Mazatlán, Sin. -Miles de personas deciden marcar objetivos o propósitos para cumplir a lo largo de los 12 meses con el estreno de un nuevo año y para no fallar en el intento ni abandonar estos en el primer mes, el psicólogo Luis Angel Salinas Gudiño, señala una serie de recomendaciones.
Qué sí y qué no hacer
Lo más importante es no hacer muchos propósitos y que estos sean apegados a la realidad, así como tener un cronograma de actividades con metas a corto plazo.
También puedes leer: Amarillos o rojos, ¿Qué significan los colores de la ropa interior para estrenar en año nuevo?
"El llamado es para hacer propósitos realistas, hacer propósitos es bueno, siempre y cuando sean realistas y no sea un número muy grande, porque desafortunadamente lo que tenemos ahorita es una sociedad impaciente y que todo lo queremos a la voz de ya, mágicamente, cosa que no van con los propósitos", explicó.
Los propósitos más comunes son bajar de peso, hacer ejercicio, tener una mejor alimentación o dejar alguna adicción; la clave está en no querer hacer o ver cambios de un momento a otro, ese es uno de los principales errores.
"El propósito es bajar de peso, en el primer mes le doy al gimnasio y le doy a la dieta y como no veo los resultados que yo quiero entonces desafortunadamente lo tiendo a dejar, por eso los propósitos deben de ser organizados y apegados a la realidad, entonces me apego a una rutina de alimentación con un profesional de la nutrición y me apego a una rutina de ejercicio tratando de cumplirla cada vez, tengo que poner cronogramas de actividades donde no voy a querer todo a fechas inmediatas, sino hacerlo en metas a corto plazo: en el primer mes un kilo", explicó.
¿Y si no deseo hacer propósitos?
Los propósitos no son malos, pero tampoco obligatorios.
El especialista apuntó que las personas no se deben sentir presionadas, quién quiere hacer propósitos y quién no está en su derecho.
"No pasa nada, de hecho la otra vertiente de los propósitos son los antipropósitos muchas personas, sobre todas las generaciones más actuales, no conllevan mucho la cuestión de los propósitos, ellos tienen otro tipo de ver las cosas como por ejemplo los decretos, el que no quiere hacer propósitos no tiene absolutamente de nada de malo, a veces la gente no hace propósitos porque se conoce que mucho tiempo atrás lo trató de hacer y no los cumplió, entonces reconocen sus debilidades y tienden a evitarse ese tipo de frustraciones", añadió.