia, fue una amiga de mi abuela (Pina), quien la invitó y la motivó para que pusiera su negocio, y así fue como se inició a animar, pero como que ella no se sentía muy segura, entonces invitó a mi mamá (Rosa) y ya entre las dos iniciaron a poner sus paquetitos, no era gran cosa y si se vendía algo, mi abuela mandaba a mi mamá a comprar para surtir de nuevo lo que se había vendido, ahí en la tienda de Miguel Polanco", comenta.

Foto: Jesús López | El Sol de Mazatlán

Con el paso del tiempo, la tienda de "Doña Pina", como era conocida, fue creciendo poco a poco, ya que cada vez eran más los productos que se vendían y era gente del barrio del Cojón y de otros barrios quienes iban a surtirse. Se llegó el momento en el que doña Pina ya no pudo trabajar, por lo que su hija Rosa se hizo cargo totalmente de la tienda ahí en el mismo lugar donde esta surgió, que es en la esquina de las calles Occidental y Mariano Rivas.

"Cuando mi madre se hizo cargo de la tienda, ya nos tocó a nosotros sus hijos ayudarle, somos tres hermanos, Manuel, Delia y yo, entre todos acarreábamos los que se iba terminando, en ese entonces vendíamos leña, carbón, petróleo eran unos tambos grandes que llenaban, mi mamá madrugada todos los días a las cuatro de la mañana al mercado porque ya inició a vender carnes y otras cosas más, lo que la gente ocupaba y se vendía diario", comentó.

Uno de los productos que más vendía en ese entonces, era la machaca, ya que de la carne fresca que no se vendía al día, Doña Rosa la asaba y la hacía machaca para venderla, fue también esto lo que ayudó a hacerse de más clientes, la gente iniciaba a buscar la machaca.

Luego de muchos años de estar con su tienda, se llegó el momento que la edad y el cansancio por el despertar todos los días temprano, atender la tienda todo el día y terminar por descansar ya tarde le inició a cobrar factura a Doña Rosa, quien con la tienda había logrado sostener a sus tres hijos y darle el estudio a una de ellas, Lolis quien logró convertirse en maestra; por lo que decidió por ya no seguir ella trabajando.

Foto: Jesús López | El Sol de Mazatlán

Fue así entonces como se decidió que Delia ya tomaría las riendas del pequeño negocio que ya habían sostenido con vida su abuela y su mamá, eso fue hace aproximadamente ya hace 30 años, manteniéndose en el mismo lugar durante un lapso de aproximadamente ocho años para luego establecerse al otro lado de la misma calle donde ahora ya tiene más de 20 años este abarrotes.

Abarrotes Doña Delia, o la tienda de Doña Pina, como aún se le conoce, es de las pocas tiendas de barrio que aún existen en Escuinapa, ya que la mayoría de ellas han cerrado sus puertas debido a la modernidad y a la llegada de tiendas y cadenas comerciales.

Hoy, como a Doña Delia le tocó ayudar a su abuela y a su madre, una de sus nietas colabora con ella para que este establecimiento con mucha historia siga funcionando.

En el corazón del famoso barrio El Cojón, o también conocido como el barrio de San Francisco, en Escuinapa, se encuentra ubicado la tienda de abarrotes "Doña Delia", un pequeño establecimiento que se ha mantenido vivo pese a la llegada de grandes cadenas comerciales y supermercados a Escuinapa.

Las tiendas de abarrotes son establecimientos comerciales en los que se pueden adquirir productos para el hogar, entre alimentos y otros insumos de necesidad básica. La palabra “abarrotes” se empleó cuando en las colonias españolas de América los establecimientos de este tipo quedaban abarrotados de víveres y productos tras la llegada de los buques al puerto.

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Con el paso del tiempo, estos comercios se convirtieron en productos de primera necesidad, por lo que se pueden considerar como una tradición en el país, ya que se encuentran dentro del esquema mexicano de comercio.

La tienda de abarrotes "Doña Delia" el cual es atendido actualmente por la señora Delia García, es un pequeño comercio que se estima cuenta ya con alrededor de 80 años de historia, el cual fue iniciado por su abuela y hasta la fecha se mantiene funcionando.

La profesora Lolis García, quien es hermana de Doña Delia, relató un poco de la historia de este abarrotes, el cual fue iniciado Doña Pina Ruiz (la abuela), luego fue atendido por su madre Rosa García y ahora por la señora Delia.

"Como todo negocio, este surgió por la necesidad de ganar y mantener a la familia, fue una amiga de mi abuela (Pina), quien la invitó y la motivó para que pusiera su negocio, y así fue como se inició a animar, pero como que ella no se sentía muy segura, entonces invitó a mi mamá (Rosa) y ya entre las dos iniciaron a poner sus paquetitos, no era gran cosa y si se vendía algo, mi abuela mandaba a mi mamá a comprar para surtir de nuevo lo que se había vendido, ahí en la tienda de Miguel Polanco", comenta.

Foto: Jesús López | El Sol de Mazatlán

Con el paso del tiempo, la tienda de "Doña Pina", como era conocida, fue creciendo poco a poco, ya que cada vez eran más los productos que se vendían y era gente del barrio del Cojón y de otros barrios quienes iban a surtirse. Se llegó el momento en el que doña Pina ya no pudo trabajar, por lo que su hija Rosa se hizo cargo totalmente de la tienda ahí en el mismo lugar donde esta surgió, que es en la esquina de las calles Occidental y Mariano Rivas.

"Cuando mi madre se hizo cargo de la tienda, ya nos tocó a nosotros sus hijos ayudarle, somos tres hermanos, Manuel, Delia y yo, entre todos acarreábamos los que se iba terminando, en ese entonces vendíamos leña, carbón, petróleo eran unos tambos grandes que llenaban, mi mamá madrugada todos los días a las cuatro de la mañana al mercado porque ya inició a vender carnes y otras cosas más, lo que la gente ocupaba y se vendía diario", comentó.

Uno de los productos que más vendía en ese entonces, era la machaca, ya que de la carne fresca que no se vendía al día, Doña Rosa la asaba y la hacía machaca para venderla, fue también esto lo que ayudó a hacerse de más clientes, la gente iniciaba a buscar la machaca.

Luego de muchos años de estar con su tienda, se llegó el momento que la edad y el cansancio por el despertar todos los días temprano, atender la tienda todo el día y terminar por descansar ya tarde le inició a cobrar factura a Doña Rosa, quien con la tienda había logrado sostener a sus tres hijos y darle el estudio a una de ellas, Lolis quien logró convertirse en maestra; por lo que decidió por ya no seguir ella trabajando.

Foto: Jesús López | El Sol de Mazatlán

Fue así entonces como se decidió que Delia ya tomaría las riendas del pequeño negocio que ya habían sostenido con vida su abuela y su mamá, eso fue hace aproximadamente ya hace 30 años, manteniéndose en el mismo lugar durante un lapso de aproximadamente ocho años para luego establecerse al otro lado de la misma calle donde ahora ya tiene más de 20 años este abarrotes.

Abarrotes Doña Delia, o la tienda de Doña Pina, como aún se le conoce, es de las pocas tiendas de barrio que aún existen en Escuinapa, ya que la mayoría de ellas han cerrado sus puertas debido a la modernidad y a la llegada de tiendas y cadenas comerciales.

Hoy, como a Doña Delia le tocó ayudar a su abuela y a su madre, una de sus nietas colabora con ella para que este establecimiento con mucha historia siga funcionando.

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