Crónicas de Ambulancia: A fuego cruzado otra vez

A lo largo de los años un paramédico vive un sinfín de experiencias en las que ha expuesto su vida

Melissa Ortiz | El Sol de Sinaloa

  · sábado 29 de mayo de 2021

Foto: Archivo │ El Sol De Sinaloa

Culiacán, Sin.- Durante los servicios nocturnos un paramédico vive de cerca las maldades que un humano puede cometer, en distintas ocasiones ponen en riesgo su integridad donde su única arma es el peto sobre su uniforme, indicando que son socorristas.

El miedo no los detiene a enfrentar distintos tipos de situaciones donde tienen que esquivar balas para mantener su vida.

Javier Martínez Sainz recuerda una guardia nocturna donde reportaron una balacera en el sector sur de la ciudad. Esperaron la “luz verde” de las autoridades para asistir al sitio.

Pasadas las 22:00 horas la ambulancia se dirigió al cruce de Revolución y Plan de Ayala, donde, según los informes, un elemento policiaco se encontraba herido. En menos de cuatro minutos ya estaban por llegar. Apagaron las sirenas y siguieron despacio con las torretas prendidas.

Martínez Sainz viajaba en la parte delantera de la unidad en su función de Jefe de Servicio, mientras que en la parte trasera esperaban ser llamados dos paramédicos. Uno de ellos asistía a su primer servicio.

Al arribar al sitio, circulando por la avenida Revolución, sin localizar al elemento herido, por lo que decidieron esperar; fue entonces que escucharon estruendos provenientes de un callejón cercano. Javier Sainz indicó al operador dar marcha atrás a la unidad, a baja velocidad, sin sirenas y con torretas encendidas, al mismo tiempo que cuestionaba al aprendiz sobre su estado, encontrándose a fuego cruzado otra vez.

En este momento Javier sintió que su vida estaba en riesgo. “Sientes una necesidad por ayudar a la comunidad, no hay forma de retroceder, de tirar la toalla”. Así, firme, como siempre la unidad de auxilios de Cruz Roja permanecía cercana al escenario en espera de brindar algún servicio.

Foto: Archivo │ El Sol De Sinaloa

De esta manera persistieron en el sitio por más de una hora, donde afuera, entre los callejones y casas surgía una guerra entre un delincuente y la autoridad.

Cercana la media noche al terminar el fuego cruzado los elementos policiacos se aproximaron a la unidad de servicios que se mantenía cercana, aunque ajena al hecho, informando que el maleante había logrado escabullirse entre los callejones de la colonia, siendo ahí el fin de un servicio, en el que regresaron a la estación sin paciente, sin embargo, no desistieron.

LA RUTINA

Al correr de los años, Javier Martínez ha vivido un sinfín de experiencias similares, en las que tras una persecución se logra la detención de algún malhechor. Ha habido ocasiones en las que el detenido presenta heridas, es ahí cuando el deber de ser paramédico o socorrista vas más allá al seguir las reglas, desafiando a la autoridad.

Martínez Sainz recuerda dos ocasiones en las que logró interponerse ante los comandantes policiacos, logrando transportar al herido en su ambulancia. Ya que, su humanidad lo llevaba a salvaguardar la vida del ciudadano.

DEFENSA

Ante este tipo de situaciones, en donde los paramédicos quedan en medio de un fuego cruzado su única defensa es el peto, sin embargo esto no los detiene a seguir en vela por la comunidad de la que son parte.

TRAYECTORIA

Javier Martínez Sainz se integró a Cruz Roja como voluntario a finales de los 80's con 19 años de edad.

Actualmente realiza voluntariado desde Veteranos, donde se integró en 2017.

Para Javier Sainz el pertenecer a la primera generación de paramédicos de Sinaloa es un orgullo, ya que, ha aprendido a través de los años los manejos de las distintas técnicas.

A sus 60 años dice tener la capacidad para seguir prestando su servicio desde la ambulancia, sin embargo, cuenta, es un acuerdo que no se ha logrado con la dirección de la institución.

Ya que un veterano no cuenta ni el tiempo, ni las medallas, simplemente siguen sirviendo hasta que la fuerza y la edad se los permita.





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Foto: Cortesía | Luz Berthila Hernández Payán