Muñoz Ledo: el arquitecto de la democratización y las alternancias

Porfirio Muñoz Ledo inició su carrera política a los 28 años, en 1961, durante el sexenio de Adolfo López Mateos

Rivelino Rueda | El Sol de México

  · domingo 9 de julio de 2023

El 21 de julio de 2022, Muñoz Ledo propuso crear una “comisión de la verdad que investigue, antes de las elecciones presidenciales de 2024, al gobierno federal por su contubernio con el crimen organizado”. | Foto: Cortesía

Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega alcanzó la cúspide de su trayectoria política aquella tarde del 1 de septiembre de 1997 cuando, por primera vez en la historia contemporánea de México, dominada por un partido hegemónico y una democracia incipiente, un legislador de oposición respondió el informe de gobierno del presidente en turno.

En esos momentos, frente al presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, quien tenía la vista fija en algún punto del salón de plenos de la Cámara de Diputados y la mandíbula trabada por la afrenta, una de las figuras que provocó la primera gran escisión del PRI, apenas 10 años atrás, concretaba un anhelo democrático de décadas.

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Muñoz Ledo, el hombre que fue presidenciable en el sexenio de Luis Echeverría, que fue secretario de Estado en ese gobierno, que fue representante permanente de México ante Naciones Unidas, que fue presidente del PRI entre 1975 y 1976, consolidaba una de las profecías del politólogo Daniel Cossío Villegas, en el sentido de que el fin del partido de Estado se daría tras una ruptura interna de gran envergadura.

Porfirio Muñoz Ledo fue una figura central para que México dejara atrás la figura del partido de Estado. / Foto: Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca "Mario Vázquez Raña"

“La obcecación es contraria a la sabiduría y nociva para los quehaceres del Estado, que si bien exigen firmeza, demandan asimismo flexibilidad, imaginación y acatamiento al veredicto electoral. Saber gobernar es también saber escuchar y saber rectificar. El ejercicio democrático del poder es, ciertamente, mandar obedeciendo”.

Irreverente, agudo polemista, bohemio, orador nato, bromista y sarcástico, constitucionalista de cepa, respetado diplomático, saltimbanqui de partido a partido hasta sus últimos días, político por convicción, parlamentarista decano, explosivo de carácter por antonomasia, Porfirio Muñoz Ledo inició su carrera política a los 28 años, en 1961, durante el sexenio de Adolfo López Mateos.

Su primer cargo fue como subdirector de Enseñanza Superior e Investigación Científica de la Secretaría de Educación Pública (SEP), cuando esa institución estuvo encabezada por el diplomático, escritor, poeta y académico Jaime Torres Bodet.

Descifrador escrupuloso de los tiempos del presidencialismo mexicano, el abogado por la UNAM (1951-1955) y doctor en Derecho Constitucional y Ciencia Política por la Universidad de París (1958) fue ascendiendo escalafones burocráticos en los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Miguel de la Madrid, hasta 1987 cuando crea la Corriente Democrática del PRI y es expulsado de ese partido.

En los tiempos del llamado desarrollo estabilizador y del nacionalismo revolucionario, Muñoz Ledo fue miembro del consejo consultivo cultural de la embajada de México en Francia (1965-1966) y secretario general del Instituto Mexicano del Seguro Social (1966-1970), en el gobierno de Díaz Ordaz.

Porfirio Muñoz Ledo formó parte de los gobiernos priístas de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Miguel de la Madrid. / Foto: Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca "Mario Vázquez Raña"

De 1970 a 1972 se desempeñó como subsecretario de la Presidencia de la República; secretario del Trabajo y Previsión Social (1972-1975), creando el Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero, y miembro de la Junta de Gobierno del Fondo de Cultura Económica (1972-1977), en el sexenio de Echeverría.

A finales de ese sexenio, Muñoz Ledo fue incluido en la lista de los “tapados” del presidente Luis Echeverría. En esa lista aparecieron, además, Mario Moya Palencia, Hugo Cervantes del Río, Carlos Gálvez Betancourt, Augusto Gómez Villanueva y José López Portillo, quien al final fue el aspirante ungido por Echeverría Álvarez.

Para la administración de López Portillo fue designado secretario de Educación Pública (1976-1977), presidente de la Junta de Gobierno del Fondo de Cultura Económica (1977-1979); miembro del Consejo Ejecutivo de la UNESCO (1977); asesor para Asuntos Especiales de la Presidencia de la República (1978-1982) y representante permanente de México ante la ONU (1979-1985).

