A través de la obra “Donde se cruzan los sueños”, el dramaturgo y director Alberto Solián realiza una comunión entre la psicoterapia de enfoque humanístico y el teatro, para hablar sobre los sueños interrumpidos por circunstancias adversas -como la privación de la libertad o de la vida- y hacer a la vez una profunda reflexión sobre el duelo.
Este montaje, a cargo de la compañía Sin Espacio Teatro, que se presentará el 20 de abril en el Teatro Ángela Peralta de Mazatlán y el 27 del mismo mes, en el Foro Escénico CIE, en Los Mochis, rinde homenaje post mortem a los artistas Max Corrales, Jorge y Andrés Tirado y a la desaparecida Érika Cueto, además de que es un reconocimiento al trabajo del Grupo de Rastreadoras El Fuerte.
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“Desde la puesta en escena intento hacer una comunión entre la psicoterapia de enfoque humanístico y el teatro, creo que ambas disciplinas artísticas van de la mano y hoy abrazo estas dos profesiones que en verdad son una sola pues se enfocan en el ser humano, en la investigación de la conducta, de los sentimientos, de los pensamientos y las emociones”, explica Solián.
Los protagonistas de esta historia son Graciela y Andrea Cueto, Natalia Solián, Antonio Garcés y Enrique Félix.
”La obra está construida un poco en un tono trágico griego, porque creo que es lo que estamos viviendo, y justamente el mito que se genera en la obra, es el de un hijo desobediente, cuya historia partió de una nota que leí por allá en el 2008, cuando empecé a tratar de escribirla, y como soy psicólogo, empecé a pensar si habría algún lugar en el cerebro donde se cruzan los sueños, la conclusión a la que llegué, haciendo teatro y psicología, es que el único lugar donde se cruzan los sueños, es precisamente en los sueños y en el teatro”, comenta.
La compañía Sin Espacio Teatro, con apoyos del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDAS), realiza un ciclo de presentaciones de este montaje por diversos municipios del estado.
¿De qué se trata?
La historia recrea el tema de la antigua canción “El hijo desobediente”, cuyos acordes son tocados por un estrafalario personaje llamado “El Trompeta”, cuyo instrumento va marcando los tiempos de la historia y a la vez presagia lo que viene a cambio de una moneda.
Todo inicia con el regreso a El Palmito, de Miguel, un joven que se reencuentra con su madre, de la que fue separado hace 15 años cuando tenía 5 años de edad, al ser levantado por unos encapuchados.
Mientras enfrenta a su madre, quien vive de vender pan en la calle, allá lejos se oye sonar la tambora en la mansión de quien fue su padre y quien nada hizo para rescatarlo.
Un grupo de inteligencia de Estados Unidos lo liberó y al crecer ingresó al Ejército, para ser enviado muchos años después a El Palmito con la misión de eliminar al líder de la violencia en la región, que resulta ser su padre. La obra teatral data de 2010 y es un homenaje a las madres con hijos desaparecidos.
“Donde se cruzan los sueños es un espacio para vaciar el cúmulo de historias, de fragmentos que como lava expulsa el volcán del inconsciente colectivo, en esta nuestra tierra, atravesada, cegada por el cardo de la violencia”, resalta Solián.
En el caso de los personajes Miguel y su madre Camila, agrega, tienen 15 años de no verse, él viene a cumplir una misión como soldado norteamericano, hacer “justicia”, viene a matar a su padre, el hijo desobediente ha regresado cargado de rabia, se fue niño y regresó lleno de rencor, odio, viene por su madre en una relación idílica para recompensarla por tanto sufrimiento, tanto dolor en esa tierra patriarcal, llena de despojos, de impunidad.
“Estos meses de exploración con esta obra me han hecho recordar que el teatro fue creado para hacer catarsis y liberar la energía, para acomodarnos en el universo, tal como se hacen los ritos en las culturas prehispánicas. En estos tiempos de neurosis existencial, el teatro se convierte en una herramienta eficaz para recuperar la salud, para darnos cuenta que la justicia inicia en nuestro corazón”, puntualiza.
“Donde se cruzan los sueños” habla sobre los sueños interrumpidos por circunstancias adversas, como la privación de la libertad o de la vida, para hacer una profunda reflexión sobre el duelo.
Presentaciones
20 abril: Teatro Ángela Peralta de Mazatlán, 17:00 y 20:00 horas.
27 abril: Foro Escénico CIE de Los Mochis, 17:00 y 19:00 horas.
