/ lunes 14 de agosto de 2023

Falta de planeación, basura y drenaje deficiente dejan a Mazatlán vulnerable ante las lluvias 

El crecimiento desordenado, la acumulación de basura y un sistema deficiente de drenaje y pluvial han hecho del puerto un lugar susceptible a las inundaciones 

Mazatlán, Sin.- Hace 22 años Angélica Nevarez llegó a vivir al fraccionamiento Jacarandas, su casa se ubica justo donde hacen esquina las calles Cedros y Framboyanes, a un costado del arroyo Jabalines, que en aquel entonces era sólo un "canalito".

Fue su papá quien le construyó su casa y cuando escarbó para hacer los cimientos de la vivienda brotó un venero, lo cual le resultó sospechoso, por lo que le sugirió elevar su casa por encima del nivel de la calle, prediciendo que en un futuro tendría problemas de inundación por el canal que corría a un costado de su casa.

Puedes leer: Se desborda alcantarilla en Villas del Sol

Angélica nunca pensó que ese sabio consejo de su papá en la actualidad le sería de gran ayuda, incluso le sugirió elevarla aún más de lo que la dejó, pero ella estaba incrédula de que una cosa así fuera a pasar, pues esos predios los vendió el propio gobierno y su lógica fue: si son terrenos en zona de riesgo ¿por qué les venderían sabiendo que en un futuro traería problemas?

La realidad es que cada año, durante la temporada de lluvias, Angélica al igual que los vecinos de este asentamiento no duermen, están "con el Jesús en la boca" ante el temor de que el arroyo se desborde y el agua se introduzca en sus hogares, como ha ocurrido históricamente.

Recuerda que hace dos décadas ese sector no se anegaba, los problemas iniciaron años después cuando se comenzaron a construir plazas comerciales a los alrededores, donde antes había lagunas.

La primera vez que se inundó fue una locura, hubo pérdida total, muebles, electrodomésticos, automóviles, pisos agrietados, tuvo que salir de su hogar por dos años para trabajar, hacer arreglos y equipar nuevamente la vivienda.

Lo más alto que ha subido el agua es a nivel de cintura. Para evitar pérdidas algunos colonos han optado por ir elevando más las viviendas, construir un segundo piso o han mandado construir estructuras de metal de un metro de alto para subir ahí algunos electrodomésticos, al menos los eléctricos y las camas, otros compraron muebles con materiales que son más resistentes al agua.

Las casas se devaluaron a partir de que se empezó a inundar, lo que es una limitante para los vecinos que en algún momento han pensado en mudarse a otro lugar y quienes de plano ya están hartos de la situación han malbaratado las viviendas.

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Vulnerable a los ciclones

Mazatlán está expuesto a los embates producidos por fenómenos naturales como son los ciclones que traen consigo inundaciones en gran parte de la ciudad, misma que se encuentra a tres metros sobre el nivel del mar, aunado a las deficiencias en los drenajes fluviales, a la invasión de los cauces de arroyos y a la falta de obras hidráulicas para el control de las crecientes que se originan en los arroyos que cruzan la ciudad.

El pasado 22 de julio una tormenta azotó Mazatlán, lluvias acompañadas de fuertes vientos y descargas eléctricas dejaron daños en la infraestructura pública, en bienes y propiedades particulares.

Las velarias del Parque Lineal y Martiriano Carvajal colapsaron, 18 semáforos se averiaron, se cayeron más de 117 árboles, siete vehículos resultaron con daños y hubo afectaciones en 22 techos de lámina y cartón.

Además, más de 60 anuncios publicitarios y señalética vial cayeron y se registró una falla en la subestación Oriente de la Comisión Federal de Electricidad que dejó sin el servicio por horas e incluso días a 26 colonias, además de afectar también al alumbrado público. Se calculó daños a la infraestructura municipal por alrededor de 10 millones de pesos.

Pese a que la Comuna cuenta con un fondo de emergencias de 20 millones de pesos, ese recurso sigue intacto al considerarse que los estragos que ha sufrido la ciudad y sus habitantes no han sido suficientes como para echar mano de ese dinero.

