/ lunes 30 de octubre de 2023

Desde el parlamento | La ciencia y la tecnología en el Quinto Informe de Gobierno

Durante la actual administración, uno de los cambios radicales más sobresalientes ha sido, sin duda, el que se ha dado en la política en ciencia, tecnología e innovación. En primer lugar, se les ha incluido como un derecho humano; esto quiere decir que todo lo que resulte de estas actividades y sus respectivas inversiones, han de ponerse al servicio de la humanidad.

También se busca tener una “ciencia para México”, es decir, que nuestro país sea soberano en la temática, ya que, al ser reconocidas por el gobierno como un derecho humano, se busca el desarrollo nacional basado en la producción científica propia para atender las diferentes problemáticas que aquejan a los diferentes sectores de la sociedad.

Una de las primeras acciones para la transformación de la ciencia y la tecnología, más allá de su reconstitución a Consejo Nacional de Humanidades Ciencia y Tecnología (Conahcyt), tuvo que ver con la administración del consejo, y se vinculó a la acción de la desaparición de los fideicomisos, que representaban una opacidad del gasto que se realizaba; es así que, con esta acción y la lógica de austeridad republicana, se han recuperado 21 978 millones de pesos para la Hacienda Pública, que incluyen más de 7500 millones de pesos de proyectos, técnica o administrativamente insolventes.

Los esfuerzos del ahora Conahcyt están encaminados al fortalecimiento de las comunidades humanísticas, científicas, tecnológicas y de innovación, mediante dos mecanismos: las becas para estudios de posgrados y los estímulos que brinda el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII).

Por ello, en el periodo 2022-2023 se otorgaron 76 172 becas de posgrado y otros apoyos, de los cuales, 83.6% (63 689) corresponde a la modalidad de Becas Nacionales; 6.7% (5078) a Becas para la Consolidación; 6.4% (4882) a Becas de Inclusión; 3.0% (2298) a Becas al Extranjero y 0.3% (225) a Becas de Licenciatura en Centros Públicos de Investigación (CPI). De este total de becas, 19 924 son nuevas. Para la mitigación de la migración de capital humano altamente capacitado se han implementado las becas de posdoctorado y el Programa de Investigadoras e Investigadores por México, y que han contratado al 67% de las personas con doctorado que estaban en el desempleo.

En cuanto a la oferta de posgrados del país, se registraron 3274 programas en el Sistema Nacional de Posgrados, para que sus estudiantes puedan participar en el proceso de postulación a beca en el primer periodo de la convocatoria de becas de posgrado nacionales 2023. De los programas registrados en el sistema, 95% son de instituciones de educación superior públicas, y 5% de instituciones de educación superior privadas. Por grado académico, 54.0% (1767) son de maestría; 26.9% (880) de doctorado y 19.1% (627) de especialidad.

El SNII y sus modificaciones han propiciado evaluaciones más justas y en el periodo se consiguió el logro de incluir 4000 nuevos miembros. En la actualidad se cuenta con 41 330 investigadoras e investigadores, lo que representa un aumento del 44.3% con respecto al año 2018; la categoría de investigador emérito (el más alto que respalda una trayectoria académica), vio un aumento del 246.3%.

La existencia de un personal altamente calificado debe de estar acompañado de una infraestructura que permita desarrollar su práctica investigativa. Es por ello que el gobierno ha destinado 2530 millones de pesos para 1866 proyectos de ciencia básica y de frontera, y 1325 millones de pesos para el financiamiento de 483 proyectos para el fortalecimiento y consolidación de la infraestructura científica y tecnológica del país.

Al establecer a la ciencia y la tecnología como derecho humano, también conlleva el cómo se socializan sus resultados y sus posibles beneficios, es por ello que el Conahcyt ha establecido Rizoma, una plataforma informática pública y abierta, novedosa, disruptiva y segura, inspirada en las estructuras vegetales de interconectividad horizontal; fue diseñada y desarrollada en México por el Conahcyt en colaboración con varios centros de investigación, además del Repositorio Nacional, los Ecosistemas Nacionales Informáticos, los Jardines Etnobiológicos y esfuerzos de difusión; esto quiere decir que cualquier producto en el que haya inversión pública puede ser aprovechado por cualquier ciudadano porque se tiene un libre acceso a los resultados.

La ciencia y la tecnología siempre serán un espacio donde resulta fructífera la cooperación. Es así que se han establecido convenios con distintos países en una variedad de tópicos y se tienen acuerdos con: Estados Unidos, Argentina, Francia, Cuba, Brasil, Japón, China, Reino Unido y la Unión Europea. Esto muestra la capacidad de México de ser un agente activo dentro de la comunidad científica.

Aunque el mayor logro en materia de ciencia y tecnología durante este periodo ha sido la promulgación de la Ley de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, que representa un cambio en el cómo se interpretan estas en el país y el papel que tiene el Estado en su desarrollo, esta nueva ley pone una gran semilla para lo que será un campo fructífero en el país, para que coadyuve al establecimiento de una sociedad de justicia y de desarrollo económico para todas y todos.

