Ar Rayyan. Lionel Messi está en estado de gracia, eso es suficiente para incrementar el entusiasmo de los ches: “Muchachos, ahora nos volvimó a ilusionar”, cantan y cantan todo el tiempo. Tienen razón. Argentina sigue confirmándose como uno de los equipos candidatos para ser campeón de la Copa del Mundo.
El golpe que sufrieron en su debut contra Arabia Saudita tuvo un efecto positivo, no es que quisieran cortar su racha de 36 partidos sin perder, pero tocar fondo repentinamente provocó que todo el grupo se uniera y salieran más fuertes de ese bache inesperado. La Albiceleste ligó tres triunfos en Qatar 2022 y parece que nadie los va a detener.
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El pase a cuartos de final está en la bolsa. Lionel Messi está feliz, juega libre y eso se transforma en goles. Si la Pulga está en su mejor nivel, pocos equipos le pueden hacer frente. Falta camino, Australia les dio un pequeño susto, pero no fue un obstáculo imposible de eludir, el 2-1 dejó claro lo acontecido en el campo. La Albiceleste marcha intimidante y por momentos mágica.
Argentina tiene mucho talento, Ángel Di María no se recuperó, pero ese no fue ningún problema para Lionel Scaloni, el plantel che tiene todo y en grandes cantidades.
Qatar 2022 ha ofrecido resultados inesperados, los propios argentinos perdieron contra los árabes, pero pensar que Australia iba a sacar a la Albiceleste en octavos de final fue irreal.
Los Socceros supieron que competirle a Argentina en cualquier rubro era perder, individualmente, técnicamente, la única manera de superarlos era en lo físico, Australia inició enfrente y tapó muchos avances argentinos con faltas, su estrategia fue pegar, desesperar a los sudamericanos y luego tener escasas oportunidades enfrente. Ese era el plan, pero nunca pudo ejecutarse. La Albiceleste se adueñó del balón y con entusiasmo tejieron jugadas de peligro.
El candado australiano resistió lo más que pudo hasta que apareció la genialidad de Messi. Lionel tuvo la llave que destrabó todo. La Pulga hace paredes con cualquiera, Nicolás Otamendi le dejó un balón a Leo en el área para que lo golpeara de primera lejos de Mathew Ryan. El toque fue de billarista, más colocación que fuerza.
Messi anotó, luego bajó el ritmo y se dedicó a dar pases certeros a sus compañeros para que sentenciaran el juego, Lautaro Martínez recibió dos asistencias mágicas, pero ambas las desperdició.
La segunda anotación de la Albiceleste fue de Julián Álvarez, la Araña aprovechó un error del portero Ryan para darle calma a Argentina. En ese momento el juego estaba sentenciado o eso se pensaba.
El triunfo era cómodo hasta que Australia pegó, Craig Goodwin tiró con potencia en el área, Enzo Fernández alcanzó a desviar el balón y acabó en la red.
Esa anotación le metió un susto a los ches, pero rápido volvieron a adueñarse del balón y no dejaron de patear a la portería de Australia hasta el último momento.
Los errores de Lautaro le metieron una presión innecesaria al juego, los Socceros pudieron hacer una maldad, pero para fortuna de Argentina el tiempo se acabó.
Argentina está en cuartos de final. Messi baila feliz y son candidatos naturales a ganar su tercer copa como cantan en la canción.
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