/ sábado 3 de octubre de 2020

Viven desempleados su propio ‘viacrucis’ en la pandemia

Tocan puertas y sólo encuentra empleos con sueldos bajos y turnos de hasta 16 horas

Mazatlán, Sin.- Rafael Rodríguez nunca pensó en que él sería uno de los más de 60 mil empleados de Sinaloa que perderían su trabajo en el 2020 como consecuencia de la pandemia del coronavirus, ya que sus jefes siempre le dijeron que él estaba seguro, que no se preocupara, pero al final recibió su finiquito y ahora toca puertas en empresas que ofrecen sueldos muy bajos y con turnos de hasta 16 horas, lo cual no le alcanza para sostener a su familia, hacer el pago de Infonavit y cubrir el costo del transporte.

Trabajó 20 años y 7 meses para una empresa nacional que ofrece sus servicios a negocios privados, bancos y minas, entró como oficial de seguridad, puesto en el que duró cuatro años, ya que al quinto año lo ascendieron a supervisor de seguridad, donde también la hacía de reclutador y encargado de oficina, con sede en Mazatlán.

Al iniciar el año 2020, las expectativas de crecimiento de la empresa eran de ‘viento en popa’, en febrero se abrieron servicios para una institución bancaria y aumentó la demanda de reclutamiento de personal en algunas minas, empresas del norte y centro del estado. En la plaza local se instalaron oficinas amplias, tiempo en que la carga de trabajo para Rafael fue mayor.

Sin embargo, el primer caso de contagio de Covid-19 en Sinaloa y Mazatlán durante marzo y la incidencia de los siguientes meses, hizo que empresas suspendieran algunos servicios, entre ellos el de seguridad que mantenían con varios negocios y el banco.

“En mayo comenzaron a cerrarse los servicios, y la empresa empezó a ‘empalmar’ a los elementos, llegó el mes de junio cuando ellos dijeron que se esperaran dos meses y que los servicios se volverían a reactivar y mandaron a casi todos los elementos a las minas en calidad de préstamo, ya que no pertenecían ahí, en ese tiempo quedaron con un solo servicio, cerraron la oficina, pero aquí todavía había trabajo”, expresó Rafael.

Él siguió reclutando gente para dar servicio a empresas del centro y norte de Sinaloa, y algunas minas de la región, sus jefes le dijeron que no se preocupara, que él estaba seguro en el puesto.

Foto: Cortesía │Cuartoscuro

Cuando tenía más trabajo y la agenda apretada por una lista amplia de entrevistas para reclutar personal, uno de los jefes le dijo que el puesto suyo iba a desaparecer, pero que le tenían dos opciones: una, irse a una mina de Tayoltita, Durango, y otra, el finiquito.

Al principio le ofrecieron apoyo para el hospedaje, la alimentación y el pasaje, pero al final, no le prometieron nada, y le cambiaron la opción a otra mina.

“Me decían, están esas dos opciones: la mina o finiquito. Pensé, me voy una temporada mientras abren la oficina, pero el 15 de septiembre llegaron con otra propuesta, que me fuera al otro día, si no me iba quedar sin trabajo, o el finiquito, no había vacaciones y era otra mina, no la misma, ya de planta y no me dijeron nada de hospedaje ni alimentación, le pregunté si iba incluido todo, y me dijeron que no sabían, y no acepté”, comentó.

Rafael firmó el finiquito con un pago inicial de 25 mil pesos, por los 20 años y 7 meses de trabajo en la empresa, el resto de los 50 mil pesos que incluyó el bono de antigüedad, se lo darían después.

Foto: Cortesía │Cuartoscuro

LA BÚSQUEDA

Desde el 15 de septiembre, Rafael ha tocado puertas en busca de un nuevo trabajo, ha visitado las empresas que conoce en el ramo de la seguridad, consultó el Servicio Nacional del Empleo, donde tiene conocidos, pero sólo ha encontrado vacantes con sueldos muy bajos y turnos prolongados, algunos de hasta 16 horas.

“Me conocen ellos porque yo iba a reclutar ahí de parte de la oficina, ellos me quisieron ayudar y no pudieron, me encontraban trabajo, pero con esos sueldos no la iba a hacer, casi regalaba mi tiempo y mi trabajo, y como tengo el pago de Infonavit de mil 800 pesos al mes, se me iban a ir los 4 mil pesos en Infonavit y el camión, prácticamente nomás iba a ir a eso”, indicó.

Señala que las empresas que ofrecen de 9 mil a 10 mil pesos de percepciones mensuales, no son ingresos seguros, sino la suma de comisiones que el empleado tiene que ganar, si se esfuerza en extremo, y en el que el sueldo base es de 4 mil a 5 mil pesos mensuales.

