Mazatlán, Sin.- Desde hace muchos años el surfing dejó de ser ese deporte para “vagos”, como se le decía, y se convirtió en una parte importante en la vida de los porteños y no porteños, ya que esta actividad ha dado un giro de 360 grados, para ser una experiencia de vida y aprendizaje.
El tomar una tabla, montar una ola y sentir el contacto con la naturaleza, hace que sientas que te lata el corazón al mil por hora, teniendo ese sentimiento de adrenalina y conocimiento de lectura del mar, así como la práctica de este deporte, que vas más allá de ser eso, un simple deporte.
Es por eso que un grupo de jóvenes del Colegio Montessori iniciaron esta travesía, de la mano del entrenador Jaime Washington, Javier Díaz, un experimentado surfista, y la directora del colegio, Paulina Carrillo, quien implementó el programa.
“Lo que nosotros buscamos es que los niños y jóvenes sientan un reto, y el surf es algo que nos da, es un reto que al mismo tiempo tiene que ver con la naturaleza, con el liderazgo, con la autonomía y es por eso que decidimos aprobar este programa, ya que también ellos están felices de salir al agua”, explicó Paulina Carrillo, directora del colegio.
Muchos de ellos comenzaron como todos, desde cero, hasta poder lograr competir por si solos, tomar la decisión de montar una tabla, para pasar un rato agradable con su familia, disfrutando el mar.
“Este deporte me ha apasionado, es como si en realidad fuera mi deporte, me siento inspirado cuando estoy en las olas, yo ya lo practicaba, pero aquí reafirmé mis conocimientos, este es un deporte muy bonito”, declaró uno de los jóvenes.
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A Paulina, la directora del colegio y del programa, le ha apasionado tanto este deporte, el cuál le ha dado una lección de vida, que ella misma ha compartido con sus alumnos, familiares y amigos, dejándole ese conocimiento que solo el surf le ha podido dar.
“Dentro de surf, hay un crecimiento tan rápido, hay días que no sabes quién eres y tu cuerpo está batido, pero estar con ese contacto con la naturaleza te ayuda a superar todo eso y yo le digo a los chicos que nunca es tarde para aprender y en esta etapa en la que están ellos, de secundaria te equilibra y te forma. El surf, les enseña eso, conocer los valores que le mismo surfista te va guiando y lo hace desde la manera de cómo cuida su tabla y eso genera el respeto hacia las cosas y hacia las personas”, enfatizó Carrillo.
JAVIER DÍAZ, UNA PARTE PRIMORDIAL EN EL CRECIMEINTO DEL SURF
Este proceso de aprendizaje no estaría completo sin una pieza muy importante, como lo es Javier Díaz, un experimentado surfista e instructor, que ha tomando a este grupo como un reto dentro de su trayectoria de más de 27 años.
Javier no es ningún improvisado, sino en su momento surfeo profesionalmente y ahora tiene 12 años con la Escuela de Surf Mazatlán o Escuela de Surf Quicksilver, la cual se encuentra en las playas de Pueblo Bonito.
“Como escuela tenemos 12 años, yo me la pasé en competencia por mucho tiempo, hasta que me volví instructor y ahora trabajamos en conjunto con Escuela Montessori para realizar la academia, que hacemos los viernes y el miércoles tenemos esa academia aquí en playa Pueblo Bonito”, explicó.
Díaz ha sabido guiar a muchos surfistas que ahora están en competencia, de los cuales han rendido frutos y comenzaron como mucho de estos niños que tienen en la academia, en conjunto con el colegio.
“Tenemos estudiantes con nosotros que tienen 10, 8 años que siguen tomando clases y siete están en competencia, dos niñas muy buenas, como son Sofía, Tamara y ellas están en constante preparación, ya que la metodología de enseñanza es diferente, y ellas ya tiene surfeando con tabla corta”, resaltó.
Díaz, reconoció que siempre el principio será lo más complicado, ya que el proceso de conseguir el equilibro y perder el miedo es lo principal. “Usamos varios ejercicios, conos, las pelotas y cada vez vamos subiendo un nivel más complicado y los ejercicios cambian y el hecho de perderle al mar, es aprender a leer el mar, para que ellos tengan esa confianza en ellos y sabiendo que el mar tiene sus límites”.
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