Secretarías de Estado y puestos diplomáticos fueron algunos de los cargos que Porfirio Muñoz Ledo desempeño en su carrera. / Foto: Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca "Mario Vázquez Raña"

En el sexenio de De la Madrid Hurtado (donde se da el quiebre entre los llamados “gobiernos revolucionarios” y “gobiernos neoliberales”) Muñoz Ledo fue presidente del Consejo de Seguridad de la ONU; vicepresidente del Comité Planetario para Negociaciones Económicas Mundiales (1980-1985) y presidente del Grupo de los 77 (1983-1984).

Un año después de su último cargo público, el 14 de agosto de 1986, donde fue relegado por la nueva clase política que se enquistó en el partido hegemónico tras la asunción al poder de De la Madrid Hurtado, Porfirio Muñoz Ledo respalda un manifiesto para acabar con la “antidemocracia” en el proceso de selección del candidato presidencial del PRI.

Junto con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Ifigenia Martínez, Carlos Tello Macías, Francisco Xavier Ovando Hernández (quien fue asesinado cuatro días antes de las elecciones presidenciales de 1988), entre otros, Muñoz Ledo inauguró un movimiento disidente al interior del PRI que derivó la primera gran ruptura del “partido único”, en la democratización del país y en las sucesivas alternancias en el poder.

Tras participar en la formación de la llamada Corriente Democrática del PRI, Porfirio Muñoz Ledo fue expulsado del partido. / Foto: Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca "Mario Vázquez Raña"

La sucesión presidencial de 1987-1988, donde Miguel de la Madrid optó por el continuismo de presidentes tecnócratas, al inclinar la balanza hacia Carlos Salinas de Gortari, su secretario de Planeación y Presupuesto y su alumno en la Facultad de Derecho de la UNAM, fue el detonante para que un grupo de priistas inconformes por el “viraje ideológico e histórico” del partido de Estado formara la llamada Corriente Democrática, cuyos miembros fueron expulsados del PRI el 22 de junio de 1987.

La defenestración de la disidencia priista y el uso de todo el aparato de Estado para minimizar la ruptura en el partido hegemónico y arremeter en contra de esa corriente crítica no bastaron para que los líderes de ese grupo (Cárdenas, Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez) se colaran por un resquicio insospechado por el régimen para competir en las elecciones presidenciales de 1988.

El primero en hacer eco a la convocatoria que lanzan los expriistas para formar un gran frente nacional de corte nacionalista para enfrentar al PRI y a su candidato fue el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), organismo fundado en 1954 que, desde aquel año, fungió como comparsa del partido de Estado para simular que en México había democracia pujante y un sistema real de partidos.

Otro de los llamados “partidos paraestatales”, “partidos satélite” o “partidos rémora”, el Partido Popular Socialista (PPS), también se suma al llamado y el 14 de octubre registran a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato a la Presidencia de la República. Como candidatos a senadores por el Distrito Federal lanzan las candidaturas de Ifigenia Martínez y de Porfirio Muñoz Ledo.

El 21 de julio de 2022, Muñoz Ledo propuso crear una “comisión de la verdad que investigue, antes de las elecciones presidenciales de 2024, al gobierno federal por su contubernio con el crimen organizado”. | Foto: Cortesía


Para el 12 de enero de 1988 las fuerzas que hasta ese momento habían convergido en el llamado de los priistas disidentes anunciaron la creación del Frente Democrático Nacional (FDN), al que se sumó el histórico luchador social Heberto Catillo, candidato del Partido Mexicano Socialista (PMS), luego de declinar a favor de Cárdenas Solórzano durante un mitin en Ciudad Universitaria, el 4 de junio de ese año.

Pese a la “caída del sistema”, el fraude electoral (reconocido por algunos de sus protagonistas, como Manuel Bartlett Díaz, secretario de Gobernación, y por el mismo Miguel de la Madrid) y la declaratoria del triunfo de Carlos Salinas de Gortari, la abrumadora votación a favor de los candidatos del FDN en el entonces Distrito Federal metió a Muñoz Ledo y a Ifigenia Martínez a ocupar un escaño en la Cámara de Senadores.

Muñoz Ledo también se convirtió en el primer legislador en interpelar a un presidente de la República durante su informe de gobierno y, con ello, iniciar el desmantelamiento de un ritual arcaico, conocido como “el día del presidente”, que llegó a su fin en 2007.

