Mazatlán, Sin.- En una conferencia celebrada en la galería del Teatro Ángela Peralta de Mazatlán, se destacaron numerosas anécdotas relacionadas con los cinco Eclipses Totales de sol que han dejado una huella en la memoria colectiva de esta ciudad costera a lo largo de la historia.
La información detallada sobre estos fenómenos ha sido recopilada gracias a crónicas meticulosas de distintas fuentes, incluyendo registros de la NASA.
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Enrique Vega, un cronista mazatleco, ha sobresalido por su labor en la investigación de estos eclipses, particularmente los ocurridos en 1857, 1900, 1923, 1970 y 1991.
"Todos estos eclipses han marcado el puerto de Mazatlán, y han dejado un sin fin de anécdotas para contar, tanto con reporteros, como las personas que no tenían ni la más remota idea en aquellos años", comentó el cronista.
Recientemente, Vega compartió sus hallazgos en una charla celebrada en el prestigioso Teatro Ángela Peralta de Mazatlán durante la mañana de este jueves.
En este evento relató las anécdotas del eclipse ocurrido en el año 1991.
"En las investigaciones que he realizado, no se me olvida que leí notas de muchísimos reporteros que veían diferentes cosas curiosas y algunas hasta raras para la época. Como por ejemplo, se colocaban listones rojos en árboles de frutos y a los animales les ponían collares rojos, era parte de esas creencias, a los bebés les ponían listones en la cabeza. También no se me olvida que en algunas zonas rurales les pintaban la panza de rojo a las vacas para protegerlas", relató.
En sus relatos, el cronista destacó la diversidad de formas en que cada eclipse ha sido observado, subrayando que ninguno ha sido idéntico en su nivel de oscurecimiento.
En sus investigaciones, encontró similitudes sorprendentes en el comportamiento humano durante los cinco eclipses, como el temor y la incertidumbre que provocaron en algunos ciudadanos. Por ejemplo, en el eclipse de 1857, la falta de información condujo a la realización de rituales y actos de adoración a santos locales como forma de protección.
"No han sido iguales en el nivel de oscurecimiento, se observan de diferente manera, cada uno ha sido diferente, en el año 1857, las personas no sabían bien que ocurrían, simplemente se les hacía raro, hasta rituales santos se hacían, esto por toda la falta de información de la época", concluyó.
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