/ lunes 25 de diciembre de 2023

Borrar la memoria de los desaparecidos

En mayo pasado en que la Comisión Nacional de Búsqueda dio a conocer que en el país, desde la década de los 70 hasta lo que iba del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, había poco más de 100 mil personas desaparecidas, al presidente le pareció que esa cifra no coincidía con la realidad paralela en la que parece vivir.

“No son tantos”, masculló y de inmediato comenzó la operación de Estado, para cumplir con los deseos del presidente, de que en el país todo el pueblo es feliz, feliz, feliz, así que de inmediato comenzaron las presiones a Karla Quintana, una mujer que había llegado a la comisión a través del activismo en favor se las víctimas.

Con la renuncia de Quintana a la Comisión, lo que vino después fue una metodología disparatada para “encontrar” a los desaparecidos: la Secretaría del Bienestar activó su plan de visitar casa por casa de familias que tenían denuncia de un ser querido desaparecido, luego vieron los registros de vacunación de Covid-19 y afirmaron que personas consideradas en el padrón como desaparecidos, se habían vacunado (hay que recordar que el registro de vacunación fue mediante el CURP).

Incluso el SAT aseguró que hay personas que están como desaparecidas, cuyo RFC continúa activo o realizando movimientos. ¿El resultado de estos últimos 7 meses de locura institucional para cumplir el deseo de AMLO? Que no son más de 100 mil desaparecidos y que fueron encontrados 16 mil 681 personas.

Ah, pero López Obrador afirmó que no borrarán los nombres del registro, pues la oposición son unos buitres. Sin embargo, colectivos comenzaron a detectar que sí hay borrados, como en Sinaloa, que se estima que son poco más de 500 los encontrados, pero en realidad no hay evidencia de tal versión.

Por lo pronto, los colectivos de búsqueda emprendieron otra lucha contra el Estado mexicano, una en donde pelean para que no les arrebaten la memoria de sus desaparecidos.

Caos y desorden en la Jumapam

En la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán todo es caos y desorden. La paramunicipal tiene acumuladas mil 456 órdenes de trabajo por cumplir y la realidad es que no cuenta con la maquinaria necesaria para poder hacerlo.

Los reportes de baches, fugas, drenajes tapados y trabajos a medio terminar se acumulan sin que se tomen las medidas necesarias para solucionar la problemática.

Actualmente Jumapam solo cuenta con cinco camiones de desazolve y cinco góndolas o camiones de volteo; la mayoría ya cumplieron su vida útil, son equipos muy viejos que se pasan más tiempo en el taller que dando el servicio.

Para poder sacar adelante esta situación necesita al menos de 80 millones de pesos para la compra de maquinaria nueva, pero si no existe la voluntad y disposición por parte del municipio y de la gerencia general de la Junta, las deficiencias continuarán y quienes pagarán los platos rotos, como siempre, serán los ciudadanos.

Sin conciencia ambiental

Cada año es más común que durante el invierno aparecen ballenas muertas en las playas de Mazatlán. Y aunque pudieran haber varios motivos que provocan esta mortandad, el más común es la basura y las redes de pesca que se encuentran en el mar.

Esta situación prende los focos de alerta no solo en cuanto a las causas que originan su fallecimiento, sino también a lo que se refiere al seguimiento que se le da a su deceso, ya que no hay registros que permitan crear soluciones que frenen esta problemática.

Este año ya han aparecido dos ballenas muertas en diferentes puntos de la costa. Una el mes de abril en la playa de la avenida Del Mar y la otra el pasado 14 de diciembre en la zona de las playas Cuatro Surcos, en el puerto de Teacapán, en Escuinapa.

En mayo pasado en que la Comisión Nacional de Búsqueda dio a conocer que en el país, desde la década de los 70 hasta lo que iba del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, había poco más de 100 mil personas desaparecidas, al presidente le pareció que esa cifra no coincidía con la realidad paralela en la que parece vivir.

“No son tantos”, masculló y de inmediato comenzó la operación de Estado, para cumplir con los deseos del presidente, de que en el país todo el pueblo es feliz, feliz, feliz, así que de inmediato comenzaron las presiones a Karla Quintana, una mujer que había llegado a la comisión a través del activismo en favor se las víctimas.

Con la renuncia de Quintana a la Comisión, lo que vino después fue una metodología disparatada para “encontrar” a los desaparecidos: la Secretaría del Bienestar activó su plan de visitar casa por casa de familias que tenían denuncia de un ser querido desaparecido, luego vieron los registros de vacunación de Covid-19 y afirmaron que personas consideradas en el padrón como desaparecidos, se habían vacunado (hay que recordar que el registro de vacunación fue mediante el CURP).

Incluso el SAT aseguró que hay personas que están como desaparecidas, cuyo RFC continúa activo o realizando movimientos. ¿El resultado de estos últimos 7 meses de locura institucional para cumplir el deseo de AMLO? Que no son más de 100 mil desaparecidos y que fueron encontrados 16 mil 681 personas.

Ah, pero López Obrador afirmó que no borrarán los nombres del registro, pues la oposición son unos buitres. Sin embargo, colectivos comenzaron a detectar que sí hay borrados, como en Sinaloa, que se estima que son poco más de 500 los encontrados, pero en realidad no hay evidencia de tal versión.

Por lo pronto, los colectivos de búsqueda emprendieron otra lucha contra el Estado mexicano, una en donde pelean para que no les arrebaten la memoria de sus desaparecidos.

Caos y desorden en la Jumapam

En la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán todo es caos y desorden. La paramunicipal tiene acumuladas mil 456 órdenes de trabajo por cumplir y la realidad es que no cuenta con la maquinaria necesaria para poder hacerlo.

Los reportes de baches, fugas, drenajes tapados y trabajos a medio terminar se acumulan sin que se tomen las medidas necesarias para solucionar la problemática.

Actualmente Jumapam solo cuenta con cinco camiones de desazolve y cinco góndolas o camiones de volteo; la mayoría ya cumplieron su vida útil, son equipos muy viejos que se pasan más tiempo en el taller que dando el servicio.

Para poder sacar adelante esta situación necesita al menos de 80 millones de pesos para la compra de maquinaria nueva, pero si no existe la voluntad y disposición por parte del municipio y de la gerencia general de la Junta, las deficiencias continuarán y quienes pagarán los platos rotos, como siempre, serán los ciudadanos.

Sin conciencia ambiental

Cada año es más común que durante el invierno aparecen ballenas muertas en las playas de Mazatlán. Y aunque pudieran haber varios motivos que provocan esta mortandad, el más común es la basura y las redes de pesca que se encuentran en el mar.

Esta situación prende los focos de alerta no solo en cuanto a las causas que originan su fallecimiento, sino también a lo que se refiere al seguimiento que se le da a su deceso, ya que no hay registros que permitan crear soluciones que frenen esta problemática.

Este año ya han aparecido dos ballenas muertas en diferentes puntos de la costa. Una el mes de abril en la playa de la avenida Del Mar y la otra el pasado 14 de diciembre en la zona de las playas Cuatro Surcos, en el puerto de Teacapán, en Escuinapa.