Porfirio Muñoz Ledo fue el primer legislador en interpelar a un presidente, durante el último informe de gobierno de Miguel de la Madrid. / Foto: Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca "Mario Vázquez Raña"

Casi al final del sexto y último informe de gobierno de Miguel de la Madrid, el 1 de septiembre de 1988, y en medio del conflicto poselectoral de aquel año, Muñoz Ledo se levantó de su escaño y pidió la palabra: “Con su permiso, señor presidente”.

Eso bastó para que la ceremonia más acabada del presidencialismo mexicano derivara en un caos sin precedente. El entonces gobernador de Aguascalientes y vicealmirante Miguel Ángel Barberena, sujetó a Muñoz Ledo por el cuello.

Mientras, Otto Granados, recién nombrado vocero de Carlos Salinas de Gortari, le lanzó una mentada. Víctor Flores, líder ferrocarrilero, comenzó a lanzar golpes a los legisladores de oposición a diestra y siniestra.

Algo estaba cambiando en el país

Luego de determinar que la vía democrática sería la única opción para la transformación del país y de reorganizar fuerzas después de la controvertida elección presidencial de 1988, el FDN determina crear un partido político que aglutinara a todas las fuerzas de izquierda en ese momento.

El 5 de mayo de 1991, en Oaxtepec, Morelos, se concretó la creación del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Como perredista, Muñoz Ledo fue fundador, presidente nacional (1993-1996) y dos veces aspirante presidencial (1994 y 2000). En 2000 denuncia que el PRD estaba tomado por el “caudillismo” de Cuauhtémoc Cárdenas, que repetía los viejos vicios del PRI en cuanto a su democracia interna.

Fue también en aquellos años donde, según las crónicas parlamentarias, el imbatible Muñoz Ledo tuvo que dar un paso atrás ante la amenaza de la senadora y actriz Irma Serrano, “La Tigresa”: “Bueno, compañero, ahora tengo dos opciones: terminar mi discurso o bajar y partirle su madre”.

La advertencia de Irma Serrano, quien llegó a su escaño por el PRD y luego se declaró legisladora independiente, vino después de que Muñoz Ledo la acusó de “mentirosa” cuando pronunciaba un discurso en la tribuna de la antigua casona de Xicoténcatl, vieja sede del Senado.

Muñoz Ledo fue protagonista en la paulatina construcción del IFE. | Foto: Alejandro Aguilar / El Sol de México

“¡Guajolote de navidad! ¡Gallina inflada!”, también le lanzó la legisladora chiapaneca a Muñoz Ledo en aquella ocasión.

En los años que militó en ese partido, Muñoz Ledo fue protagonista en la paulatina construcción de un órgano electoral ciudadano, en el que ya no tuviera injerencia el gobierno federal. El anhelo se consolida en 1996 con la creación del Instituto Federal Electoral (IFE) y con la nueva reforma electoral que dotaba de autonomía constitucional plena a ese organismo.

Para 1997 se obtienen los primeros resultados de esta histórica legislación, donde el PRI pierde por primera vez la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, así como el gobierno del Distrito Federal, a manos del perredista Cuauhtémoc Cárdenas, en los primeros comicios donde los capitalinos eligieron a sus autoridades: jefe de gobierno, diputados locales y delegados en las 16 demarcaciones.

Meses después de su renuncia al PRD, acepta la propuesta del PARM para convertirse en su candidato presidencial y casi al final de esa campaña determina declinar por Vicente Fox Quesada, candidato del PAN que semanas más tarde ganó esos comicios y terminó con 70 años de gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional.

Fox Quesada lo nombra coordinador de la Comisión de Estudios para la Reforma del Estado, cargo en el que dura un año, luego de que el presidente panista lo designó para hacerse cargo de la Embajada de México en la Unión Europea; el Reino de Bélgica; el Gran Ducado de Luxemburgo y observador permanente en el Consejo de Europa.

Muñóz Ledo se suma al proyecto de AMLO

Para 2005, Muñoz Ledo rompe con Vicente Fox luego de que el panista decide iniciar un proceso de desafuero en contra de Andrés Manuel López Obrador, jefe de Gobierno del Distrito Federal, con el propósito de descarrilar su posible candidatura presidencial para los comicios de 2006.

En los controvertidos comicios presidenciales de 2006 Muñoz Ledo se suma a la candidatura de López Obrador y luego a las protestas postelectorales, donde el abanderado de la coalición PRD-PT-Convergencia denunció un gran fraude electoral.

Validó el cierre de Paseo de la Reforma y la “presidencia legítima” de López Obrador y, en 2008, ya como militante del Partido del Trabajo (PT), aceptó coordinar el llamado Frente Amplio Progresista (FAP). En 2009 regresó a la Cámara de Diputados por la vía plurinominal y en 2012 también apoyó la candidatura presidencial de López Obrador.

