El crecimiento desmedido que ha presentado Mazatlán en los últimos 10 años, específicamente hacia la zona norte, es el resultado de una problemática que siempre ha existido pero que ahora empieza a cobrar factura: la mala planeación urbana.
El colapso de la red sanitaria que trabaja de una forma sobresaturada por el exceso de construcciones, las tuberías añejas y el vertimiento indiscriminado de basura, grasas y aceites, ahogan a una ciudad que presumió recibir a más de 700 mil visitantes durante el mejor verano de su historia.
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Es el daño colateral del boom inmobiliario, las consecuencias que hay que pagar por no existir una regulación ni leyes que lleven a Mazatlán por un crecimiento ordenado, cuantificado y planificado.
El problema, asegura el ingeniero civil, director de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Édgar Burgueño Sánchez, no son las construcciones como tal, sino la falta de regulación, las malas prácticas que se realizan desde hace muchos años por parte de los involucrados, en complicidad con las autoridades municipales.
“El que se estén otorgando permisos de manera desmedida para edificaciones verticales en zonas donde la tubería no fue calculada para resistir esas descargas genera una sobresaturación del sistema y eso es terrible”, explica.
"En un fraccionamiento que era habitacional, están ahora poniendo departamentos, pero todos los cálculos de la tubería se hicieron para una casa, donde son cuatro, cinco integrantes, en promedio. Ahora en el mismo pedazo construyen cinco departamentos en donde habitarán hasta 20 personas, y si así lo hacen en diferentes partes de la misma colonia, el diseño de la red de alcantarillado ya no da y sigue habiendo la misma tubería para todo esto".
En pocas palabras, dice, las tuberías trabajan mucho más que para lo que fueron diseñadas.
"Están desarrollando en partes viejas, en diferentes fraccionamientos viejos, que están construyendo y la tubería es viejísima, además de que mucha ya está colapsada porque es de asbesto", dijo.
El especialista explica que el municipio debe ofrecer a los inversionistas zonas con la capacidad para soportar el desarrollo de este tipo de inmuebles.
"El Ayuntamiento es cuando debe de ir a esta zona y decir que ya no se pueden construir más departamentos, también renovar y ampliar los diámetros de las tuberías; a mayor diámetro, mayor capacidad de conducción de agua, así como un rediseño en los cálculos de descarga de acuerdo al crecimiento poblacional”, señala.
"Tengo entendido que en cada pavimentación de calle cambian la tubería y sería interesante ver si van cambiando los diámetros o si solo reponen la tubería vieja por nueva con el mismo diámetro, porque de ser así, va a seguir el problema".
Malas prácticas
El ingeniero reconoció que no todo le corresponde al municipio, ya que también hay otros factores, como el mal uso de la red por parte de los ciudadanos e incluso de comercios.
"Nosotros, como habitantes, tenemos una corresponsabilidad, especialmente con la basura. La contaminación que generamos hace que se tapen las alcantarillas y eso no permite la fluidez del agua".
Por otra parte, las grasas y aceites son el principal enemigo de las tuberías, al vertir estos líquidos en las cañerías, se solidifican, disminuyendo con ello el flujo de las aguas residuales hasta obstruir su paso por completo.
Se juntan aguas residuales y pluviales
Y ¿qué papel juegan las lluvias en el desborde y/o rebosamiento de aguas negras? En este punto, la situación es que al estar la cañería sanitaria trabajando a una capacidad media, con las lluvias, la red termina por colapsar.
"Viene el agua de lluvia y empieza a irse por el drenaje, si tú ves las alcantarillas tienen agujeros y el agua pluvial se va por ahí y también muchas casas en el patio tienen una rejilla, esa muchas veces está conectada al drenaje, todo eso hace que se sature la red", detalló.
Especificó que todas las tapas de alcantarillas tienen orificios, que es por donde se filtra el agua de lluvia. Estas no se pueden sellar debido a que en el drenaje se generan gases, tóxicos y no tóxicos, que ocupan una salida, de lo contrario podrían terminar en una explosión por la acumulación de estos.
Cuando las alcantarillas rebosan provocan encharcamientos en las calles y muchas veces se filtra por rejillas del drenaje pluvial, los cuales no están diseñados para transportar estas aguas, ya que su desembocadura no es una planta de tratamiento, muchas veces van a dar directamente al mar, a los esteros o arroyos, lo que representa una importante fuente de contaminación.
La Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales apunta que las descargas de aguas residuales sin un tratamiento provocan la contaminación de los cuerpos de agua receptores, disminuyendo la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, poniendo en riesgo la salud de la población y la integridad de los ecosistemas.
Así mismo, la doctora Jacqueline Valerio Ramos, coordinadora de Médicos de la Cruz Roja, señala que estar en exposición con las aguas residuales puede detonar implicaciones graves para la salud y el riesgo aumenta cuando las aguas negras están completamente expuestas, cómo sucede cuando hay una fuga en la vía pública, además de que al sistema de drenaje van a dar todo tipo de sustancias y residuos, no solo los fecales.
"Sí a esto le sumamos que las aguas negras quedan expuestas al sol y al ir secando hace se crean vapores, en estos vapores, algunos de esos microorganismos van a sobrevivir y van a empezar a esparcirse por el medio ambiente y va a quedar impregnada rola la zona de alrededor, aparte de las salpicaduras que se mete a tu casa, todo lo que el drenaje toca tiene un alto riesgo de contaminación", señala.
La Organización Mundial de la Salud expone además que el agua contaminada y el saneamiento deficiente, están relacionados con la transmisión de enfermedades como el cólera, otras diarreas, la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis.
Actualmente están construyéndose en Mazatlán 18 proyectos de condominios verticales por diversas zonas; y para los próximos años vendrán más, por lo que si no se empieza a trabajar en este sentido, la situación podría salirse de control en un corto plazo.
"Si quieren seguir el desarrollo vertical, tienen que invertir en el drenaje sanitario. No hay más", recalca Burgueño Sánchez.
Datos
18 proyectos de torres de condominios están activos actualmente en Mazatlán por diversas zonas.
14 cárcamos de bombeo y rebombeo de aguas negras tiene Mazatlán.
9 plantas tratadoras de aguas residuales están distribuidas por todo el municipio.