El alcalde asegura que el municipio está preparado para salir y atender las emergencias, haciendo alusión a que lo más fuerte de la temporada de lluvias y huracanes aún no empieza.

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Factores de inundación

Cada año, la temporada de lluvias representa para los mazatlecos una amenaza para su seguridad, su integridad y su patrimonio, señaló Ángel García Contreras, consultor especializado en temas de medio ambiente y desarrollo.

La primera vulnerabilidad, explicó, es que el puerto está sentado sobre marismas, esteros, arroyos y terrenos ganados al mar. Por ejemplo, el Estero del Infiernillo, en el año 1950 tenía una superficie 370 hectáreas, en la actualidad le quedan menos de 70 y su desembocadura al mar tenía 300 metros de longitud, hoy solo tiene 50 en el puente Juárez.

En la zona turística, también, en la Laguna del Camarón hay un crecimiento con la alta plusvalía, más del 70 por ciento de la laguna ya es utilizada por grandes consorcios, hoteles y condominios. Este crecimiento sigue en la Zona Dorada, donde estaba antes la Laguna Gaviotas y más adelante el Estero del Sábalo, lo que hoy es La Marina.

"El Estero de Urías, La Sirena y el Estero del Infiernillo siguen rellenándose de manera indiscriminada por el boom inmobiliario, cuyos residuos pétreos van a parar para rellenar estos esteros y siguen acrecentando los asentamientos irregulares. Se sigue permitiendo de manera impune, es un delito penal federal el relleno de un estero", explicó.

Por otra parte, agregó, está el sistema de drenaje que es totalmente inviable al estar en una zona básicamente al nivel del mar e incluso por debajo del nivel del mar; si no hay drenaje suficiente para la ciudad mucho menos hay drenaje pluvial.

"Mazatlán tiene un estancamiento en cuanto a infraestructura, porque tiene las mismas plantas tratadoras y los mismos cárcamos y colectores. En tiempo de lluvias afloran todos los problemas de drenaje", dijo.

Sin embargo, la Comuna destina apenas el 8% de su presupuesto a la obra pública.

Otro grave problema que identificó es el de la basura, la acumulación de desechos en rejillas y ductos representa una amenaza para la seguridad e integridad física, ya que esto agrava el riesgo de inundaciones, aunado a la falta de cultura de prevención de la ciudadanía.

"No es solamente encomendarse a la Virgen en temporada de lluvias, hay que exigir a las autoridades, que ya no se siga pavimentando las colonias con pavimento, empedrarlas para que haya absorción del agua, recarga de los acuíferos e impedir que las áreas verdes se sigan encementando", exhortó.

Los ciclones tropicales pueden ser altamente destructivos y los daños varían de acuerdo a factores locales como la forma específica de la costa y del lecho marino circundante, así como el viento del ciclón, el campo de presión atmosférico y el tamaño del fenómeno.

García Contreras mencionó que hasta el momento la ciudad se ha salvado de las lluvias extraordinarias que dejan acumulados de hasta 150 milímetros, así como de la presencia de marea alta durante las precipitaciones. Si todos estos elementos coinciden durante un fenómeno hidrológico al puerto le iría muy mal.

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Zonas de riesgo

El Atlas de Riesgo Municipal identifica 42 cruces viales susceptibles a inundación y 289 colonias con niveles altos y muy altos de peligro por inundación.

Muchos de estos sectores son vulnerables porque no respetaron el sistema hidrológico natural de la ciudad, ocho mil 600 hectáreas de la ciudad son susceptibles de inundación y afecta a cada temporada de lluvias a por lo menos 60 mil habitantes.

El 40% de las zonas más vulnerables están en peligro debido a que utilizan los cauces como calles o se han realizado asentamientos habitacionales junto a los arroyos, también influyen los rellenos antrópicos o humanos en los sistemas lagunares; el entorno natural se ha transformado con la construcción de industria pesada, invasiones y el crecimiento no controlado de asentamientos humanos.