Durante la actual administración, uno de los cambios radicales más sobresalientes ha sido, sin duda, el que se ha dado en la política en ciencia, tecnología e innovación. En primer lugar, se les ha incluido como un derecho humano; esto quiere decir que todo lo que resulte de estas actividades y sus respectivas inversiones, han de ponerse al servicio de la humanidad.

También se busca tener una “ciencia para México”, es decir, que nuestro país sea soberano en la temática, ya que, al ser reconocidas por el gobierno como un derecho humano, se busca el desarrollo nacional basado en la producción científica propia para atender las diferentes problemáticas que aquejan a los diferentes sectores de la sociedad.

Una de las primeras acciones para la transformación de la ciencia y la tecnología, más allá de su reconstitución a Consejo Nacional de Humanidades Ciencia y Tecnología (Conahcyt), tuvo que ver con la administración del consejo, y se vinculó a la acción de la desaparición de los fideicomisos, que representaban una opacidad del gasto que se realizaba; es así que, con esta acción y la lógica de austeridad republicana, se han recuperado 21 978 millones de pesos para la Hacienda Pública, que incluyen más de 7500 millones de pesos de proyectos, técnica o administrativamente insolventes.

Los esfuerzos del ahora Conahcyt están encaminados al fortalecimiento de las comunidades humanísticas, científicas, tecnológicas y de innovación, mediante dos mecanismos: las becas para estudios de posgrados y los estímulos que brinda el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII).

Por ello, en el periodo 2022-2023 se otorgaron 76 172 becas de posgrado y otros apoyos, de los cuales, 83.6% (63 689) corresponde a la modalidad de Becas Nacionales; 6.7% (5078) a Becas para la Consolidación; 6.4% (4882) a Becas de Inclusión; 3.0% (2298) a Becas al Extranjero y 0.3% (225) a Becas de Licenciatura en Centros Públicos de Investigación (CPI). De este total de becas, 19 924 son nuevas. Para la mitigación de la migración de capital humano altamente capacitado se han implementado las becas de posdoctorado y el Programa de Investigadoras e Investigadores por México, y que han contratado al 67% de las personas con doctorado que estaban en el desempleo.

En cuanto a la oferta de posgrados del país, se registraron 3274 programas en el Sistema Nacional de Posgrados, para que sus estudiantes puedan participar en el proceso de postulación a beca en el primer periodo de la convocatoria de becas de posgrado nacionales 2023. De los programas registrados en el sistema, 95% son de instituciones de educación superior públicas, y 5% de instituciones de educación superior privadas. Por grado académico, 54.0% (1767) son de maestría; 26.9% (880) de doctorado y 19.1% (627) de especialidad.

El SNII y sus modificaciones han propiciado evaluaciones más justas y en el periodo se consiguió el logro de incluir 4000 nuevos miembros. En la actualidad se cuenta con 41 330 investigadoras e investigadores, lo que representa un aumento del 44.3% con respecto al año 2018; la categoría de investigador emérito (el más alto que respalda una trayectoria académica), vio un aumento del 246.3%.

La existencia de un personal altamente calificado debe de estar acompañado de una infraestructura que permita desarrollar su práctica investigativa. Es por ello que el gobierno ha destinado 2530 millones de pesos para 1866 proyectos de ciencia básica y de frontera, y 1325 millones de pesos para el financiamiento de 483 proyectos para el fortalecimiento y consolidación de la infraestructura científica y tecnológica del país.

Al establecer a la ciencia y la tecnología como derecho humano, también conlleva el cómo se socializan sus resultados y sus posibles beneficios, es por ello que el Conahcyt ha establecido Rizoma, una plataforma informática pública y abierta, novedosa, disruptiva y segura, inspirada en las estructuras vegetales de interconectividad horizontal; fue diseñada y desarrollada en México por el Conahcyt en colaboración con varios centros de investigación, además del Repositorio Nacional, los Ecosistemas Nacionales Informáticos, los Jardines Etnobiológicos y esfuerzos de difusión; esto quiere decir que cualquier producto en el que haya inversión pública puede ser aprovechado por cualquier ciudadano porque se tiene un libre acceso a los resultados.

La ciencia y la tecnología siempre serán un espacio donde resulta fructífera la cooperación. Es así que se han establecido convenios con distintos países en una variedad de tópicos y se tienen acuerdos con: Estados Unidos, Argentina, Francia, Cuba, Brasil, Japón, China, Reino Unido y la Unión Europea. Esto muestra la capacidad de México de ser un agente activo dentro de la comunidad científica.

Aunque el mayor logro en materia de ciencia y tecnología durante este periodo ha sido la promulgación de la Ley de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, que representa un cambio en el cómo se interpretan estas en el país y el papel que tiene el Estado en su desarrollo, esta nueva ley pone una gran semilla para lo que será un campo fructífero en el país, para que coadyuve al establecimiento de una sociedad de justicia y de desarrollo económico para todas y todos.