En la lista están empresas de cablevisión, de créditos y de autoservicio, registrados en el Servicio Nacional del Empleo, que ofrecen percepciones de hasta 10 mil pesos, pero al platicar con ellos refieren que es la meta a ganar por comisiones, sueldos y estímulos.

Foto: Jesús Guzmán │ El Sol de Mazatlán

“No hay un sueldo fijo, se pudiera decir, también estamos hablando de un sueldo de mil pesos por semana que son seguros, lo demás es una apariencia, por eso digo que no hay nada seguro, hay mucho para doctores y enfermeras, por lo mismo de la pandemia”.

De todas, la empresa que más le convence es una que opera al interior del muelle portuario, pero no es por sueldo, sino por turnos de ocho horas en el que ganaría un promedio de 2 mil 500 pesos a la quincena, con la posibilidad de trabajar dos turnos seguidos, es decir 16 horas continuas, para ganar lo que antes percibía en un solo turno.

INCERTIDUMBRE

Rafael Rodríguez ve cómo las deudas se le vienen encima, trata de no desesperarse, por un lado, tiene lo de Infonavit y, por otro, los gastos del hogar, entre servicios, transporte y alimentación.

Hasta la fecha no ha podido negociar en Infonavit porque cuando ha ido, las oficinas están hasta el tope, así que tendrá que madrugar para hacer fila en la puerta y ser uno de los que puedan ingresar.

Foto: Jesús Guzmán │ El Sol de Mazatlán

Puedes leer: Se agudiza el desempleo en las cooperativas pesqueras

Por otra parte, comenta que también analiza la posibilidad de hacer un retiro parcial por desempleo ante su Afore, si en 46 días no consigue un nuevo trabajo.

Mientras tanto tendrá que estirar lo más que pueda el ingreso que obtuvo como finiquito por bono de antigüedad.

“Yo no busqué empleo antes porque ellos me aseguraron que me iba a quedar de reclutador en la empresa, me ocupaban para no estar viniendo desde Los Mochis o de Culiacán, me dijeron: tú no te preocupes, tú estás seguro, no estás fuera, incluso en los últimos días, me mandaban mucha gente y tenía una lista grande para atender, pensé ya me quedé de esto, pero a los días de eso, me daban dos nuevas opciones: la mina o el finiquito, y opté por lo último, del primero no me aseguraban nada”, concluyó.



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Mazatlán, Sin.- Rafael Rodríguez nunca pensó en que él sería uno de los más de 60 mil empleados de Sinaloa que perderían su trabajo en el 2020 como consecuencia de la pandemia del coronavirus, ya que sus jefes siempre le dijeron que él estaba seguro, que no se preocupara, pero al final recibió su finiquito y ahora toca puertas en empresas que ofrecen sueldos muy bajos y con turnos de hasta 16 horas, lo cual no le alcanza para sostener a su familia, hacer el pago de Infonavit y cubrir el costo del transporte.

Trabajó 20 años y 7 meses para una empresa nacional que ofrece sus servicios a negocios privados, bancos y minas, entró como oficial de seguridad, puesto en el que duró cuatro años, ya que al quinto año lo ascendieron a supervisor de seguridad, donde también la hacía de reclutador y encargado de oficina, con sede en Mazatlán.

Al iniciar el año 2020, las expectativas de crecimiento de la empresa eran de ‘viento en popa’, en febrero se abrieron servicios para una institución bancaria y aumentó la demanda de reclutamiento de personal en algunas minas, empresas del norte y centro del estado. En la plaza local se instalaron oficinas amplias, tiempo en que la carga de trabajo para Rafael fue mayor.

Sin embargo, el primer caso de contagio de Covid-19 en Sinaloa y Mazatlán durante marzo y la incidencia de los siguientes meses, hizo que empresas suspendieran algunos servicios, entre ellos el de seguridad que mantenían con varios negocios y el banco.

“En mayo comenzaron a cerrarse los servicios, y la empresa empezó a ‘empalmar’ a los elementos, llegó el mes de junio cuando ellos dijeron que se esperaran dos meses y que los servicios se volverían a reactivar y mandaron a casi todos los elementos a las minas en calidad de préstamo, ya que no pertenecían ahí, en ese tiempo quedaron con un solo servicio, cerraron la oficina, pero aquí todavía había trabajo”, expresó Rafael.

Él siguió reclutando gente para dar servicio a empresas del centro y norte de Sinaloa, y algunas minas de la región, sus jefes le dijeron que no se preocupara, que él estaba seguro en el puesto.

