/ sábado 9 de marzo de 2019

En busca de un salvavidas para preservar nuestras lenguas maternas

Imaginemos que pudiéramos rescatar todas aquellas lenguas perdidas en el transcurso de la historia, o aquellas que han sido enterradas como consecuencia de la conquista, quizás olvidadas, porque hablar en este país una lengua diferente al español es objeto de discriminación. Un ejemplo de las cosas que no deberían suceder en este México es el ataque que ha sufrido la profesora Yalitza Aparicio, protagonista de la Película Roma, de Alfonso Cuarón. Ser indígena en este país puede ser un verdadero infierno. Yalitza es bilingüe,hablante del español y mixteco, que es una las 68 lenguas indígenas vivas en nuestro país.

El pasado 21 de febrero se celebró en diversas partes del mundo el Día Internacional de la Lengua Materna, pensar en México y en su diversidad gastronómica, musical y lingüística, nos debería llevar a reflexionar ampliamente el futuro de estas 68 lenguas vivas. Por medio de la palabra oral dan fuerza y vitalidad a tradiciones, creencias, costumbres y rituales que se heredan de generación en generación en estas comunidades indígenas, y es necesario preguntarnos cómo podrán subsistir estas lenguas en este mundo globalizado, más cuando las políticas educativas apuestan porque nuestros chicos aprendan inglés o cualquier otro idioma extranjero, olvidando nuestras propias lenguas maternas. En América latina Paraguay nos pone el ejemplo, sobre la preservación del guaraní.

Desde el punto de vista de occidente, de la biblia; el pasaje queaborda la Torre de Babel y de cómo nacieron las diferentes lenguas y los problemas de comunicación que generó entre los hombres. Más alláde aludir a uno de los libros más leídos del mundo, pensemos en los pueblos de América, en los pueblos de África, de Asia, de Oceanía,en aquellos lugares donde la conquista arrebató sus lenguas originarias y otros más se aferraron a guardarlas como un tesoro, como una preciosa gema que es capaz de explicarnos que existen otras maneras de ver y vivir el mundo. En nuestro país la historia nos ha mostrado que sufrió y padece grandes consecuencias. Cada año desaparecen hablantes, y por ende, la posibilidad de perder una lengua indígena, lo cual sería terrible para conservar la diversidad lingüística y cultural de nuestro país.

Entonces, es cuando imagino las bondades de las nuevas tecnologías, de los modelos, del uso de las redes, del uso de la internet, de las aplicaciones de las posibilidad de escuchar música cantada en náhuatl, en maya, en mayo, en mixteco, pero sobre todo pienso en la palabra oral y en la escrita. ¿Cómo será leer en un idioma distinto del español, en una lengua indígena?, ¿Qué experiencias podré encontrar en sus leyendas?, ¿Cómo ven el mundo, la naturaleza?, ¿Cómo se nombra al agua, al viento, al sol, a la luna?Más allá del horizonte ilimitado de las redes sociales, podemos determinar que existen mecanismos al alcance de muchas comunidades para preservar y difundir sus tradiciones, y lo más importante, darle un foro para la preservación de las lenguas maternas y se plasme su cosmovisión y filosofía.

En nuestro país son 7.4 millones de hablantes de lenguas indígenas, según datos de la Secretaría de Cultura. De estas 68 lenguas maternas existen aproximadamente 350 variantes dialécticas, algunas de ellas están en peligro de morir. Gran parte de esta situación se debe a que muchos indígenas que son bilingües, determinan no enseñar su lengua a sus hijos para que no sufran de discriminación en los centros escolares y en la vida cotidiana. Se han realizado esfuerzos desde la Secretaría de Cultura y algunos estados por editar libros bilingües enfocados a la difusión y promoción de lectura en niños y jóvenes, además de libros que abordan leyendas rescatadas desde la oralidad y se han ido plasmando en formato libro álbum o libro ilustrado.

Entre los libros que han tenido difusión en ferias de libros o incluidos en acervos de lectura son:“La ética del perro” de Jorge Miguel Cocom, editado en maya y español recobra las aventuras de un canino y de cómo se admira la lealtad de este pequeño cuadrúpedo; “Días de tonaltin”, de Ianna Andréadis, que nos aborda de manera ilustrada algunas palabras y símbolos del calendario azteca en náhuatl y castellano; “Cuentos de niños akatecos”,escrito en español y variante dialéctica “akateco”; El Achikoli y el Temilo, versión de Valentín Peralta, un cuento náhuatl de la región de Texcoco, trasmitido por los ancianos a los niños y jóvenes a través de un mito. Entre muchos más, que nos pueden ayudar a conocer y acercarnos a nuestros pueblos como “Chukwa” “Chocolate”, nos aborda cómo el cacao llegó a las manos del hombre, relatado de una manera amena en español y maya.

Es aquí donde entra la ayuda de las nuevas tecnologías, podría guardarse parte de la tradición oral de nuestros pueblos indígenas, no sólo de manera impresa o fotográfica, podemos rescatar su musicalidad, sus leyendas, la elaboración de productos artesanales o cómo podríamos nosotros sinaloenses conocer a los Yoremes del norte del Estado, a los tepehuanos, a los rarámuris. Hoy y siempre debemos preguntarnos, cómo salvaremos a nuestras lenguas, a las más representativas de México, cómo rescatar aquellas que se han ido apagando con el paso del tiempo. Tenemos muchos motivos para sentirnos orgullosos de los colores de México, aplaudir a una mujer indígena que nos representa con su lengua materna en la película “Roma”, con su color de piel, con sus rasgos, a nosotros los mexicanos. Un país, donde ser indígena es un reto y se vuelve hasta violento.

