Si hablamos de límites, para la nadadora Skarlett Lucía Villanueva Rendón no los hay, pues siempre que se propone algo lo consigue y el pasado 30 de octubre no fue la excepción, la joven cumplió el reto de nadar 15 kilómetros del litoral de las playas de Mazatlán con un solo objetivo: ayudar a la preservación de la Isla Venados.
Apoyada por su papá, que a la vez es su entrenador, Aarón Villanueva, desde el mes de junio Skarlett comenzó a prepararse física y mentalmente para una prueba que al principio inició como una broma, después de realizar su primer fondo al nadar a las Tres Islas en octubre del 2020.
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“Este reto nació después de que yo hice el recorrido alrededor de las Tres Islas y mis amigos y familiares me preguntaron qué era lo que seguía, y les comenté que era nadar desde Playa Brujas hasta Olas Altas, lo que al principio lo tomaron como una broma, pero ya que tomé la decisión meses más tarde, se les borró la sonrisa y no lo podían creer”, relata la nadadora.
Skarlett siempre ha sido una apasionada de la natación, prácticamente se la vive entre las olas y ahora que consiguió este logro dio un salto importante en su carrera para dejar de ser “la niña que vino del mar” y convertirse en la “sirena del Pacífico”, que se enfrentará aventuras y experiencias cada vez más intrépidas.
El reto más importante
Como amante de la naturaleza y del mar, Skarlett se preocupa por mantener limpias las playas; es por eso que se lanzó a esta travesía, con el objetivo de hacer conciencia sobre la contaminación, primero de la Isla Venados y luego en un trabajo más profundo de las playas en el puerto, que será su siguiente objetivo.
Desde el mes de junio, junto a su papá comenzó la preparación, haciendo dobles sesiones de nado, tanto en aguas abiertas (mar), como en aguas cerradas (alberca), siempre mentalizada en hacer lo mejor posible el recorrido.
“Te preparas para todo, preparas tu cuerpo al límite y tienes que estar abierta a más cosas, a ver la capacidad que tienes y que tu mente dominé el más allá, obviamente la travesía de Tres Islas me ayudó, duramos siete horas en esa prueba y el hecho que te rodees de gente que comparte esos retos también te fortalece, hubo gente que se alejó y hay otras que llegaron y gracias a Dios estoy rodeada de esa gente, mi equipo Mantarrayas y mis amigos”, comparte.
Pese a que su mamá no dormía por las noches, con la preocupación de tener a su hija dentro del mar, poco a poco fue aceptando las pequeñas y grandes locuras de Skarlett.
“Mi mamá no dormía y cada vez que me meto al mar le quiere llamar a la Guardia Nacional para que me saque; cuando comencé con esto me decía: es que Skarlett, qué necesidad, pero el nervio fue disminuyendo. Mi papá y mi hermano sabían de la friega que era esto, pero me apoyaron”.
Un día que no olvidará
Luego de muchos sacrificios, desmañadas, noches de desvelos, fatigas y cansancio, se llegó el 30 de octubre, una fecha que difícilmente olvidará, pues con el apoyo de familiares, amigos y gente que fue sumándose a la causa de la travesía, inició el reto. Todos y cada uno de ellos estaban en cada una de sus brazadas.
Mentalizada y enfocada, Skarlett salió de Playas Brujas a las cinco de la mañana, tocando por primera vez el agua y nadando bajo el cachito de la luz de la luna. Eso sí, siempre vigilada por el Escuadrón Acuático.
“Creo que el inicio en Playas Brujas fue lo más complicado, se vino el cambio de horario y tuve que nadar prácticamente a oscuras, pero gracias a la lancha que tenía luz pude ver el mar, después las corrientes fueron un duro golpe, sentía la presión del agua debajo de mí, luego a los lados, fue muy cansado”, afirma.
Pese a ser un inicio complicado, no se desmotivó, sacó fuerzas de sirena para domar la costa mazatleca del Océano Pacífico, a la que tanto ella como sus acompañantes respetan.
“Ya cuando pasamos por enfrente de la islas y con la luz del sol, comenzaron a salir un montón de medusas, yo ya sentía los hombros entumecidos por salir de la corriente, eran esas medusas rosas, que lograron picarme, pero mi papá, con sus dotes de chamán, me colocó DW-40 y alivió el dolor”, recuerda.
Entre más avanzaba, más era el rayo de sol que pegaba frente su espalda, y frente al Malecón, más medusas pasaron por su cuerpo, hasta lograr el objetivo. Llegó a las 10:45 de la mañana a la playa de Olas Altas, donde familiares, su equipo Mantarrayas y amigos la recibieron.
La primera mujer en lograr el reto
Skarlett se colocó dentro de los libros de historia de Mazatlán al nadar esos 15 kilómetros en casi seis horas, siendo la primera mujer en retar el bravío mar y las feroces corrientes que hay en la zona.
“Se siente bien padre, porque de dos años para acá mi categoría tiene mucha audiencia y se siente bien padre, que te digan que están nadando por mí”, dice.
Skarlett apenas completó una de las etapas de su causa, al limpiar y poner nuevas señalizaciones en la Isla Venados, pero aún esperan lanzar un proyecto de limpieza de playas y la pista de MTB, como el Huanacaxtle.
Para saber
Skarlett Villanueva tiene 31 años de edad y es Licenciada en Educación Preescolar, por lo que este reto fue llevado a los salones de clases para implementar un poco de educación ecológica de la mano del deporte.