Foto: Cortesía │Cuartoscuro

Cuando tenía más trabajo y la agenda apretada por una lista amplia de entrevistas para reclutar personal, uno de los jefes le dijo que el puesto suyo iba a desaparecer, pero que le tenían dos opciones: una, irse a una mina de Tayoltita, Durango, y otra, el finiquito.

Al principio le ofrecieron apoyo para el hospedaje, la alimentación y el pasaje, pero al final, no le prometieron nada, y le cambiaron la opción a otra mina.

“Me decían, están esas dos opciones: la mina o finiquito. Pensé, me voy una temporada mientras abren la oficina, pero el 15 de septiembre llegaron con otra propuesta, que me fuera al otro día, si no me iba quedar sin trabajo, o el finiquito, no había vacaciones y era otra mina, no la misma, ya de planta y no me dijeron nada de hospedaje ni alimentación, le pregunté si iba incluido todo, y me dijeron que no sabían, y no acepté”, comentó.

Rafael firmó el finiquito con un pago inicial de 25 mil pesos, por los 20 años y 7 meses de trabajo en la empresa, el resto de los 50 mil pesos que incluyó el bono de antigüedad, se lo darían después.

Foto: Cortesía │Cuartoscuro

LA BÚSQUEDA

Desde el 15 de septiembre, Rafael ha tocado puertas en busca de un nuevo trabajo, ha visitado las empresas que conoce en el ramo de la seguridad, consultó el Servicio Nacional del Empleo, donde tiene conocidos, pero sólo ha encontrado vacantes con sueldos muy bajos y turnos prolongados, algunos de hasta 16 horas.

“Me conocen ellos porque yo iba a reclutar ahí de parte de la oficina, ellos me quisieron ayudar y no pudieron, me encontraban trabajo, pero con esos sueldos no la iba a hacer, casi regalaba mi tiempo y mi trabajo, y como tengo el pago de Infonavit de mil 800 pesos al mes, se me iban a ir los 4 mil pesos en Infonavit y el camión, prácticamente nomás iba a ir a eso”, indicó.

Señala que las empresas que ofrecen de 9 mil a 10 mil pesos de percepciones mensuales, no son ingresos seguros, sino la suma de comisiones que el empleado tiene que ganar, si se esfuerza en extremo, y en el que el sueldo base es de 4 mil a 5 mil pesos mensuales.

En la lista están empresas de cablevisión, de créditos y de autoservicio, registrados en el Servicio Nacional del Empleo, que ofrecen percepciones de hasta 10 mil pesos, pero al platicar con ellos refieren que es la meta a ganar por comisiones, sueldos y estímulos.

Foto: Jesús Guzmán │ El Sol de Mazatlán

“No hay un sueldo fijo, se pudiera decir, también estamos hablando de un sueldo de mil pesos por semana que son seguros, lo demás es una apariencia, por eso digo que no hay nada seguro, hay mucho para doctores y enfermeras, por lo mismo de la pandemia”.

De todas, la empresa que más le convence es una que opera al interior del muelle portuario, pero no es por sueldo, sino por turnos de ocho horas en el que ganaría un promedio de 2 mil 500 pesos a la quincena, con la posibilidad de trabajar dos turnos seguidos, es decir 16 horas continuas, para ganar lo que antes percibía en un solo turno.

INCERTIDUMBRE

Rafael Rodríguez ve cómo las deudas se le vienen encima, trata de no desesperarse, por un lado, tiene lo de Infonavit y, por otro, los gastos del hogar, entre servicios, transporte y alimentación.

Hasta la fecha no ha podido negociar en Infonavit porque cuando ha ido, las oficinas están hasta el tope, así que tendrá que madrugar para hacer fila en la puerta y ser uno de los que puedan ingresar.

Foto: Jesús Guzmán │ El Sol de Mazatlán

Puedes leer: Se agudiza el desempleo en las cooperativas pesqueras

Por otra parte, comenta que también analiza la posibilidad de hacer un retiro parcial por desempleo ante su Afore, si en 46 días no consigue un nuevo trabajo.

Mientras tanto tendrá que estirar lo más que pueda el ingreso que obtuvo como finiquito por bono de antigüedad.

“Yo no busqué empleo antes porque ellos me aseguraron que me iba a quedar de reclutador en la empresa, me ocupaban para no estar viniendo desde Los Mochis o de Culiacán, me dijeron: tú no te preocupes, tú estás seguro, no estás fuera, incluso en los últimos días, me mandaban mucha gente y tenía una lista grande para atender, pensé ya me quedé de esto, pero a los días de eso, me daban dos nuevas opciones: la mina o el finiquito, y opté por lo último, del primero no me aseguraban nada”, concluyó.



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