/ viernes 14 de junio de 2024

Trópicos Subterráneos | Estabilidad y futurabilidad (de y para) la prosperidad compartida

Si todo el poder, a todo modo, sigue del Estado-Obrador al Estado-Yo Claudia, la posibilidad vital ante la gravedad mortal, la Transformación, debe(rá) serse y hacerse una reconstrucción autocrítica-científica, política, económica, social y cultural, sin tanta reverencia a la museográfica Historia Patria rodeada por los vivos y los sobrevivientes, los muertos y los feminicidios con los desaparecidos, la situación y la condición en lo emergente, urgente e insurgente, no corresponden a la revolución de las conciencias, ni al humanismo mexicano.

La emergencia y la urgencia son la salud y la seguridad, cuando la insurgencia es la rebelión de los muertos por el narcosicariato.

El Estado de Derecho y los Derechos Humanos, con la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad, malviven y malmueren.

Los pesos y los contrapesos en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, polarizados y confrontados, desde el Estado-Obrador al Estado-Yo Claudia, no corresponden responsablemente a la sabiduría y a la bondad popular y sí corresponde ética y moralmente al imperativo categórico en el sentido y en el bien común Kantiano:

“Actúa como te gustaría que todas las demás personas actúen con todas las demás personas”.

Y, no, Obradorciano: mandando y obedeciéndose a sí mismo, per se, su autoritarismo.

Del carácter incendiario del Estado-Obrador al carácter cinerario del Estado-Yo Claudia, los hornos crematorios del Ejército y las fosas clandestinas del Narcosicariato, han sido, son y serán la acumulación de la cantidad y la desposesión de la calidad, no siendo recompensatorio regresarle al pueblo lo robado, cuando falta la verdad de lo mentido y la traición de lo traicionado del neoliberalismo al pos(t)neoliberalismo autoritario y conservador, de la izquierda por la derecha, si es que va a haber-a ver los ajustes de cuentas en la continuidad-discontinuidad en la transición transexenal-presidencial, porque cuando se trata de tripas, corazón, las tripas son del Estado-Obrador y el corazón será del Estado-Yo Claudia, no por la romantización y sí por la transformación de la destrucción y la reconstrucción en lo que ha sido lo ideático-dogmático y será lo ideal- práctico científico ambiental en la vida y en la muerte que han sido los 24 años en el país de las sombras espectrales.

En tanto prosiga la polarización y la confrontación, la unión y la nación, proseguirán el Ejército y el Narcosicariato, ¿la aceptación de la a-normalización habrá que reconsiderarla también como una victoria en la procesión funeral con el proceso electoral del Estado-Obrador con el Estado-Yo Claudia, recibiendo los bienestares y relegando los malestares sociales de la corrupción y la impunidad, de la violencia y la criminalidad?

Si en lo científico social y ambiental, en el país de las sombras espectrales, hay un alto nivel de contaminación tóxica en la real politi(k)ería de los lados positor-opositor, el reacomodo de los partidos políticos de izquierda por la derecha, depende(rá), por la vía de la mayoría calificada, lo que sucederá en septiembre con la reforma a la SCJN, viéndose de qué estará hecha la Ley y la Justicia por el Estado-Obrador y para que el Estado-Yo Claudia llegue a la Presidencia en el Palacio Nacional, y desde allí-ahí vea de qué está hecho lo científico político, social y ambiental en el país de las sombras espectrales.

La continuidad-discontinuidad (de y en) la 4T) que no es el Segundo Piso y sí es en el país de la sombras espectrales, de la posibilidad vital a la gravedad mortal, la estabilidad y la futurabilidad de la prosperidad compartida, de la transformada y la traspasada transición presidencial de la real a la virtual para que se haga realidad la presidenta, es que la mujer científica política se deje del Estado-Obrador a través de la corruptura para que sea Estadista con el Estado de Derecho y los Derechos Humanos, más por la necesidad que por la necedad, más por la calidad que por cantidad, la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad, no deben serse y hacerse con la a-normalización de la psicopolítica con la psicopatología mexicanas (de y para) l@s mexican@s.