Imaginemos que pudiéramos rescatar todas aquellas lenguas perdidas en el transcurso de la historia, o aquellas que han sido enterradas como consecuencia de la conquista, quizás olvidadas, porque hablar en este país una lengua diferente al español es objeto de discriminación. Un ejemplo de las cosas que no deberían suceder en este México es el ataque que ha sufrido la profesora Yalitza Aparicio, protagonista de la Película Roma, de Alfonso Cuarón. Ser indígena en este país puede ser un verdadero infierno. Yalitza es bilingüe,hablante del español y mixteco, que es una las 68 lenguas indígenas vivas en nuestro país.

El pasado 21 de febrero se celebró en diversas partes del mundo el Día Internacional de la Lengua Materna, pensar en México y en su diversidad gastronómica, musical y lingüística, nos debería llevar a reflexionar ampliamente el futuro de estas 68 lenguas vivas. Por medio de la palabra oral dan fuerza y vitalidad a tradiciones, creencias, costumbres y rituales que se heredan de generación en generación en estas comunidades indígenas, y es necesario preguntarnos cómo podrán subsistir estas lenguas en este mundo globalizado, más cuando las políticas educativas apuestan porque nuestros chicos aprendan inglés o cualquier otro idioma extranjero, olvidando nuestras propias lenguas maternas. En América latina Paraguay nos pone el ejemplo, sobre la preservación del guaraní.

Desde el punto de vista de occidente, de la biblia; el pasaje queaborda la Torre de Babel y de cómo nacieron las diferentes lenguas y los problemas de comunicación que generó entre los hombres. Más alláde aludir a uno de los libros más leídos del mundo, pensemos en los pueblos de América, en los pueblos de África, de Asia, de Oceanía,en aquellos lugares donde la conquista arrebató sus lenguas originarias y otros más se aferraron a guardarlas como un tesoro, como una preciosa gema que es capaz de explicarnos que existen otras maneras de ver y vivir el mundo. En nuestro país la historia nos ha mostrado que sufrió y padece grandes consecuencias. Cada año desaparecen hablantes, y por ende, la posibilidad de perder una lengua indígena, lo cual sería terrible para conservar la diversidad lingüística y cultural de nuestro país.

Entonces, es cuando imagino las bondades de las nuevas tecnologías, de los modelos, del uso de las redes, del uso de la internet, de las aplicaciones de las posibilidad de escuchar música cantada en náhuatl, en maya, en mayo, en mixteco, pero sobre todo pienso en la palabra oral y en la escrita. ¿Cómo será leer en un idioma distinto del español, en una lengua indígena?, ¿Qué experiencias podré encontrar en sus leyendas?, ¿Cómo ven el mundo, la naturaleza?, ¿Cómo se nombra al agua, al viento, al sol, a la luna?Más allá del horizonte ilimitado de las redes sociales, podemos determinar que existen mecanismos al alcance de muchas comunidades para preservar y difundir sus tradiciones, y lo más importante, darle un foro para la preservación de las lenguas maternas y se plasme su cosmovisión y filosofía.

En nuestro país son 7.4 millones de hablantes de lenguas indígenas, según datos de la Secretaría de Cultura. De estas 68 lenguas maternas existen aproximadamente 350 variantes dialécticas, algunas de ellas están en peligro de morir. Gran parte de esta situación se debe a que muchos indígenas que son bilingües, determinan no enseñar su lengua a sus hijos para que no sufran de discriminación en los centros escolares y en la vida cotidiana. Se han realizado esfuerzos desde la Secretaría de Cultura y algunos estados por editar libros bilingües enfocados a la difusión y promoción de lectura en niños y jóvenes, además de libros que abordan leyendas rescatadas desde la oralidad y se han ido plasmando en formato libro álbum o libro ilustrado.

Entre los libros que han tenido difusión en ferias de libros o incluidos en acervos de lectura son:“La ética del perro” de Jorge Miguel Cocom, editado en maya y español recobra las aventuras de un canino y de cómo se admira la lealtad de este pequeño cuadrúpedo; “Días de tonaltin”, de Ianna Andréadis, que nos aborda de manera ilustrada algunas palabras y símbolos del calendario azteca en náhuatl y castellano; “Cuentos de niños akatecos”,escrito en español y variante dialéctica “akateco”; El Achikoli y el Temilo, versión de Valentín Peralta, un cuento náhuatl de la región de Texcoco, trasmitido por los ancianos a los niños y jóvenes a través de un mito. Entre muchos más, que nos pueden ayudar a conocer y acercarnos a nuestros pueblos como “Chukwa” “Chocolate”, nos aborda cómo el cacao llegó a las manos del hombre, relatado de una manera amena en español y maya.

Es aquí donde entra la ayuda de las nuevas tecnologías, podría guardarse parte de la tradición oral de nuestros pueblos indígenas, no sólo de manera impresa o fotográfica, podemos rescatar su musicalidad, sus leyendas, la elaboración de productos artesanales o cómo podríamos nosotros sinaloenses conocer a los Yoremes del norte del Estado, a los tepehuanos, a los rarámuris. Hoy y siempre debemos preguntarnos, cómo salvaremos a nuestras lenguas, a las más representativas de México, cómo rescatar aquellas que se han ido apagando con el paso del tiempo. Tenemos muchos motivos para sentirnos orgullosos de los colores de México, aplaudir a una mujer indígena que nos representa con su lengua materna en la película “Roma”, con su color de piel, con sus rasgos, a nosotros los mexicanos. Un país, donde ser indígena es un reto y se vuelve hasta violento.

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