/ lunes 14 de noviembre de 2022

Por falta de recursos, Mazatlán pierde certificación de sus playas

El distintivo no solo depende del aspecto económico, sino de cumplir con los requerimientos ecológicos, los cuales con el boom turístico que vive el puerto, penden de un hilo

Por falta de presupuesto, Mazatlán perdió la certificación de dos de sus cuatro playas, con el distintivo de Playa Limpia y otra de ellas redujo a la mitad su longitud de tramo certificado. Se trata de Luna Bonita, Estrella de Mar y Santuario El Verde Camacho, respectivamente.

La certificación establece estándares y ayuda a distinguir playas que ofrecen una alta calidad de las que no lo están en términos de servicio, manejo, educación y seguridad, protegiendo a su vez el ambiente natural y la integridad cultural.

También puedes leer: Buscan recuperar certificación de playa limpia de Luna Bonita

"Es un plus para Mazatlán (contar con playas certificadas) principalmente para los ecosistemas que es lo que se busca, que la playa sea sustentable y haya un equilibrio entre los visitantes y el ecosistema", aseguró Luis Fernando Ortiz Genis, titular de la Operadora y Administradora de Playas.

Luna Bonita obtuvo su certificación dentro de la modalidad recreativa, por primera vez en 2020 ante el Instituto Mexicano para la Normalización y Certificación (IMNC) con una longitud de 514 metros. Ese mismo año también la obtuvo Estrella de Mar con una longitud de 2,172 metros. Llegó a ser la más extensa del país en esta categoría.

Mientras que desde el 2012 Santuario El Verde Camacho, refugio de tortugas marinas, ha sido recertificado en la modalidad prioritaria para la Conservación. Con sus seis kilómetros de longitud fue no sólo la más extensa del país, sino que también única en su tipo a nivel mundial dentro de la categoría. Este año solo se certificaron tres mil metros.

La intención es recuperar los distintivos el próximo año, aseguró Ortiz Genis, pero el recurso que se requieren bastante, un tramo de 500 metros representa una inversión de hasta 60 mil pesos, más lo que se hace el resto del año para mantenerlas en condiciones adecuadas, aunque reconoció que hay interés por parte de la iniciativa privada, específicamente del ramo hotelero, para sumar más certificaciones al puerto.

Pero la certificación no solo depende del recurso económico, sino de cumplir con los requerimientos, los cuales con el boom turístico que vive Mazatlán penden de un hilo.

"Todos los días tenemos auxiliares en las playas, sin embargo, en temporada alta es más intenso el movimiento que hay e incrementa también la acumulación de basura", señaló el funcionario municipal.

Ni los 10 elementos que diariamente recorren desde Zona Dorada hasta Olas Altas haciendo labores de limpieza en el área de arena, ni las jornadas de recolección de basura sabatinas, dónde se juntan en cantidad los deshechos cómo el plástico, los microplásticos, restos de unicel y vidrio, a veces hasta muebles o partes de éstos, parecen ser suficientes contra la demanda de visitantes que tienen las playas, certificadas y no certificadas.

Ordenamiento en playas

Tener playas certificadas vale la pena como parte de los criterios de sustentabilidad, calidad, eficiencia y preservación de este que es el principal atractivo turístico del puerto, además de que permite tener cierto nivel de competitividad con otros destinos costeros, indica Ángel García Contreras, consultor especializado en temas de medio ambiente y desarrollo.

"Es un proceso que te permite en 70 parámetros garantizar que las playas certificadas estén dentro de los estándares de calidad internacional, calidad el agua, residuos, infraestructura, en servicios, educación ambiental, señalética y eso es muy bueno para el visitante y más si quieres atraer turismo de calidad", indicó.

No obstante, el problema, o lo que las autoridades no han entendido, es que no se trata solo de obtener un galardón, sino de hacer un proceso de ordenamiento integral que permita mantener en las condiciones adecuadas las playas durante todo el año y no solo cumplir con los requisitos cuando se vayan a recertificar.

"Lo que se trata no es de obtener un diploma, sino de impulsar un proceso de organización, de gestión, de manera integrada con los actores y sectores para mejorar los parámetros", mencionó.

Para certificar las playas se puede hacer uso de los recursos que llegan al municipio del impuesto de Zofemat. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Cada año, desde el 2013 y con algunas excepciones se ha refrendado la certificación de la Gaviotas, sobre todo en fechas de concentración masiva en las playas, se encuentra que los parámetros más visibles no cumplen con la norma especificada:

Señalética, contenedores reglamentarios de residuos sólidos, con carencia de servicios básicos para los usuarios como baños, regaderas, casetas de vigilancia con salvavidas y en cambio hay un crecimiento anárquico de vendedores semifijos y prestadores de servicios acuáticos qué no cumplen con la zonificación de acceso- ingreso a la bahía.

