Lo hicieron de nuevo, el público incomparable despidió a suestilo a Tigres antes de partir a Guadalajara en busca de otrotítulo. El equipo esta vez evitó a la gente en el aeropuertoMariano Escobedo, pero eso no impidió que cientos de seguidoresauriazules acudieran a decirles adiós a sus ídolos.
Los más vivos se percataron o enteraron de que el plantel iba acomer en un restaurante cerca de la terminal aérea y sin dudarlocorrieron a verlos.
Fue un grupo de casi cien aficionados los que acudieron alrecinto y esperaron a que los jugadores acabaran de comer. Lasbanderas, balones, carteles y carros pintados se observaron en ellugar, la música tampoco faltó. Un automóvil sacó una bocina ypuso los cánticos más conocidos de Tigres a todo volumen. Laespera se amenizó.
Varios minutos después el conjunto comenzó a salir del lugar.Javier Aquino, Jürgen Damm y Eduardo Vargas fueron los primeros enaparecer y tener contacto con la gente. Los mexicanos fueronsolicitados para fotografías, el andino caminó directo alcamión.
El grupo se esparció y la gente también. La locura empezó portodo el lugar. Aficionados y medios de comunicación corrieron deun lado a otro en busca de sus respectivos intereses.
El “Chaka” Rodríguez, Enrique Palos, Alberto Acosta, el“Gringo” Torres y Luis Advíncula no tuvieron tantos problemaspara avanzar.
En ese momento apareció André-Pierre Gignac, el francés fueel más perseguido, aunque no todos los vieron. El antes jugadordel Olympique de Marsella, con un vaso en la mano, atendió a todoslos que pudo.
Al mismo tiempo Guido Pizarro, Nahuel Guzmán y Lucas Zelarayánatendieron a otro grupo de seguidores. “Ya no la sueltesNahuel”, le gritaron al “Patón” tras los errores que tuvo enel juego de ida.
El “Tuca” Ferretti también salió, pero pocos aficionadosse atrevieron a acercársele.
Jesús Dueñas y Hugo Ayala fueron los últimos en salir, elzaguero se recuperó y tiene posibilidades de jugar enGuadalajara.
De esta forma despidieron a Tigres con la ilusión de esperarlosel domingo con la copa entre sus garras.