Mazatlán, Sin.- Cuando se habla de los lugares más visitados por los turistas en Mazatlán no se puede hacer a un lado a la famosa Cueva del Diablo, uno de los sitios emblemáticos del puerto que está rodeado de mitos y leyendas urbanas que lo hacen más atractivo.
Situada en el Paseo Claussen, en Olas Altas, frente a la Glorieta Sánchez Taboada, el lugar provoca curiosidad y morbo. Unas rejas obstruyendo el paso hacia el interior de una caverna al pie de un cerro es todo lo que las personas pueden ver; hay quienes dicen que el lugar se usaba para hacer rituales satánicos, otros aseguran que por ahí pasaba un tren y también se cuenta que fue utilizada por los piratas para guardar sus tesoros.
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Pero una de las leyendas urbanas más populares que tiene el lugar cuenta que durante un Carnaval, dos hermosas jóvenes fueron atraídas por un hombre muy elegante que estaba parado justo en la entrada de la cueva. Se dice que las mujeres entraron, pero que nunca más regresaron, ya que ese misterioso personaje era el mismísimo Lucifer.
A la Cueva del Diablo se le comenzó a conocer así por los mismos mazatlecos, que fueron contando estas historias de generación en generación; incluso, en la actualidad hay quienes aseguran que por las noches se ve una luz roja en el fondo de la cueva.
Curiosidad
La historia de Mazatlán cuenta que el lugar sirvió como un depósito de dinamita cuando en su tiempo se construyó el Paseo Olas Altas. Sin embargo, el olor a azufre en el lugar hizo que el mito de que ahí vivía el diablo creciera aún más, además de que los trabajadores aseguraron que muchas veces lo vieron pasear por ahí.
Aunque no se puede entrar, cientos de personas llegan ahí para tomarse fotos. Cada temporada de vacaciones este lugar es de los más concurridos por los turistas, pues la curiosidad hace que quieran conocerlo.