En 2016, Miguel Ángel Mancera, entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, lo invitó a participar en el Secretariado Ejecutivo de la Comisión Redactora del Proyecto de Constitución para la Ciudad de México, que estuvo integrada por otros 28 personajes, entre ellos Cuauhtémoc Cárdenas y Juan Ramón de la Fuente, quienes presentaron el borrador de la Constitución de la Ciudad de México al Congreso Constituyente de la capital del país.

Fue hasta 2018 cuando Muñoz Ledo se afilia a Morena --agrupación política que se fundó el 2 de octubre de 2011--, donde acepta, a propuesta de López Obrador, una candidatura por la vía plurinominal para la Cámara de Diputados.

El propósito era claro y el tabasqueño lo manejó desde el primer momento: ante su inminente victoria en las urnas para los comicios presidenciales de 2018, el candidato de la alianza “Juntos Haremos Historia” quería que una de las principales figuras que resquebrajó al sistema le colocara la banda presidencial.

Durante su cierre de campaña en el Estadio Azteca, el 27 de junio de 2018, López Obrador incluyó a Muñoz Ledo dentro de la lista de mujeres y hombres que --dijo-- “lucharon por las libertades, la justicia, la democracia y la defensa de la soberanía nacional”.

Luego del triunfo electoral de López Obrador, el 1 de diciembre de ese año Porfirio Muñoz Ledo le colocó la banda presidencial al tabasqueño, cumpliendo así un anhelo de ambos: la alternancia política hacia un gobierno de corte nacionalista tras más de tres décadas de administraciones neoliberales.

El distanciamiento de Muñoz Ledo, López Obrador y del partido Morena vino tras el culminar su periodo como presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, donde grupos de legisladores morenistas lo bloquearon para que ocupara por segundo año consecutivo ese cargo.

Pero el rompimiento definitivo se dio en la elección interna del dirigente nacional de Morena de 2020. Los órganos de dirección de ese partido determinaron repetir una encuesta, en la que Muñoz Ledo derrotó a Mario Delgado Carrillo por 20 puntos de diferencia.

En un segundo sondeo se declaró un “empate técnico” y se determinó realizar una tercera encuesta. Fue hasta el tercer intento, que colocó arriba a Mario Delgado, cuando Morena declaró válida la elección.

Luego del triunfo electoral de López Obrador, el 1 de diciembre de ese año Porfirio Muñoz Ledo le colocó la banda presidencial al tabasqueño. | Foto: Cuartoscuro

“Es un robo, es un asalto. Estoy profundamente indignado porque se ha roto la legalidad por la que hemos luchado en los últimos 35 años”, dijo Muñoz Ledo en aquella ocasión, aunque meses más tarde la nueva dirigencia nacional, encabezada por Mario Delgado, lo dejó fuera de las listas de candidatos de Morena para buscar la reelección a una diputación federal. Fue el quiebre definitivo.

A partir de ese momento Muñoz Ledo inició una etapa de cuestionamientos hacia la llamada Cuarta Transformación, que incluso lo llevó a señalar, tras los comicios federales intermedios de 2021, donde también se renovaron 13 gubernaturas, que el crimen organizado en algunos estados del país jugaron a favor de Morena.

“Es la edad”, reviró López Obrador en la conferencia mañanera en Palacio Nacional el 3 de junio de 2022 luego de las declaraciones de Muñoz Ledo, pero además dijo que se trataba de una “acusación vulgar, baja y sin fundamento”.

A través de sus redes sociales, Muñoz Ledo respondió: “El Presidente me descalifica políticamente por mi edad. ¿En dónde quedó su respeto a los adultos mayores? Se afirma en cambio que él padece envejecimiento cerebral. Que pruebe lo contrario”

El 21 de julio de 2022, Muñoz Ledo propuso crear una “comisión de la verdad que investigue, antes de las elecciones presidenciales de 2024, al gobierno federal por su contubernio con el crimen organizado”.

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Durante un homenaje a Porfirio Muñoz Ledo por sus 70 años de lucha democrática, el 29 de abril de 2022, el investigador emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés, quizá dio la descripción más acertada del protagonista de los cambios democráticos en México, de las alternancias en el poder y del resquebrajamiento del partido hegemónico.

“Muñoz Ledo se caracteriza por expresar sin rodeos sus ideas y posiciones, y ha preferido pagar los costos políticos de la dignidad y no los costos morales de la abyección”.