/ lunes 7 de agosto de 2023

Microscopio social | Latinobarómetro 2023

Se acaba de publicar la edición 2023 de Latinobarómetro, el tradicional estudio sobre la salud de la democracia en América Latina. Regularmente se publica cada año pero debido a la pandemia se había suspendido después del 2020. Es preocupante que en los últimos años la satisfacción con la democracia mantenga una curva descendente. Mi impresión siempre ha sido que no se trata de una decepción ciudadana con la democracia sino con los malos gobiernos. La democracia (entendida como método) es inocente, los culpables son los políticos mediocres.

Si bien una mayoría de latinoamericanos están decepcionada con los resultados de sus gobiernos, siguen considerándose demócratas. Se prefiere a la democracia por encima de cualquier aventura o experiencia de corte autoritario.

Por ejemplo, fue en el año 2018 cuando la satisfacción con la democracia en América Latina alcanzó un mínimo histórico de 24%, y recupera cuatro puntos porcentuales para llegar al 28% en 2023. Es la cuarta medición consecutiva que hace Latinobarómetro de este indicador (2017, 2018, 2020 y 2023) en que el resultado indica que menos de un tercio de los ciudadanos latinoamericanos están satisfechos con la democracia.

En México, el porcentaje de la población satisfecha con la democracia es del 37%, y en contraparte la cantidad de mexicanos que se manifestaron “No muy satisfechos o nada satisfechos” alcanzó el 61%. A nivel Latinoamérica, estos porcentajes son de 28% y 69% respectivamente.

Sin embargo la democracia como el menos malo de los sistemas políticos, sigue estando en buena estima. Es decir, la llamada democracia churchilliana definida como el “mejor sistema de gobierno” tuvo su mejor calificación en 2013 cuando alcanzó el 79%. Luego vinieron siete años negativos en que descendió lentamente al 63% en medio de la pandemia, durante 2020. En 2023 se recuperó en tres puntos porcentuales para llegar al 66%. Este indicador constituye un buen proxy del apoyo teórico a la democracia como sistema de gobierno.

Latinobarómetro le dedida un breve apartado particular a nuestro país, en los siguientes términos:

“Se registra en México un aumento de once puntos porcentuales del autoritarismo entre 2020 y 2023 lo que enciende las alarmas. México sufre una pérdida de apoyo a la democracia entre 2020 y 2023 desde el 43% al 35% (ocho puntos porcentuales), a la vez que un aumento de la indiferencia al tipo de régimen de dos puntos porcentuales, alcanzando un 28%. En otras palabras, algo más de un tercio apoya la democracia (35%), cerca de otro tercio es indiferente por el tipo de régimen (28%) y el otro tercio apoya una opción autoritaria (33%). La democracia se ha deteriorado mucho desde 2020 en México, según la evolución negativa de estos indicadores. Hay aquí también tierra fértil para autoritarismos y populismos.”


Es de llamar la atención la variable edad en esta edición. De acuerdo a Latinobarómetro, la edad influye en el apoyo a la democracia: mientras entre los más jóvenes (16-25 años) solo el 43% apoya a la democracia, entre los de más edad (61 y más años) es el 55%. Hay doce puntos porcentuales de diferencia en el apoyo a la democracia de los más jóvenes y los de más edad en promedio en América Latina. En suma, a mayor edad más apoyo a la democracia.

Respecto al nivel de instrucción, a mayor educación, más apoyo a la democracia: un 40% entre los entrevistados con educación básica y un 60% entre quienes tienen educación universitaria. Aquí es evidente el llamado de atención a mejorar el nivel de escolaridad promedio como basamento y protección del régimen democrático.

Por último, en todas las ediciones de este estudio, se les pide a los ciudadanos su opinión sobre los partidos políticos, preguntándoles si están de acuerdo o no con la siguiente expresión: “Los partidos políticos funcionan bien”. La respuesta en el 2023 ha sido contundentemente en contra: el 77% está en desacuerdo con la afirmación, en contraste con solo el 21% que coincide con ella.

El máximo acuerdo con la frase es en Uruguay (38%), mientras que en otros ocho países el 80% o más de la población está en desacuerdo. En Perú nueve de cada diez dicen estar en desacuerdo. En México, el acuerdo con la frase es del 36%, el segundo más alto, y el desacuerdo con el funcionamiento de los partidos es del 62%. Los datos acusan a los partidos en todos los países. No hay ningún país de América Latina donde los ciudadanos perciban mayoritariamente que los partidos políticos funcionan “bien”.

La democracia le otorga a todos los partidos en el poder una legitimidad de origen surgida de las urnas, pero la “legitimidad de ejercicio” que tiene que ver con sus resultados de gobierno está por los suelos. Mientras no tengamos mejores gobiernos, los políticos en el poder seguirán siendo los culpables de la pérdida del aprecio ciudadano por la democracia.

