Entre sus múltiples investigaciones del astrofísico Stephen Hawking, hubo una ligada directamente al mundo del fútbol: la “Teoría del penalti perfecto”. En ella aborda con datos estadísticos, las formas más efectivas de ejecutar un tiro penal.
Según Hawking, el 84 por ciento de los penaltis lanzados altos y a la escuadra acaban en gol. De igual modo, aclaró que deben cobrarse con el interior del pie, teniendo en cuenta la velocidad ligada a la colocación.
Sin embargo, no pudo demostrar si un jugador zurdo o diestro tiene más opciones de anotar, aunque pronosticó cierto beneficio para los rubios y los calvos. “Es una de los mayores misterios de la ciencia”, señaló.
Asimismo, durante el Mundial de fútbol de Brasil-2014 analizó los datos de las competiciones anteriores para determinar las posibles condiciones que favorecerían el triunfo de la selección de Inglaterra.
"Como todos los animales, el equipo de Inglaterra es un animal de costumbres. Estar cerca de casa reduce el impacto negativo de las diferencias culturales y de horario”, subrayó.
Otros elementos como el clima y la distancia también fueron estudiados por el científico. “Un aumento de cinco grados reduce las opciones de victoria en un 59 por ciento y tenemos el doble de opciones si jugamos por debajo de los 500 metros sobre el nivel del mar”, explicó.
De igual modo, precisó que Inglaterra tenía más posibilidades de ganar si utilizaba el uniforme rojo y el 4-3-3 como formación, en lugar del 4-4-2. En este contexto, resaltó su predilección por los árbitros europeos.
Más allá del científico tradicional, intentó acercar a las personas a las complejidades del universo desde el sentido del humor, su deporte favorito.
La Madre Teresa de Calcuta sentenció: “Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón… Pero nunca te detengas!”.
Stephen Hawking fue más allá del bastón y se convirtió en un deportista de la Física. Ganó carreras a los agujeros negros, conquistó la magnitud espacio-tiempo y siempre supo que más allá de la meta, el verdadero triunfo lo tiene el universo.