/ jueves 7 de noviembre de 2019

La memoria de las balas

Crónicas de la Revolución en Sinaloa


Según Óscar Lara Salazar, destacado cronista sinaloense, al relatar las andanzas del coronel Eduardo Fernández nos cuenta el siguiente pasaje: “La tarde del día 20 de febrero de 1911 en el mineral de Santiago de los Caballeros. Empezaba a caer el frío del atardecer, el que llega luego de ocultarse el sol. A lo lejos se ve venir un jinete a todo galope. Al llegar al patio de la casa, el gañán jala con fuer­za las riendas al caballo; el animal ante el rudo jalón tiende a sentarse en las patas y se va rayando dejando surcos en la tierra. Mal se detiene el caballo, el hombre desmonta y deja caer la rienda. Era Nacho Contreras “El Chicuras” que traía un mensaje para don Eduardo Fernández Lerma, reunir a la gente y alistarse para la Revolución.

Después del arribo a la presidencia de Madero, las tropas son licenciadas y los Carabineros de Santiago se reintegran a su pueblo, con el nombramiento de Eduardo Fernández como comandante de los rurales y jefe de guerrillas del municipio de Badiraguato. Muy poco duró la inactividad de este grupo, ya que en Chihuahua se levanta en armas Pascual Orozco rebelándo­se a Madero. Los Carabineros de Santiago por conducto de Eduardo Fernández son convocados para combatir a los oroz­quistas en aquella tierra, del mismo modo los comisionaron a combatir en otros frentes.

Luego de los asesinatos de Madero y Pino Suárez, la lla­ma revolucionaria vuelve a incendiarse y el cuerpo de Los ca­rabineros de Santiago fue requerido en la batalla, ahora como parte del ejército carrancista. Se suman a los combates en Mazatlán, junto con el cuarto batallón al mando del general Mateo Muñoz, ahí Fer­nández Lerma recibe una herida en el brazo izquierdo que lo marcaría para siempre, pues le quedó un tanto encogido. Ahí también recibió el grado de mayor. Luego en los combates de Los Mochis y San Blas recibe el grado de teniente coronel, en el mes de mayo y el grado de coronel en junio de 1915.

Vendrían las luchas internas entre las distintas fracciones revolucionarias. Los carabineros se mantuvieron fieles siempre al lado de Iturbe. A principios del mes de junio de 1915, Eduardo Fernández, y sus hombres, se trasladan a San Blas porque esta pla­za la querían tomar los villistas, que de Chihuahua partió la columna expedicionaria para atacar el norte de Sinaloa, por lo que se hacía necesario reforzar la defensa.

El día 5 de junio del mencionado 1915, combatiendo contra las fuerzas de Felipe Bachomo; los carabineros, en medio de una terrible sed, hambre y animales fatigados, lle­garon al pueblo de Tehueco, distrito de El Fuerte. Se fueron al río, donde pensaron refrescarse y refrescar la caballería, cuando de pronto descar­gas cerradas tupieron sobre ellos y ahí se armó la refriega. La lucha era muy dispareja, solo doscientos hombres del lado de los carabineros frente a centenares del otro.

Don Jesús Caro Iribie, autor de las memorias de Los Carabineros de Santiago, relata lo siguiente: “Don Eduardo estaba furioso, tomó rumbo al recodo del río y luego se escuchó como iniciaba el ataque. Nos encaminamos decididos hacia el pueblo. Al llegar a las primeras bocacalles nos parapetamos entre las casas. El ene­migo empezó a retirarse. Seguimos avanzando hasta cruzar el poblado para tomar el camino de San Blas. Cuando don Eduardo recibió el caballo de repuesto, arre­metió resueltamente contra el enemigo. La gente de Bachomo tenía una ame­tralladora montada, con la que estaba causando verdaderos estragos entre los nuestros. Hacia allá se dirigió don Eduardo, disparándole a los artilleros, logrando así que huyeran algu­nos de ellos. Solamente quedaron tres individuos al lado de la ametralladora; quienes lo reciben a fuego abierto, cayendo ahí el jefe de los carabineros”.