OAP sin resultados concretos

Apenas en el 2018 se creó la paramunicipal Operadora y Administradora de Playas, la cual, considera, no ha servido más que para gastar dinero e incrementar la burocracia y por el contrario han disminuido las certificaciones. En pocas palabras, sentenció, no hay resultados concretos.

El ex director de Ecología recordó que hasta hace cuatro años la regulación y certificación de las playas estaba a cargo de esta dirección; en aquel entonces cuando se certificó por primera vez Playa Gaviotas en el 2013, se compraron baños y regaderas portátiles para ofrecer el servicio cómo lo mandata la norma.

Había un sistema de barrido mecanizado que permitía limpiar hasta 20 centímetros de profundidad en la arena y se hacían proyectos para bajar recursos de Zofemat. Ahora la limpieza se hace manualmente, no se sabe dónde quedó ese equipo.

"Los que realizan sus jornadas de limpieza habría que felicitarlos, impulsarlos de continúan haciéndolo, pero también hay un proceso de desgaste de la sociedad y los voluntarios, porque ven que eso no tiene fin. La autoridad debería analizar para qué esas organizaciones no queden en voluntarismo y contribuir con una estrategia, un proceso de educación ambiental".

Incluso, añadió, se pudiera regular la carga de las playas poniendo aforos, para evitar la sobresaturación, tanto de personas como de residuos, así se mantendría el nivel de seguridad y calidad.

"No se trata solo de obtener un galardón, sino de mantener un proceso virtuoso, sistemático y creciente entre todos los actores que intervienen en la gestión, usufructo y recreo de una playa certificada, solo así podrá perdurar y enraizarse los parámetros ambientales, sanitarios y de seguridad que diferencian un puerto con playa sustentables y los que son del montón".

La alta presencia de turistas hace más difícil conservar una certificación. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Tipos de certificación

El Instituto Mexicano de Normalización y Certificación a través de la Norma: NMX-AA-120-SCFI-2016 tiene el objetivo principal de establecer los requisitos y especificaciones de sustentabilidad y de calidad de playas en dos modalidades, de uso recreativo y prioritario para la conservación.

Conservación

En esta modalidad está el Santuario El Verde Camacho en Mazatlán, con una longitud de tres kilómetros; Playa Ceuta en Elota, con 500 metros y Las Labradas, San Ignacio, con 488 metros.

Recreativa

En la modalidad Recreativa están playa Gaviotas, en Mazatlán, con 530 metros de longitud; Costa Azul, Angostura, con 526 metros; Las Águilas, Navolato, con 500 metros y Las Glorias, Guasave, con 476 metros. El certificado tiene una vigencia de dos años.

Playa platino

La visión de este distintivo es lograr que las playas del país sean conocidas por su belleza escénica, excelencia ambiental, seguridad, instalaciones, señalización con información relevante de cada playa y accesibilidad universal.

De acuerdo al portal playaplatino.com en Sinaloa solo hay tres playas con el distintivo Playa Platino, todas en Mazatlán, las cuales son Playa Pinitos, ubicada en Paseo Claussen a un costado de la Casa del Marino, con una longitud de 150 metros; Holiday Inn, en avenida Playa Gaviotas en Zona Dorada, con una longitud de 60 metros y Hotel Park Inn, avenida Sábalo-Cerritos, con una longitud de 20 metros.

¿Qué busca la certificación?

Llevar recursos de la iniciativa privada a las playas mexicanas, involucramiento de la comunidad local en la sostenibilidad ambiental de la playa de aprovechamiento responsable de recursos.

Larga vida para todos los seres vivos de la región, promover el turismo responsable y consciente, conjuntar esfuerzos para brindar seguridad y confianza en los destinos, así como infraestructura en sus servicios manteniendo el entorno limpio libre de residuos contaminantes.

Para saber

A nivel nacional, Quintana Roo es el estado que más playas certificadas tiene con el distintivo de Playa Platino, en total 8, Yucatán 7, Baja California Sur 5 y Oaxaca 3, al igual que Mazatlán. La vigencia de las certificaciones es de un año.

Beneficios

Prestigio del destino turístico; mayor inversión extranjera y nacional; conservación de ecosistemas costeros promoviendo el cuidado de sus procesos ecológicos, hábitat y especies de flora y fauna silvestre; incremento en la calidad y procesos a la altura de estándares internacionales.

