/ lunes 18 de enero de 2021

Doña Onoria se “enfrenta” a la pandemia

A pesar del riesgo que corre de contagiarse de Covid-19, no ha cerrado su puesto de dulces, pues si no vende no come

Mazatlán, Sin.- A las afueras del mercado Miguel Hidalgo, sobre la avenida De las Américas, en una pequeña mesa doña Onoria González vende dulces típicos mexicanos; elaborados por su esposo y por ella misma, lleva ya más de 45 años dedicándose a esta actividad comercial, la que hoy por hoy es su único sustento.

El 30 de diciembre pasado cumplió 80 años de edad y rememora que llegó al puerto cuando tenía 35, por allá en la década de los cuarenta.

A pesar de la pandemia, ella tiene que trabajar para poder comer. Foto: Carla González │ El Sol de Mazatlán

Cuenta que ambos son originarios de Ciudad de México y cada temporada de Carnaval, Navidad y Semana Santa, venían al puerto a vender artículos alusivos a cada fecha, hasta que un día decidieron quedarse definitivamente en Mazatlán.

A mi esposo le gustó Mazatlán, nosotros nada más veníamos a vender en Semana Santa, Navidad y Carnaval, veníamos por temporadas y definitivamente nos quedamos.

Onoria

En su lugar de origen, dice, la mayoría de las personas sabía hacer dulces tradicionales y ellos no eran la excepción, aunque en la capital del país había mucha competencia, entonces al llegar al puerto se dedicaron a elaborarlos y venderlos.

Trabajé en playa muchos años, pero un día me caí, me lastimé la pierna y para caminar se me hincha, por eso mejor me vine aquí al mercado.

Onoria


Foto: Carla González │ El Sol de Mazatlán

Lee aquí: Don Lupe, el raspalero de Cacalotán

Diariamente, a las 7:00 de la mañana, cruza en lancha del embarcadero para llegar a su lugar de trabajo, pues ella vive en la Isla de la Piedra.

Tengo 45 años vendido dulces, casi la mitad de mi vida dedicándome a esto.

Onoria

A pesar de la pandemia y del alto riesgo que corre de contagiarse, nunca ha dejado de vender, ni siquiera durante aquellos meses del confinamiento, pues si no vende no come.

"Es nuestro sustento la venta de dulces. Venía yo a vender todos los días, Diosito me ayudó y estoy bien y todavía ando acá. Está riesgoso, pero hay que trabajar, sino ¿con qué come uno?", señaló.

En la temporada decembrina las ventas estuvieron muy "flojas", por lo que espera que este 2021 las cosas cambien.

Foto: Carla González │ El Sol de Mazatlán

Han estado flojas las ventas, hay gente en el mercado, en diciembre hubo, sin embargo no compran, pero hay vamos.

Onoria

Cocadas; palanquetas de nuez, de almendra, de semilla de girasol; ate de membrillo, de calabaza; rollos de guayaba y dulces de tamarindo, vende doña Onoria González a las afueras del mercado.



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Mazatlán, Sin.- A las afueras del mercado Miguel Hidalgo, sobre la avenida De las Américas, en una pequeña mesa doña Onoria González vende dulces típicos mexicanos; elaborados por su esposo y por ella misma, lleva ya más de 45 años dedicándose a esta actividad comercial, la que hoy por hoy es su único sustento.

El 30 de diciembre pasado cumplió 80 años de edad y rememora que llegó al puerto cuando tenía 35, por allá en la década de los cuarenta.

A pesar de la pandemia, ella tiene que trabajar para poder comer. Foto: Carla González │ El Sol de Mazatlán

Cuenta que ambos son originarios de Ciudad de México y cada temporada de Carnaval, Navidad y Semana Santa, venían al puerto a vender artículos alusivos a cada fecha, hasta que un día decidieron quedarse definitivamente en Mazatlán.

A mi esposo le gustó Mazatlán, nosotros nada más veníamos a vender en Semana Santa, Navidad y Carnaval, veníamos por temporadas y definitivamente nos quedamos.

Onoria

En su lugar de origen, dice, la mayoría de las personas sabía hacer dulces tradicionales y ellos no eran la excepción, aunque en la capital del país había mucha competencia, entonces al llegar al puerto se dedicaron a elaborarlos y venderlos.

Trabajé en playa muchos años, pero un día me caí, me lastimé la pierna y para caminar se me hincha, por eso mejor me vine aquí al mercado.

Onoria


Foto: Carla González │ El Sol de Mazatlán

Lee aquí: Don Lupe, el raspalero de Cacalotán

Diariamente, a las 7:00 de la mañana, cruza en lancha del embarcadero para llegar a su lugar de trabajo, pues ella vive en la Isla de la Piedra.

Tengo 45 años vendido dulces, casi la mitad de mi vida dedicándome a esto.

Onoria

A pesar de la pandemia y del alto riesgo que corre de contagiarse, nunca ha dejado de vender, ni siquiera durante aquellos meses del confinamiento, pues si no vende no come.

"Es nuestro sustento la venta de dulces. Venía yo a vender todos los días, Diosito me ayudó y estoy bien y todavía ando acá. Está riesgoso, pero hay que trabajar, sino ¿con qué come uno?", señaló.

En la temporada decembrina las ventas estuvieron muy "flojas", por lo que espera que este 2021 las cosas cambien.

Foto: Carla González │ El Sol de Mazatlán

Han estado flojas las ventas, hay gente en el mercado, en diciembre hubo, sin embargo no compran, pero hay vamos.

Onoria

Cocadas; palanquetas de nuez, de almendra, de semilla de girasol; ate de membrillo, de calabaza; rollos de guayaba y dulces de tamarindo, vende doña Onoria González a las afueras del mercado.



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