Las precipitaciones asociadas al ciclón tropical pueden reblandecer el suelo, en algunas regiones pudieran registrarse deslaves, deslizamiento de ladera, desbordamiento de ríos y arroyos o afectaciones en caminos y tramos carreteros, inundaciones en zonas bajas y saturación de drenajes.

Mazatlán, Sin.- Hace 22 años Angélica Nevarez llegó a vivir al fraccionamiento Jacarandas, su casa se ubica justo donde hacen esquina las calles Cedros y Framboyanes, a un costado del arroyo Jabalines, que en aquel entonces era sólo un "canalito".

Fue su papá quien le construyó su casa y cuando escarbó para hacer los cimientos de la vivienda brotó un venero, lo cual le resultó sospechoso, por lo que le sugirió elevar su casa por encima del nivel de la calle, prediciendo que en un futuro tendría problemas de inundación por el canal que corría a un costado de su casa.

Puedes leer: Se desborda alcantarilla en Villas del Sol

Angélica nunca pensó que ese sabio consejo de su papá en la actualidad le sería de gran ayuda, incluso le sugirió elevarla aún más de lo que la dejó, pero ella estaba incrédula de que una cosa así fuera a pasar, pues esos predios los vendió el propio gobierno y su lógica fue: si son terrenos en zona de riesgo ¿por qué les venderían sabiendo que en un futuro traería problemas?

La realidad es que cada año, durante la temporada de lluvias, Angélica al igual que los vecinos de este asentamiento no duermen, están "con el Jesús en la boca" ante el temor de que el arroyo se desborde y el agua se introduzca en sus hogares, como ha ocurrido históricamente.

Recuerda que hace dos décadas ese sector no se anegaba, los problemas iniciaron años después cuando se comenzaron a construir plazas comerciales a los alrededores, donde antes había lagunas.

La primera vez que se inundó fue una locura, hubo pérdida total, muebles, electrodomésticos, automóviles, pisos agrietados, tuvo que salir de su hogar por dos años para trabajar, hacer arreglos y equipar nuevamente la vivienda.

Lo más alto que ha subido el agua es a nivel de cintura. Para evitar pérdidas algunos colonos han optado por ir elevando más las viviendas, construir un segundo piso o han mandado construir estructuras de metal de un metro de alto para subir ahí algunos electrodomésticos, al menos los eléctricos y las camas, otros compraron muebles con materiales que son más resistentes al agua.

Las casas se devaluaron a partir de que se empezó a inundar, lo que es una limitante para los vecinos que en algún momento han pensado en mudarse a otro lugar y quienes de plano ya están hartos de la situación han malbaratado las viviendas.

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Vulnerable a los ciclones

Mazatlán está expuesto a los embates producidos por fenómenos naturales como son los ciclones que traen consigo inundaciones en gran parte de la ciudad, misma que se encuentra a tres metros sobre el nivel del mar, aunado a las deficiencias en los drenajes fluviales, a la invasión de los cauces de arroyos y a la falta de obras hidráulicas para el control de las crecientes que se originan en los arroyos que cruzan la ciudad.

El pasado 22 de julio una tormenta azotó Mazatlán, lluvias acompañadas de fuertes vientos y descargas eléctricas dejaron daños en la infraestructura pública, en bienes y propiedades particulares.

Las velarias del Parque Lineal y Martiriano Carvajal colapsaron, 18 semáforos se averiaron, se cayeron más de 117 árboles, siete vehículos resultaron con daños y hubo afectaciones en 22 techos de lámina y cartón.

Además, más de 60 anuncios publicitarios y señalética vial cayeron y se registró una falla en la subestación Oriente de la Comisión Federal de Electricidad que dejó sin el servicio por horas e incluso días a 26 colonias, además de afectar también al alumbrado público. Se calculó daños a la infraestructura municipal por alrededor de 10 millones de pesos.

Pese a que la Comuna cuenta con un fondo de emergencias de 20 millones de pesos, ese recurso sigue intacto al considerarse que los estragos que ha sufrido la ciudad y sus habitantes no han sido suficientes como para echar mano de ese dinero.

El alcalde asegura que el municipio está preparado para salir y atender las emergencias, haciendo alusión a que lo más fuerte de la temporada de lluvias y huracanes aún no empieza.

