Culiacán, Sin.-De un abanico de cartas, un espectador toma al azar una de ellas, saca el nueve de picas y con un marcador escribe su nombre en todo del naipe, así estará seguro de cuál fue la que escogió. Luego la introduce nuevamente entre el conjunto de cartas.
El abanico se cierra, todas las cartas están hacia abajo, el ilusionista toma la primera baraja del grueso y muestra al espectador que no se trata de la misma que él escogió, pues le recuerda que ésta quedó en medio. Después hace un chasquido con sus dedos, le ordena al naipe que suba, vuelve a mostrar la primera carta del grueso y "como por arte de magia" ahí está el nueve de picas.
El arte escénico del ilusionismo, más conocido como magia, reúne la habilidad e ingenio para producir efectos en apariencia asombrosos e inexplicables, mientras se desconoce la causa que lo produce. Estos efectos, desapariciones, transformaciones, uniones o lecturas de la mente, hacen parecer realidad lo imposible.
El ilusionista Luis España "desafía" las leyes de la física con sus efectos mágicos, de cerca o en escenarios, ya sea con cartomagia, magia con cartas, magia con monedas o mentalismo, tratando de adivinar el pensamiento su único propósito es asombrar al público y sacarlo de la rutina.
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INICIOS
El joven mazatleco de 27 años de edad, comunicólogo de profesión pero mago por vocación, se adentró al mundo del ilusionismo cuando tenía 18, pero su interés y pasión por este arte nacieron desde que era un niño.
"Desde chico siempre me gustó, mi abuelo y yo siempre jugábamos cartas después de la escuela, él sabía varios trucos de cartas, pero nunca me dijo cómo se hacían y me quedó la espinita", recordó.
En ese entonces era sólo un pasatiempo; sus padres en cada Carnaval le compraban trucos de magia en los puestos que se instalaban por la plazuela Machado.
"Fue hasta los 18 años, cuando estaba en la universidad, que miré en YouTube cómo montar una carta, lo chequé, tenía la baraja con la que jugaba con mi abuelo y empecé con trucos muy básicos, empezó como un hobbie", dijo.
A través de una publicidad, también en redes sociales, se dio cuenta que en la Ciudad de México habría próximamente un congreso de magia, al que se propuso ir. Al regresar al puerto, después de observar a cientos de magos haciendo lo suyo, decidió que quería dedicarse de lleno y para siempre a la magia.
"Llegué a Mazatlán con la idea de querer dedicarme completamente a la magia y empecé a dar shows en restaurantes, antros o bares por propinas y empecé a trabajar a ganar dinero y con eso compraba artículos para dar mis shows", mencionó.
Se abrió camino con shows para niños y en el 2018 dio el gran paso; organizó un espectáculo en el Teatro Antonio Haas con magos invitados de la capital del país y de Monterrey, el show fue un éxito y replicó con otros invitados en el 2019. Desafortunadamente, por la pandemia en el 2020, no pudo llevar a cabo un tercer evento.
"El año pasado, la pandemia me sirvió mucho para reflexionar sobre qué es lo que iba a hacer con mi magia y decidí dejar de hacer magia infantil. Me especialicé en dos ramas, la magia de cerca con cartas, monedas, ligas objetos pequeños, cerca de los espectadores y la magia de escenario", señaló.
TRUCO
Desaparecer una moneda en la mesa fue su primer truco y a pesar de que sabe cientos de estos, le gusta pulir sus números y como dicen entre colegas: “nunca se termina de conocer el mundo de la magia”.
La esencia de los efectos mágicos está compuesta del truco, es ahí donde está el secreto, cuando sucede lo asombroso, lo fantástico y lo inexplicable a la vez. La "misdirection" o distracción, el ilusionista atrae la atención del público hacia una cosa para distraerlo de otra.
Mucha gente me dice: "es un don que tienes" y lo agradezco, pero hablando de la habilidad le he macheteado todos los días para que parezca fácil, es práctica", reveló.
Las ilusiones no siempre salen como se planearon, pero pase lo que pase, el show debe continuar. El mazatleco confiesa que en varias ocasiones el truco le ha fallado; sin embargo, indica que el ilusionismo tiene algo muy peculiar y es que la gente nunca sabe cómo va a terminar un truco, eso da pie a la improvisación y darle otro camino al juego mágico.
Ver la reacción de las personas, su asombro, es una de las dos cosas que más le gustan y lo motivan de seguir haciendo magia. La otra es conocer todo ese mecanismo que hay detrás de cada truco, todo lo que los magos formulan para crear un efecto mágico perfecto.
Luis España ha llevado su magia a Culiacán, Los Mochis, Guadalajara, Tepic, Monterrey y por su puesto por todo el puerto de Mazatlán.
"Me veo viejito haciendo magia todavía, no como trabajo pero me veo de viejo dando conferencias, congresos, talleres. Invito a los magos o aficionados de la magia que quieran platicar y compartir trucos a contactarme, con gusto lo haré".
PARA SABER
Luis España ha llevado su magia a Culiacán, Los Mochis, Guadalajara, Tepic y Monterrey,a demás de Mazatlán.
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