/ miércoles 27 de enero de 2021

Sinaloa política-electoral y académica-civilizada

“Entonces, los sinaloenses seremos testigos de una contienda excepcional ya que los candidatos de las grandes coaliciones son políticos con preparación académica y conocimiento del estado, de sus debilidades y fortalezas, lo que pronostica, esperemos, una contienda civilizada que es necesaria en un ambiente marcado por la pandemia que se ha llevado a más de 4 mil sinaloenses.” Ernesto Hernández Norzagaray.

Eso de seremos testigos será como invitados de tabla roca a la contienda excepcional, porque la democracia da para la variopinta partidocracia, habiendo preparación y conocimiento de lo que se está preparando para el conocimiento-desconocimiento del sinaloense común o del ciudadano como Ovidio y doña Consuelo que son nuestras debilidades y fuerzas a flor de balaceras impactadas en los techos del cielo y en los muertos de la tierra, franca y bravía, tan soterrada en las fosas y tan rastreada por las rastreadoras, lo cual se omite en el paisaje-escenario (de y en) el Puro Sinaloa, puesto que Quirino tiene que tramar de una manera impura la próxima gobernanza, porvenir o peorvenir, en una contienda pocamente civilizada y demasiadamente tramada con la urdimbre de la legalidad y el tejido de la transparencia, no habiendo rendición de cuentas más que para el Estado-Obrador.

El Priismo había prevalecido en cascados perfiles políticos, y fue Malova, del priismo al panismo con el tinte perredista, el que llegó a gobernar para sí mismo y los cuates con su Gobierno en Movimiento, arramblando con todo y todos que, a los seis años llegó otro priista con Quirino, poniéndose en cuatro años a trabajar para el Puro Sinaloa en el turismo y en la hotelería familiar, no viéndose en qué, cómo y dónde se beneficiaron los sinaloenses con Malova y Quirino.

Ahora que Morena quiere su moreno en la gobernanza sinaloense, Rocha Moya tiene en frente a Mario Zamora y en la cola a Cuén, teniendo que hacer el trabajo doble y sucio Quirino con el PriMor, mientras la UAS-PAS tendrá que elegir entre Rocha y Cuén, pues el partido alcanza para los dos exrectores que han hecho de la academia -la política- a favor o en contra de una civilizada contienda que pondrá a los uaseños contra los paseños, haber-a ver quiénes defienden la autonomía y quiénes exigen una auditoría interna con tanta grilla universitaria que no ha sido académica con la civilizada y humanista Rectoría del Alma Mater desmadrada y sobregirada a más no poder con el poder político de autoE(u)logio-Cuén.

El Dr. Hernández Norzagaray, analista y paisajista político, exacadémico uaseño, más no, paseño, pinta lo variopinto en el lienzo-paisaje-escenario con los muertos desconocidos por el coronavirus, a los muertos, los desaparecidos y los desplazados del narcosicariato con las mujeres muertas por el machismo no hay que pintarlos ni siquiera con los pescadores que andan arando en la tierra y los campesinos que andan pescando en el mar para la cosecha y la zafra que, a la hora de sacar cuentas, sale la pura chingada del Estado-Obrador y la gobernanza de Quirino, pero como los sinaloenses son entrones y valentones, nones, por los paredones y los panteones.

Sinaloa, tan a-pegada a la cultura política priista como a la subcultura narcosicaria, a la fiesta de todas las fiestas del Carnaval con la tambora, nunca ha tenido el empacho de la demasía porque nunca ha sido demasiado más que el exceso de prodigarse el granero del país, rebasando y dejando atrás, en el rezago y en el atraso, a los campos de la agricultura y de la pesca con la ganadería porque el turismo cultural a través de los pueblos que son más fantasmas que algunos pueblos mágicos, los viajes ilustran a la identidad y a la pertenencia con la imagen de una cuna que ha mecido a los hijos pródigos y proveedores en los primeros veinte años del siglo XXI con los hombres y las mujeres como narc@s y gobernadores, lo mismo y lo diferente con l@s candidat@s de la partidocracia en las coaliciones con la estricta equidad de género de machos y de hembras sinaloenses.

En Sinaloa, revuelve a prevalecer esa cultura política tan efectiva y tan dañina a la vez como el narcosicariato y el coronavirus en esa alegoría de la arena política, corrupta siempre, ahora más ensangrentada e infectada la prostidemocracia, los hombres y las mujeres con sus escandalosas y cínicas campañas reinician con sus discursos insustanciales y repetitivos hasta la náusea y la diarrea verbal con que abonan la costosísima arena política con las campañas y el supuesto e histórico proceso electoral en el país de las sombras espectrales 2021, para elegir más a conveniencia que a convicción al que ostente el poder político, económico y sociocultural (de y para) la Gobernanza de Sinaloa, la cual es y será para los sinaloenses lo que escasamente en demasía casi nunca ha sido: la verdad, la seguridad y la justicia.