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Factores de inundación

Cada año, la temporada de lluvias representa para los mazatlecos una amenaza para su seguridad, su integridad y su patrimonio, señaló Ángel García Contreras, consultor especializado en temas de medio ambiente y desarrollo.

La primera vulnerabilidad, explicó, es que el puerto está sentado sobre marismas, esteros, arroyos y terrenos ganados al mar. Por ejemplo, el Estero del Infiernillo, en el año 1950 tenía una superficie 370 hectáreas, en la actualidad le quedan menos de 70 y su desembocadura al mar tenía 300 metros de longitud, hoy solo tiene 50 en el puente Juárez.

En la zona turística, también, en la Laguna del Camarón hay un crecimiento con la alta plusvalía, más del 70 por ciento de la laguna ya es utilizada por grandes consorcios, hoteles y condominios. Este crecimiento sigue en la Zona Dorada, donde estaba antes la Laguna Gaviotas y más adelante el Estero del Sábalo, lo que hoy es La Marina.

"El Estero de Urías, La Sirena y el Estero del Infiernillo siguen rellenándose de manera indiscriminada por el boom inmobiliario, cuyos residuos pétreos van a parar para rellenar estos esteros y siguen acrecentando los asentamientos irregulares. Se sigue permitiendo de manera impune, es un delito penal federal el relleno de un estero", explicó.

Por otra parte, agregó, está el sistema de drenaje que es totalmente inviable al estar en una zona básicamente al nivel del mar e incluso por debajo del nivel del mar; si no hay drenaje suficiente para la ciudad mucho menos hay drenaje pluvial.

"Mazatlán tiene un estancamiento en cuanto a infraestructura, porque tiene las mismas plantas tratadoras y los mismos cárcamos y colectores. En tiempo de lluvias afloran todos los problemas de drenaje", dijo.

Sin embargo, la Comuna destina apenas el 8% de su presupuesto a la obra pública.

Otro grave problema que identificó es el de la basura, la acumulación de desechos en rejillas y ductos representa una amenaza para la seguridad e integridad física, ya que esto agrava el riesgo de inundaciones, aunado a la falta de cultura de prevención de la ciudadanía.

"No es solamente encomendarse a la Virgen en temporada de lluvias, hay que exigir a las autoridades, que ya no se siga pavimentando las colonias con pavimento, empedrarlas para que haya absorción del agua, recarga de los acuíferos e impedir que las áreas verdes se sigan encementando", exhortó.

Los ciclones tropicales pueden ser altamente destructivos y los daños varían de acuerdo a factores locales como la forma específica de la costa y del lecho marino circundante, así como el viento del ciclón, el campo de presión atmosférico y el tamaño del fenómeno.

García Contreras mencionó que hasta el momento la ciudad se ha salvado de las lluvias extraordinarias que dejan acumulados de hasta 150 milímetros, así como de la presencia de marea alta durante las precipitaciones. Si todos estos elementos coinciden durante un fenómeno hidrológico al puerto le iría muy mal.

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Zonas de riesgo

El Atlas de Riesgo Municipal identifica 42 cruces viales susceptibles a inundación y 289 colonias con niveles altos y muy altos de peligro por inundación.

Muchos de estos sectores son vulnerables porque no respetaron el sistema hidrológico natural de la ciudad, ocho mil 600 hectáreas de la ciudad son susceptibles de inundación y afecta a cada temporada de lluvias a por lo menos 60 mil habitantes.

El 40% de las zonas más vulnerables están en peligro debido a que utilizan los cauces como calles o se han realizado asentamientos habitacionales junto a los arroyos, también influyen los rellenos antrópicos o humanos en los sistemas lagunares; el entorno natural se ha transformado con la construcción de industria pesada, invasiones y el crecimiento no controlado de asentamientos humanos.

Las precipitaciones asociadas al ciclón tropical pueden reblandecer el suelo, en algunas regiones pudieran registrarse deslaves, deslizamiento de ladera, desbordamiento de ríos y arroyos o afectaciones en caminos y tramos carreteros, inundaciones en zonas bajas y saturación de drenajes.

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