Dato

60 mil pesos es la inversión requerida para mantener en condiciones adecuadas un tramo de 500 metros.

Por falta de presupuesto, Mazatlán perdió la certificación de dos de sus cuatro playas, con el distintivo de Playa Limpia y otra de ellas redujo a la mitad su longitud de tramo certificado. Se trata de Luna Bonita, Estrella de Mar y Santuario El Verde Camacho, respectivamente.

La certificación establece estándares y ayuda a distinguir playas que ofrecen una alta calidad de las que no lo están en términos de servicio, manejo, educación y seguridad, protegiendo a su vez el ambiente natural y la integridad cultural.

También puedes leer: Buscan recuperar certificación de playa limpia de Luna Bonita

"Es un plus para Mazatlán (contar con playas certificadas) principalmente para los ecosistemas que es lo que se busca, que la playa sea sustentable y haya un equilibrio entre los visitantes y el ecosistema", aseguró Luis Fernando Ortiz Genis, titular de la Operadora y Administradora de Playas.

Luna Bonita obtuvo su certificación dentro de la modalidad recreativa, por primera vez en 2020 ante el Instituto Mexicano para la Normalización y Certificación (IMNC) con una longitud de 514 metros. Ese mismo año también la obtuvo Estrella de Mar con una longitud de 2,172 metros. Llegó a ser la más extensa del país en esta categoría.

Mientras que desde el 2012 Santuario El Verde Camacho, refugio de tortugas marinas, ha sido recertificado en la modalidad prioritaria para la Conservación. Con sus seis kilómetros de longitud fue no sólo la más extensa del país, sino que también única en su tipo a nivel mundial dentro de la categoría. Este año solo se certificaron tres mil metros.

La intención es recuperar los distintivos el próximo año, aseguró Ortiz Genis, pero el recurso que se requieren bastante, un tramo de 500 metros representa una inversión de hasta 60 mil pesos, más lo que se hace el resto del año para mantenerlas en condiciones adecuadas, aunque reconoció que hay interés por parte de la iniciativa privada, específicamente del ramo hotelero, para sumar más certificaciones al puerto.

Pero la certificación no solo depende del recurso económico, sino de cumplir con los requerimientos, los cuales con el boom turístico que vive Mazatlán penden de un hilo.

"Todos los días tenemos auxiliares en las playas, sin embargo, en temporada alta es más intenso el movimiento que hay e incrementa también la acumulación de basura", señaló el funcionario municipal.

Ni los 10 elementos que diariamente recorren desde Zona Dorada hasta Olas Altas haciendo labores de limpieza en el área de arena, ni las jornadas de recolección de basura sabatinas, dónde se juntan en cantidad los deshechos cómo el plástico, los microplásticos, restos de unicel y vidrio, a veces hasta muebles o partes de éstos, parecen ser suficientes contra la demanda de visitantes que tienen las playas, certificadas y no certificadas.

Ordenamiento en playas

Tener playas certificadas vale la pena como parte de los criterios de sustentabilidad, calidad, eficiencia y preservación de este que es el principal atractivo turístico del puerto, además de que permite tener cierto nivel de competitividad con otros destinos costeros, indica Ángel García Contreras, consultor especializado en temas de medio ambiente y desarrollo.

"Es un proceso que te permite en 70 parámetros garantizar que las playas certificadas estén dentro de los estándares de calidad internacional, calidad el agua, residuos, infraestructura, en servicios, educación ambiental, señalética y eso es muy bueno para el visitante y más si quieres atraer turismo de calidad", indicó.

No obstante, el problema, o lo que las autoridades no han entendido, es que no se trata solo de obtener un galardón, sino de hacer un proceso de ordenamiento integral que permita mantener en las condiciones adecuadas las playas durante todo el año y no solo cumplir con los requisitos cuando se vayan a recertificar.

"Lo que se trata no es de obtener un diploma, sino de impulsar un proceso de organización, de gestión, de manera integrada con los actores y sectores para mejorar los parámetros", mencionó.

Para certificar las playas se puede hacer uso de los recursos que llegan al municipio del impuesto de Zofemat. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Cada año, desde el 2013 y con algunas excepciones se ha refrendado la certificación de la Gaviotas, sobre todo en fechas de concentración masiva en las playas, se encuentra que los parámetros más visibles no cumplen con la norma especificada:

Señalética, contenedores reglamentarios de residuos sólidos, con carencia de servicios básicos para los usuarios como baños, regaderas, casetas de vigilancia con salvavidas y en cambio hay un crecimiento anárquico de vendedores semifijos y prestadores de servicios acuáticos qué no cumplen con la zonificación de acceso- ingreso a la bahía.

