Mazatlán, Sin.- Todas las personas, y más en un clima como el de Mazatlán, están propensas a sufrir estrés térmico por altas temperaturas, que es la sensación de malestar que se experimenta cuando la permanencia en un ambiente determinado exige esfuerzos desmesurados a los mecanismos que disponen la organismo para mantener la temperatura interna.
Por sí solo, el entorno de trabajo de quienes combaten los incendios en primera línea, es decir, los bomberos, supone ya un riesgo de sufrir estrés térmico por altas temperaturas, pues los incendios, en casa habitación, incluso, alcanzan temperaturas por arriba de los 500 grados centígrados.
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Durante la extinción de incendios, los bomberos experimentan una importante carga de calor resultante de la interacción entre las condiciones ambientales, la actividad y el equipo de protección; las probabilidades de padecer los efectos de este malestar son del 100 por ciento durante una emergencia, manifestándose principalmente con golpes de calor y agotamiento por la falta de hidratación.
Equipo de protección
Parte fundamental para el bombero es contar con un equipo de protección personal en buenas condiciones, de la calidad y certificaciones requeridas que protejan su salud, señaló el comandante del Cuerpo de Bomberos de Mazatlán, Édgar Peinado Beltrán.
"Nuestros trajes de bomberos están elaborados de materiales que nos protegen de las altas temperaturas y el fuego directo. Están hechos con tres capas; la capa exterior protege de la radiación y altas temperaturas con material Kevlar o nomex; la capa intermedia que impermeable que evita el ingreso de líquidos calientes que pudieran estarse generando y tiene una capa térmica, que es la protección interior para que el cuerpo mantenga su hidratación", explicó.
Con esta última capa, el equipo de protección está diseñado para qué la temperatura corporal se mantenga alrededor de los 37 grados centígrados, minimizando la transferencia del calor al cuerpo.
Los cascos son de policarbonato, de vinil o fibra de vidrio, con un amortiguador interior para la protección contra impacto. Las botas, de material neopreno que es repelente al fuego, cuentan también con protección contra golpes en los pies y en las plantillas.
"El equipo de respiración autónoma también con protección de kevlar y nomex, brinda la protección respiratoria para evitar que las altas temperaturas ingresen por las vías respiratorias y causan quemaduras internas", agregó.
Todo este equipamiento pesa en conjunto alrededor de 20 kilos. El entrenamiento, la preparación y la capacitación es importante, incluso para poder soportar este peso extra.
"La preparación y entrenamiento que llevemos nos da a que usemos el traje de manera común. Los muchachos que están todos los días atendiendo emergencias se lo ponen como utilizar la ropa común, porque ya están acostumbrados, ya están entrenados para ello, pero sí para una persona que viene por primera vez se pone, el traje de bomberos es pesado", indicó.
Prevención
Pese a la gran condición física de los bomberos, se auxilian de medidas preventivas, manteniendo las condiciones para que puedan hidratarse en todo momento y evitar la descompensación.
Todas las máquinas al salir a emergencia llevan un termo con agua fresca, cuándo hay incendios de magnitudes grandes que ameriten horas de trabajo, se instala un puesto de auxilio para los mismos bomberos, en dónde se está monitoreando su salud, temperatura corporal, oxigenación, se les da rehabilitación y alimentación.
Las emergencias están presentes todos los días y a cualquier hora, son impredecibles y así sea un incendio bajo los incesantes rayos del sol, los bomberos salen a dar el servicio.
"Diario estamos atendiendo en promedio ocho emergencia, sin embargo el estrés térmico no es nada que nos haya causado complicaciones graves hasta el momento, pero sabemos de ese riesgo y nos cuidamos para evitarlo o si llegamos a padecerlo que sea un efecto mínimo, que con hidratarnos sea suficiente para poder recuperarnos", dijo.
Causa de deserción
El comandante señaló que sufrir efectos del estrés térmico ha sido causa de deserción de algunos elementos, aunque el porcentaje es mínimo, y no es por daños a la salud, pero si por el cansancio, la fatiga y deshidratación que la labor conlleva.
"Ha habido bomberos que dicen 'esto no es lo mío' ya cuando se afrontan a una emergencia real, pero la verdad que tenemos un filtro adecuado para que el que llegue atender una emergencia sea alguien que está plenamente convencido, el espíritu de servicio es lo principal para esta labor", señaló.
Peinado Beltrán refirió que para mayor seguridad, todos los elementos cuentan con seguro médico o seguro social y tiene además con un convenio de colaboración con el Hospital Municipal Margarita Maza de Juárez para atención de emergencias menores.
Labor no reconocida
"Mientras que no estés en las botas de un bombero es difícil que puedas valorar su labor, todo lo que hacen antes, durante y después de la emergencia, es un trabajo muy duro y desgastante, pero es para lo que nos entrenamos", expresó.
Aunque se tiene el reconocimiento y el apoyo del gobierno y de la sociedad con sus aportaciones, su labor no está valorada como se debiera. A nivel nacional, añadió, falta mucho qué hacer por los bomberos.
En el puerto, ejemplificó, siguen siendo una asociación civil, cuando deberían ser parte del gobierno municipal o estatal, dónde los elementos tengan condiciones generales de empleo como servidores públicos de alto riesgo.
"Seguimos utilizando equipos de bomberos usados, hasta el momento, en Mazatlán, los bomberos no tienen equipo de protección personal nuevo, está en buen estado, pero no nuevo ni personalizados para nuestros elementos", apuntó.
Para saber
El agotamiento, que se presenta cuando se ha producido una pérdida considerable de agua en el cuerpo humano; calambres, producto del esfuerzo físico intenso físico y el golpe de calor, anulación del organismo y de los mecanismos termoreguladores, son las maneras en que se pide manifestar el estrés térmico en bomberos.
