Lo que se confirmó con el arribo de la tormenta “Norma”, es que las plegarias a las que nos encomendó el especialista en climatología Juan Espinosa Luna, tuvieron sus efectos. No hicieron que el huracán “Lidia” entrara a Sinaloa anteriormente, pero con la copiosa lluvia que nos anticipó la tempestad de tres días, se rompió la antigua Teoría del Cordonazo de San Francisco que culmina el 4 de octubre y se impuso que existe un poder superior que no se equivoca.
Primero la ausencia de agua que proviene del cielo y que redujo la capacidad de almacenamiento de las 11 presas de la entidad al quedar en 28 por ciento, con poco más de 2 mil 800 millones de metros cúbicos, ocasionaron la desesperanza en todos los sectores, principalmente entre los agricultores privados y sociales, que ni siquiera pudieron programar sus superficies de siembra.
Luego a las oraciones a las que convocaron también líderes de las diferentes religiones, apareció intempestivamente el segundo fenómeno que pegó en parte de Baja California Sur, cruzó el Golfo, y antes de chocar en territorio sinaloense, anticipó volúmenes de líquido que paralizaron las principales actividades, desbordaron un arroyo y un dren, en el norte y sur de la entidad, respectivamente.
En Altata, Navolato y ciudad de Los Mochis, Ahome, desde el domingo interrumpió el servicio de energía eléctrica, cuando faltaban varias horas para que el centro del fenómeno llegara a tierra firme.
Por lo peligroso de las repercusiones, el gobernador Rubén Rocha Moya, ordenó suspender las clases en los turnos matutino y vespertino, a lo que se sumó la Universidad Autónoma de Sinaloa.
El propósito fue, cuidar de la integridad de las personas, frente a la amenaza que implicaba el meteoro del que se informó sobre su trayectoria a través del sistema de Protección Civil estatal y de los municipios, que a su vez, instalaron refugios en las municipalidades donde se consideró necesario.
Después de las 17:00 horas, los vecinos de la sindicatura Colonia Agrícola México, Angostura, -Palmitas- empezaron a mostrar alerta por la creciente del dren que atraviesa la comunidad y que en otros años, inundó un amplio espacio al desbordar su cauce.
Datos de la Unidad de Protección Civil que dirige Roy Navarrete, estimaron que el centro de la tormenta tocaría tierra a la medianoche, con cargas copiosas abundantes de agua, que obligaron a la toma de medidas preventivas.
Este lunes habrá que ver si las acciones que se implementaron para el ayuda y rescate de los lugareños de colonias populares y de pueblos, fueron eficientes o si fracasaron, frente a un suceso de la naturaleza que normalmente son cambiantes e impredecibles.
Ayer, las oraciones se comenzaron a elevar pero en contra de que no trajera más destrucción y atraso este evento, que orilló a permanecer en casa, casi a todos, para evitar desgracias o incidentes.
La alcaldesa de Navolato, sin preocuparse mucho.
De quien no se supo nada, fue de la alcaldesa Margot Leal de Navolato. A pesar de la urgencia con que debió conocerse por las familias los puntos en que se podrían reunir para protegerse o de la premura con que tenían que evacuar sus casas, porque se encuentran dentro de los lugares de alto riesgo, lo que vio fue ociosidad e indiferencia.
A la mejor la presidente municipal, se atuvo como lo acostumbra, al trabajo que implementaron desde Gobierno del Estado, asi como el que desplegaron los elementos de la Secretaria de la Defensa Nacional, asi como de la Marina y de la Armada de México, que solo en la estrategia Sonora-Sinaloa, se alistaron para movilizar de 2 mil a 20 mil efectivos. Aparte del Plan DN-III del Ejército Mexicano.
Es de mencionarse, que la municipalidad navolatense, por su posición geográfica y porque asi lo estimaron los pronósticos de las autoridades federales y locales, debe atenderse con especial interés.
La prueba del agua para Gámez Mendívil.
Luego se observará si pasa la prueba o no el edil de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, quien por su corta estancia en Palacio Municipal hasta este temporada enfrentará la fuerza y las consecuencias de una tormenta como “Norma” que trae más agua que otras que se presentaron.
Y se expone ello, porque este tipo de acontecimientos son los que más causan temor a los ediles, ante el desorden urbano que existe y que se le acredita a funcionarios corruptos que al margen de las normas de planeación, urbanismo y uso de suelo, ocasionaron que hoy asentamientos humanos que no registraban problema alguno, se inundan con facilidad.
Es decir, actualmente la capital sinaloense, no es un polvorín, sino una pantanosa, a cuyo alrededor se edificaron fraccionamientos, privadas y residencias para ricos, que hacen que se aneguen los alrededores, donde las casas son más débiles en su estructura, y por supuesto, más viejas.