OAP sin resultados concretos

Apenas en el 2018 se creó la paramunicipal Operadora y Administradora de Playas, la cual, considera, no ha servido más que para gastar dinero e incrementar la burocracia y por el contrario han disminuido las certificaciones. En pocas palabras, sentenció, no hay resultados concretos.

El ex director de Ecología recordó que hasta hace cuatro años la regulación y certificación de las playas estaba a cargo de esta dirección; en aquel entonces cuando se certificó por primera vez Playa Gaviotas en el 2013, se compraron baños y regaderas portátiles para ofrecer el servicio cómo lo mandata la norma.

Había un sistema de barrido mecanizado que permitía limpiar hasta 20 centímetros de profundidad en la arena y se hacían proyectos para bajar recursos de Zofemat. Ahora la limpieza se hace manualmente, no se sabe dónde quedó ese equipo.

"Los que realizan sus jornadas de limpieza habría que felicitarlos, impulsarlos de continúan haciéndolo, pero también hay un proceso de desgaste de la sociedad y los voluntarios, porque ven que eso no tiene fin. La autoridad debería analizar para qué esas organizaciones no queden en voluntarismo y contribuir con una estrategia, un proceso de educación ambiental".

Incluso, añadió, se pudiera regular la carga de las playas poniendo aforos, para evitar la sobresaturación, tanto de personas como de residuos, así se mantendría el nivel de seguridad y calidad.

"No se trata solo de obtener un galardón, sino de mantener un proceso virtuoso, sistemático y creciente entre todos los actores que intervienen en la gestión, usufructo y recreo de una playa certificada, solo así podrá perdurar y enraizarse los parámetros ambientales, sanitarios y de seguridad que diferencian un puerto con playa sustentables y los que son del montón".

La alta presencia de turistas hace más difícil conservar una certificación. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Tipos de certificación

El Instituto Mexicano de Normalización y Certificación a través de la Norma: NMX-AA-120-SCFI-2016 tiene el objetivo principal de establecer los requisitos y especificaciones de sustentabilidad y de calidad de playas en dos modalidades, de uso recreativo y prioritario para la conservación.

Conservación

En esta modalidad está el Santuario El Verde Camacho en Mazatlán, con una longitud de tres kilómetros; Playa Ceuta en Elota, con 500 metros y Las Labradas, San Ignacio, con 488 metros.

Recreativa

En la modalidad Recreativa están playa Gaviotas, en Mazatlán, con 530 metros de longitud; Costa Azul, Angostura, con 526 metros; Las Águilas, Navolato, con 500 metros y Las Glorias, Guasave, con 476 metros. El certificado tiene una vigencia de dos años.

Playa platino

La visión de este distintivo es lograr que las playas del país sean conocidas por su belleza escénica, excelencia ambiental, seguridad, instalaciones, señalización con información relevante de cada playa y accesibilidad universal.

De acuerdo al portal playaplatino.com en Sinaloa solo hay tres playas con el distintivo Playa Platino, todas en Mazatlán, las cuales son Playa Pinitos, ubicada en Paseo Claussen a un costado de la Casa del Marino, con una longitud de 150 metros; Holiday Inn, en avenida Playa Gaviotas en Zona Dorada, con una longitud de 60 metros y Hotel Park Inn, avenida Sábalo-Cerritos, con una longitud de 20 metros.

¿Qué busca la certificación?

Llevar recursos de la iniciativa privada a las playas mexicanas, involucramiento de la comunidad local en la sostenibilidad ambiental de la playa de aprovechamiento responsable de recursos.

Larga vida para todos los seres vivos de la región, promover el turismo responsable y consciente, conjuntar esfuerzos para brindar seguridad y confianza en los destinos, así como infraestructura en sus servicios manteniendo el entorno limpio libre de residuos contaminantes.

Para saber

A nivel nacional, Quintana Roo es el estado que más playas certificadas tiene con el distintivo de Playa Platino, en total 8, Yucatán 7, Baja California Sur 5 y Oaxaca 3, al igual que Mazatlán. La vigencia de las certificaciones es de un año.

Beneficios

Prestigio del destino turístico; mayor inversión extranjera y nacional; conservación de ecosistemas costeros promoviendo el cuidado de sus procesos ecológicos, hábitat y especies de flora y fauna silvestre; incremento en la calidad y procesos a la altura de estándares internacionales.

Dato

60 mil pesos es la inversión requerida para mantener en condiciones adecuadas un tramo de 500 metros.

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