/ sábado 30 de marzo de 2024

La tormenta de Neto Coppel

El gran alboroto que se armó en Mazatlán por la presencia de agrupaciones de música de banda en las zonas de playas durante la Semana Santa puso en boca de todo el país el nombre del puerto. Y todo por unas declaraciones clasistas y sin mucho sentido que realizó el empresario mazatleco Ernesto Coppel Kelly.

Y eso mismo provocó que los músicos hicieran valer sus derechos y no se dejaran mangonear por los caprichos del magnate hotelero, que no solo criticó el nivel del turismo que vista el puerto durante este periodo vacacional, sino que se echó encima a la ciudad entera, la misma que le dio de comer en sus inicios y donde además no vive, ya que desde hace muchos años tiene su residencia en Los Cabos, Baja California Sur, que es donde concentra la mayor parte de sus empresas.

Lo contradictorio de este tema es que previo a la Semana Santa, tras una mesa de trabajo entre hoteleros, autoridades municipales y músicos, se había llegado al acuerdo de que estos últimos tocaran hasta las 7:00 de la noche en la zona de playa y que de ahí se fueran a un espacio ubicado a un lado del hotel Emporio y a otro en la zona del Clavadista a tocar. Y los músicos lo aceptaron.

Sin embargo, tras las declaraciones de Coppel Kelly, dónde se quejó del ruido que hacen, y con el letrero colocado en el complejo habitacional Camino al Mar, donde se prohíbe a los que viven ahí contratar los servicios de los músicos en el área concesionada al condominio, todo se vino abajo, los músicos salieron a manifestarse y se vivió todo el argüende que vimos hasta en televisión nacional.

A los empresarios hoteleros como Coppel Kelly se les olvida que Mazatlán es cuna de la banda sinaloense, que los turistas a eso vienen, a que les toque la banda en la playa, en el restaurante, a donde quiera que van. Y no nada más el nacional, también el estadounidense, aunque Coppel Kelly diga que la música y el ruido ahuyenta a los gringos de sus hoteles.

Además estás declaraciones pudieronn haber provocado una desgracia, ya que fueron varios encontronazos los que se dieron entre músicos y policías.

Después de esto la imagen que los mazatlecos tenían del magnate hotelero cambiará por completo, igual que la de los empresarios que le siguieron el juego. Ni hablar, eso le pasa por tanta soberbia.

El gran alboroto que se armó en Mazatlán por la presencia de agrupaciones de música de banda en las zonas de playas durante la Semana Santa puso en boca de todo el país el nombre del puerto. Y todo por unas declaraciones clasistas y sin mucho sentido que realizó el empresario mazatleco Ernesto Coppel Kelly.

Y eso mismo provocó que los músicos hicieran valer sus derechos y no se dejaran mangonear por los caprichos del magnate hotelero, que no solo criticó el nivel del turismo que vista el puerto durante este periodo vacacional, sino que se echó encima a la ciudad entera, la misma que le dio de comer en sus inicios y donde además no vive, ya que desde hace muchos años tiene su residencia en Los Cabos, Baja California Sur, que es donde concentra la mayor parte de sus empresas.

Lo contradictorio de este tema es que previo a la Semana Santa, tras una mesa de trabajo entre hoteleros, autoridades municipales y músicos, se había llegado al acuerdo de que estos últimos tocaran hasta las 7:00 de la noche en la zona de playa y que de ahí se fueran a un espacio ubicado a un lado del hotel Emporio y a otro en la zona del Clavadista a tocar. Y los músicos lo aceptaron.

Sin embargo, tras las declaraciones de Coppel Kelly, dónde se quejó del ruido que hacen, y con el letrero colocado en el complejo habitacional Camino al Mar, donde se prohíbe a los que viven ahí contratar los servicios de los músicos en el área concesionada al condominio, todo se vino abajo, los músicos salieron a manifestarse y se vivió todo el argüende que vimos hasta en televisión nacional.

A los empresarios hoteleros como Coppel Kelly se les olvida que Mazatlán es cuna de la banda sinaloense, que los turistas a eso vienen, a que les toque la banda en la playa, en el restaurante, a donde quiera que van. Y no nada más el nacional, también el estadounidense, aunque Coppel Kelly diga que la música y el ruido ahuyenta a los gringos de sus hoteles.

Además estás declaraciones pudieronn haber provocado una desgracia, ya que fueron varios encontronazos los que se dieron entre músicos y policías.

Después de esto la imagen que los mazatlecos tenían del magnate hotelero cambiará por completo, igual que la de los empresarios que le siguieron el juego. Ni hablar, eso le pasa por tanta soberbia.