Excelente inicio de semana.

Se acaba de publicar la edición 2023 de Latinobarómetro, el tradicional estudio sobre la salud de la democracia en América Latina. Regularmente se publica cada año pero debido a la pandemia se había suspendido después del 2020. Es preocupante que en los últimos años la satisfacción con la democracia mantenga una curva descendente. Mi impresión siempre ha sido que no se trata de una decepción ciudadana con la democracia sino con los malos gobiernos. La democracia (entendida como método) es inocente, los culpables son los políticos mediocres.

Si bien una mayoría de latinoamericanos están decepcionada con los resultados de sus gobiernos, siguen considerándose demócratas. Se prefiere a la democracia por encima de cualquier aventura o experiencia de corte autoritario.

Por ejemplo, fue en el año 2018 cuando la satisfacción con la democracia en América Latina alcanzó un mínimo histórico de 24%, y recupera cuatro puntos porcentuales para llegar al 28% en 2023. Es la cuarta medición consecutiva que hace Latinobarómetro de este indicador (2017, 2018, 2020 y 2023) en que el resultado indica que menos de un tercio de los ciudadanos latinoamericanos están satisfechos con la democracia.

En México, el porcentaje de la población satisfecha con la democracia es del 37%, y en contraparte la cantidad de mexicanos que se manifestaron “No muy satisfechos o nada satisfechos” alcanzó el 61%. A nivel Latinoamérica, estos porcentajes son de 28% y 69% respectivamente.

Sin embargo la democracia como el menos malo de los sistemas políticos, sigue estando en buena estima. Es decir, la llamada democracia churchilliana definida como el “mejor sistema de gobierno” tuvo su mejor calificación en 2013 cuando alcanzó el 79%. Luego vinieron siete años negativos en que descendió lentamente al 63% en medio de la pandemia, durante 2020. En 2023 se recuperó en tres puntos porcentuales para llegar al 66%. Este indicador constituye un buen proxy del apoyo teórico a la democracia como sistema de gobierno.

Latinobarómetro le dedida un breve apartado particular a nuestro país, en los siguientes términos:

“Se registra en México un aumento de once puntos porcentuales del autoritarismo entre 2020 y 2023 lo que enciende las alarmas. México sufre una pérdida de apoyo a la democracia entre 2020 y 2023 desde el 43% al 35% (ocho puntos porcentuales), a la vez que un aumento de la indiferencia al tipo de régimen de dos puntos porcentuales, alcanzando un 28%. En otras palabras, algo más de un tercio apoya la democracia (35%), cerca de otro tercio es indiferente por el tipo de régimen (28%) y el otro tercio apoya una opción autoritaria (33%). La democracia se ha deteriorado mucho desde 2020 en México, según la evolución negativa de estos indicadores. Hay aquí también tierra fértil para autoritarismos y populismos.”


Es de llamar la atención la variable edad en esta edición. De acuerdo a Latinobarómetro, la edad influye en el apoyo a la democracia: mientras entre los más jóvenes (16-25 años) solo el 43% apoya a la democracia, entre los de más edad (61 y más años) es el 55%. Hay doce puntos porcentuales de diferencia en el apoyo a la democracia de los más jóvenes y los de más edad en promedio en América Latina. En suma, a mayor edad más apoyo a la democracia.

Respecto al nivel de instrucción, a mayor educación, más apoyo a la democracia: un 40% entre los entrevistados con educación básica y un 60% entre quienes tienen educación universitaria. Aquí es evidente el llamado de atención a mejorar el nivel de escolaridad promedio como basamento y protección del régimen democrático.

Por último, en todas las ediciones de este estudio, se les pide a los ciudadanos su opinión sobre los partidos políticos, preguntándoles si están de acuerdo o no con la siguiente expresión: “Los partidos políticos funcionan bien”. La respuesta en el 2023 ha sido contundentemente en contra: el 77% está en desacuerdo con la afirmación, en contraste con solo el 21% que coincide con ella.

El máximo acuerdo con la frase es en Uruguay (38%), mientras que en otros ocho países el 80% o más de la población está en desacuerdo. En Perú nueve de cada diez dicen estar en desacuerdo. En México, el acuerdo con la frase es del 36%, el segundo más alto, y el desacuerdo con el funcionamiento de los partidos es del 62%. Los datos acusan a los partidos en todos los países. No hay ningún país de América Latina donde los ciudadanos perciban mayoritariamente que los partidos políticos funcionan “bien”.

La democracia le otorga a todos los partidos en el poder una legitimidad de origen surgida de las urnas, pero la “legitimidad de ejercicio” que tiene que ver con sus resultados de gobierno está por los suelos. Mientras no tengamos mejores gobiernos, los políticos en el poder seguirán siendo los culpables de la pérdida del aprecio ciudadano por la democracia.

Excelente inicio de semana.