OK LUIS

Crónicas de la Revolución en Sinaloa


Según Óscar Lara Salazar, destacado cronista sinaloense, al relatar las andanzas del coronel Eduardo Fernández nos cuenta el siguiente pasaje: “La tarde del día 20 de febrero de 1911 en el mineral de Santiago de los Caballeros. Empezaba a caer el frío del atardecer, el que llega luego de ocultarse el sol. A lo lejos se ve venir un jinete a todo galope. Al llegar al patio de la casa, el gañán jala con fuer­za las riendas al caballo; el animal ante el rudo jalón tiende a sentarse en las patas y se va rayando dejando surcos en la tierra. Mal se detiene el caballo, el hombre desmonta y deja caer la rienda. Era Nacho Contreras “El Chicuras” que traía un mensaje para don Eduardo Fernández Lerma, reunir a la gente y alistarse para la Revolución.

Después del arribo a la presidencia de Madero, las tropas son licenciadas y los Carabineros de Santiago se reintegran a su pueblo, con el nombramiento de Eduardo Fernández como comandante de los rurales y jefe de guerrillas del municipio de Badiraguato. Muy poco duró la inactividad de este grupo, ya que en Chihuahua se levanta en armas Pascual Orozco rebelándo­se a Madero. Los Carabineros de Santiago por conducto de Eduardo Fernández son convocados para combatir a los oroz­quistas en aquella tierra, del mismo modo los comisionaron a combatir en otros frentes.

Luego de los asesinatos de Madero y Pino Suárez, la lla­ma revolucionaria vuelve a incendiarse y el cuerpo de Los ca­rabineros de Santiago fue requerido en la batalla, ahora como parte del ejército carrancista. Se suman a los combates en Mazatlán, junto con el cuarto batallón al mando del general Mateo Muñoz, ahí Fer­nández Lerma recibe una herida en el brazo izquierdo que lo marcaría para siempre, pues le quedó un tanto encogido. Ahí también recibió el grado de mayor. Luego en los combates de Los Mochis y San Blas recibe el grado de teniente coronel, en el mes de mayo y el grado de coronel en junio de 1915.

Vendrían las luchas internas entre las distintas fracciones revolucionarias. Los carabineros se mantuvieron fieles siempre al lado de Iturbe. A principios del mes de junio de 1915, Eduardo Fernández, y sus hombres, se trasladan a San Blas porque esta pla­za la querían tomar los villistas, que de Chihuahua partió la columna expedicionaria para atacar el norte de Sinaloa, por lo que se hacía necesario reforzar la defensa.

El día 5 de junio del mencionado 1915, combatiendo contra las fuerzas de Felipe Bachomo; los carabineros, en medio de una terrible sed, hambre y animales fatigados, lle­garon al pueblo de Tehueco, distrito de El Fuerte. Se fueron al río, donde pensaron refrescarse y refrescar la caballería, cuando de pronto descar­gas cerradas tupieron sobre ellos y ahí se armó la refriega. La lucha era muy dispareja, solo doscientos hombres del lado de los carabineros frente a centenares del otro.

Don Jesús Caro Iribie, autor de las memorias de Los Carabineros de Santiago, relata lo siguiente: “Don Eduardo estaba furioso, tomó rumbo al recodo del río y luego se escuchó como iniciaba el ataque. Nos encaminamos decididos hacia el pueblo. Al llegar a las primeras bocacalles nos parapetamos entre las casas. El ene­migo empezó a retirarse. Seguimos avanzando hasta cruzar el poblado para tomar el camino de San Blas. Cuando don Eduardo recibió el caballo de repuesto, arre­metió resueltamente contra el enemigo. La gente de Bachomo tenía una ame­tralladora montada, con la que estaba causando verdaderos estragos entre los nuestros. Hacia allá se dirigió don Eduardo, disparándole a los artilleros, logrando así que huyeran algu­nos de ellos. Solamente quedaron tres individuos al lado de la ametralladora; quienes lo reciben a fuego abierto, cayendo ahí el jefe de los carabineros”.

OK LUIS