Mazatlán, Sin. - El proyecto de la biobarda ecológica, que comenzó como una iniciativa ciudadana en el puerto, funciona y da frutos, al grado de que en menos de tres días y debido a las lluvias registradas en el puerto, se lograron recolectar casi 27 toneladas de basura.
Sin embargo, es tanta la basura que se retiene, que la capacidad de la biobarda está a punto de ser rebasada, además de que no se puede llevar la recolección de manera oportuna por la falta de voluntarios y maquinaria.
María de Lourdes San Juan Gallardo, directora de Ecología y Medio Ambiente, aseguró que existe temor por parte de las personas involucradas en el proyecto de la biobarda de que se presente una tormenta, que provoque el arrastre de una mayor cantidad de basura, ya que las maniobras que se realizan para sacarla son complicadas.
Se requieren grúas y hasta un trascabo para realizar la labor completa, así como una panga con motor, pues la misma corriente provoca que algunos desechos se brinquen la barrera.
Todo lo que estamos generando es voluntario, en el municipio tenemos la obligación de apoyar al ciudadano y ponemos lo que nosotros podemos. El día de la tormenta era tanta la basura que no sabíamos qué hacer, pero poco a poco salieron dos grúas y se puso a dos cuadrillas de trabajadores, entre personal de Aseo Urbano y un solo voluntario, que fue el buzo Ignacio Zataráin, que se aventó un súper trabajo atando la basura para sacarla. Tenía un metro de grosor, podías caminar en ella.
Directora de Ecología y Medio Ambiente
Detalló que entre los desechos se encontraban desde las tapas de plástico de los rastrillos y envases de resistol en barra, hasta colchones, refrigeradores, sillones y animales muertos, como tortugas de río, ratas, e incluso un caimán estaba entre el tumulto de basura.
La idea de la biobarda es muy buena, había gente escéptica que nos decía que no iba a servir. La biobarda ha hecho visible el problema que tenemos en Mazatlán, de la falta de conciencia en el manejo de los residuos. Con esto queremos que la gente vea qué no se debe de hacer.
Reiteró que de momento está en planes la donación de un motor de lancha y queda pendiente la adquisición de una panga, con el fin de poder capturar no sólo la basura que se queda anclada, sino también aquella que se escapa al mar.
Esperan que más ciudadanos y empresas, así como instituciones académicas, se unan a esta causa, la cual requieren de más manos para trabajar.
La biobarda mide 42 metros de largo y está hecha de redes de pesca recicladas y envases de PET. Se colocó a la altura del puente Juárez, dividida en dos secciones para permitir el paso de las lanchas que transitan por la zona. Todos los plásticos y desechos que son arrastrados a lo largo del arroyo Jabalíes, pasan por este punto antes de llegar al océano.
PROBLEMÁTICAS
Toda la basura recolectada en el puente Juárez es enviada al basuron municipal por parte de elementos de Aseo Urbano; a esto se suma el derramamiento de aguas residuales en el estero del Infiernillo, problemática que ya fue turnada a Jumapam.
MONITOREO DIARIO
La biobarda se encuentra monitoreada por la propia impulsora, la ambientalista Sofía Trejo Lemus, por la dirección de Ecología y por Javier Acosta, pescador que diariamente retira los desechos con su panga.
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