“Entonces, los sinaloenses seremos testigos de una contienda excepcional ya que los candidatos de las grandes coaliciones son políticos con preparación académica y conocimiento del estado, de sus debilidades y fortalezas, lo que pronostica, esperemos, una contienda civilizada que es necesaria en un ambiente marcado por la pandemia que se ha llevado a más de 4 mil sinaloenses.” Ernesto Hernández Norzagaray.

Eso de seremos testigos será como invitados de tabla roca a la contienda excepcional, porque la democracia da para la variopinta partidocracia, habiendo preparación y conocimiento de lo que se está preparando para el conocimiento-desconocimiento del sinaloense común o del ciudadano como Ovidio y doña Consuelo que son nuestras debilidades y fuerzas a flor de balaceras impactadas en los techos del cielo y en los muertos de la tierra, franca y bravía, tan soterrada en las fosas y tan rastreada por las rastreadoras, lo cual se omite en el paisaje-escenario (de y en) el Puro Sinaloa, puesto que Quirino tiene que tramar de una manera impura la próxima gobernanza, porvenir o peorvenir, en una contienda pocamente civilizada y demasiadamente tramada con la urdimbre de la legalidad y el tejido de la transparencia, no habiendo rendición de cuentas más que para el Estado-Obrador.

El Priismo había prevalecido en cascados perfiles políticos, y fue Malova, del priismo al panismo con el tinte perredista, el que llegó a gobernar para sí mismo y los cuates con su Gobierno en Movimiento, arramblando con todo y todos que, a los seis años llegó otro priista con Quirino, poniéndose en cuatro años a trabajar para el Puro Sinaloa en el turismo y en la hotelería familiar, no viéndose en qué, cómo y dónde se beneficiaron los sinaloenses con Malova y Quirino.

Ahora que Morena quiere su moreno en la gobernanza sinaloense, Rocha Moya tiene en frente a Mario Zamora y en la cola a Cuén, teniendo que hacer el trabajo doble y sucio Quirino con el PriMor, mientras la UAS-PAS tendrá que elegir entre Rocha y Cuén, pues el partido alcanza para los dos exrectores que han hecho de la academia -la política- a favor o en contra de una civilizada contienda que pondrá a los uaseños contra los paseños, haber-a ver quiénes defienden la autonomía y quiénes exigen una auditoría interna con tanta grilla universitaria que no ha sido académica con la civilizada y humanista Rectoría del Alma Mater desmadrada y sobregirada a más no poder con el poder político de autoE(u)logio-Cuén.

El Dr. Hernández Norzagaray, analista y paisajista político, exacadémico uaseño, más no, paseño, pinta lo variopinto en el lienzo-paisaje-escenario con los muertos desconocidos por el coronavirus, a los muertos, los desaparecidos y los desplazados del narcosicariato con las mujeres muertas por el machismo no hay que pintarlos ni siquiera con los pescadores que andan arando en la tierra y los campesinos que andan pescando en el mar para la cosecha y la zafra que, a la hora de sacar cuentas, sale la pura chingada del Estado-Obrador y la gobernanza de Quirino, pero como los sinaloenses son entrones y valentones, nones, por los paredones y los panteones.

Sinaloa, tan a-pegada a la cultura política priista como a la subcultura narcosicaria, a la fiesta de todas las fiestas del Carnaval con la tambora, nunca ha tenido el empacho de la demasía porque nunca ha sido demasiado más que el exceso de prodigarse el granero del país, rebasando y dejando atrás, en el rezago y en el atraso, a los campos de la agricultura y de la pesca con la ganadería porque el turismo cultural a través de los pueblos que son más fantasmas que algunos pueblos mágicos, los viajes ilustran a la identidad y a la pertenencia con la imagen de una cuna que ha mecido a los hijos pródigos y proveedores en los primeros veinte años del siglo XXI con los hombres y las mujeres como narc@s y gobernadores, lo mismo y lo diferente con l@s candidat@s de la partidocracia en las coaliciones con la estricta equidad de género de machos y de hembras sinaloenses.

En Sinaloa, revuelve a prevalecer esa cultura política tan efectiva y tan dañina a la vez como el narcosicariato y el coronavirus en esa alegoría de la arena política, corrupta siempre, ahora más ensangrentada e infectada la prostidemocracia, los hombres y las mujeres con sus escandalosas y cínicas campañas reinician con sus discursos insustanciales y repetitivos hasta la náusea y la diarrea verbal con que abonan la costosísima arena política con las campañas y el supuesto e histórico proceso electoral en el país de las sombras espectrales 2021, para elegir más a conveniencia que a convicción al que ostente el poder político, económico y sociocultural (de y para) la Gobernanza de Sinaloa, la cual es y será para los sinaloenses lo que escasamente en demasía casi nunca ha sido: la verdad, la seguridad y la justicia.

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