Si todo el poder, a todo modo, sigue del Estado-Obrador al Estado-Yo Claudia, la posibilidad vital ante la gravedad mortal, la Transformación, debe(rá) serse y hacerse una reconstrucción autocrítica-científica, política, económica, social y cultural, sin tanta reverencia a la museográfica Historia Patria rodeada por los vivos y los sobrevivientes, los muertos y los feminicidios con los desaparecidos, la situación y la condición en lo emergente, urgente e insurgente, no corresponden a la revolución de las conciencias, ni al humanismo mexicano.

La emergencia y la urgencia son la salud y la seguridad, cuando la insurgencia es la rebelión de los muertos por el narcosicariato.

El Estado de Derecho y los Derechos Humanos, con la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad, malviven y malmueren.

Los pesos y los contrapesos en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, polarizados y confrontados, desde el Estado-Obrador al Estado-Yo Claudia, no corresponden responsablemente a la sabiduría y a la bondad popular y sí corresponde ética y moralmente al imperativo categórico en el sentido y en el bien común Kantiano:

“Actúa como te gustaría que todas las demás personas actúen con todas las demás personas”.

Y, no, Obradorciano: mandando y obedeciéndose a sí mismo, per se, su autoritarismo.

Del carácter incendiario del Estado-Obrador al carácter cinerario del Estado-Yo Claudia, los hornos crematorios del Ejército y las fosas clandestinas del Narcosicariato, han sido, son y serán la acumulación de la cantidad y la desposesión de la calidad, no siendo recompensatorio regresarle al pueblo lo robado, cuando falta la verdad de lo mentido y la traición de lo traicionado del neoliberalismo al pos(t)neoliberalismo autoritario y conservador, de la izquierda por la derecha, si es que va a haber-a ver los ajustes de cuentas en la continuidad-discontinuidad en la transición transexenal-presidencial, porque cuando se trata de tripas, corazón, las tripas son del Estado-Obrador y el corazón será del Estado-Yo Claudia, no por la romantización y sí por la transformación de la destrucción y la reconstrucción en lo que ha sido lo ideático-dogmático y será lo ideal- práctico científico ambiental en la vida y en la muerte que han sido los 24 años en el país de las sombras espectrales.

En tanto prosiga la polarización y la confrontación, la unión y la nación, proseguirán el Ejército y el Narcosicariato, ¿la aceptación de la a-normalización habrá que reconsiderarla también como una victoria en la procesión funeral con el proceso electoral del Estado-Obrador con el Estado-Yo Claudia, recibiendo los bienestares y relegando los malestares sociales de la corrupción y la impunidad, de la violencia y la criminalidad?

Si en lo científico social y ambiental, en el país de las sombras espectrales, hay un alto nivel de contaminación tóxica en la real politi(k)ería de los lados positor-opositor, el reacomodo de los partidos políticos de izquierda por la derecha, depende(rá), por la vía de la mayoría calificada, lo que sucederá en septiembre con la reforma a la SCJN, viéndose de qué estará hecha la Ley y la Justicia por el Estado-Obrador y para que el Estado-Yo Claudia llegue a la Presidencia en el Palacio Nacional, y desde allí-ahí vea de qué está hecho lo científico político, social y ambiental en el país de las sombras espectrales.

La continuidad-discontinuidad (de y en) la 4T) que no es el Segundo Piso y sí es en el país de la sombras espectrales, de la posibilidad vital a la gravedad mortal, la estabilidad y la futurabilidad de la prosperidad compartida, de la transformada y la traspasada transición presidencial de la real a la virtual para que se haga realidad la presidenta, es que la mujer científica política se deje del Estado-Obrador a través de la corruptura para que sea Estadista con el Estado de Derecho y los Derechos Humanos, más por la necesidad que por la necedad, más por la calidad que por cantidad, la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad, no deben serse y hacerse con la a-normalización de la psicopolítica con la psicopatología mexicanas (de y para) l@s mexican@s.

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