/ viernes 15 de febrero de 2019

Ideología y libros de texto


El miércoles pasado el presidente López Obrador conmemoró el 60 aniversario de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), y aprovechó la oportunidad para anunciar un nuevo modelo educativo. Mismo que se reflejará –señala el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán- en los libros de texto, particularmente en la materia de historia (Proceso, 13 de febrero del 2019).

El anuncio es relevante en varios sentidos, pero antes de entrar en el análisis, hago un paréntesis para reparar en lo siguiente: es interesante que se afirme que viene un nuevo modelo educativo cuando todavía no está aprobado un marco normativo para una nueva reforma educativa. Lo cual indica que ese tema va a salir adelante en el Congreso Federal, restaría saber nada más en qué sentido: si con la propuesta íntegra que envía el Ejecutivo –misma que el SNTE respaldará sin cambiarle una coma- o con algunas variaciones si se integran las adecuaciones que ha planteado la oposición. Pero la reforma educativa va.

Dicho lo anterior, vamos al punto central del presente escrito. Y para tal efecto, partamos de una interrogante obligada: ¿qué importancia tiene un libro de texto para el marco educativo de un estudiante? La primera parte de la interrogante contiene una respuesta de fondo, pero vayamos a la pregunta en extenso. El libro de texto se constituye en un instrumento muy valioso para el aprendizaje de los niños, sobre todo para quienes no tienen a su alcance otra vía de acceso a contenidos, más que el libro de texto. Para esos niños, este material didáctico es de suma importancia. En cambio, para los niños que pueden acceder a plataformas digitales –con el uso de Internet-, los libros podrían considerarse como una base, pero no es la única herramienta con la que pueden obtener los aprendizajes, pueden tener acceso a una variedad de contenidos en fuentes digitales que localicen en la red. En ese sentido, varios autores han cuestionado la viabilidad del libro de texto en estos tiempos de la era digital. Otros en cambio, plantean que se reconfigure el diseño y se le agregue contenido con tecnología 3D, para hacer más atractivo el contenido a los niños. Lo anterior sería un aporte importante; no obstante, es complejo que un proyecto en esas dimensiones tenga asidero en México.

Pasemos ahora a la primera parte de la interrogante: ¿qué importancia tiene el libro de texto? Su importancia es política e ideológica. Me explico: el libro de texto es un poderoso instrumento político, porque a través de él se educa a millones de niños con un mismo contenido. Y esa condición de uniformidad lo convierte en un mecanismo de adoctrinamiento ideológico. Por ello, es de suma importante observar qué tipo de contenidos presentan los libros de texto.

Esta condición también puede ser favorable, si se pretende fomentar un determinado tipo de valores, para la construcción del futuro ciudadano en nuestro país. Y aquí hay que hacer otro paréntesis, puesto que el presidente López Obrador ha manifestado que en México es necesario recuperar nuestra historia, nuestros valores que nos dieron sentido e identidad como sociedad mexicana. Y esa preocupación del presidente, al parecer va a verse reflejada en los nuevos libros de texto.

En otras ocasiones he manifestado a través de este medio, la importancia que tiene la educación para el actual Presidente de la República. La concibe como un bien nacional con el cual se puede construir una sociedad con equidad y justicia social. Dos conceptos claves en su proyecto alternativo de nación. En ese sentido, es una vía estratégica para su proyecto de gobierno. Y lo es, no sólo por el tema de los aprendizajes, sino porque en el fondo el gobierno de López Obrador es un gobierno que ha emprendido una batalla contra un periodo histórico donde se implementó una política económica neoliberal (1982-2018), en la cual se generó una situación de pobreza y desigualdad social muy grave en amplias franjas de la población. La batalla de López Obrador consiste en desmantelar ese modelo neoliberal, y el desmantelamiento no solamente es político y económico, sino también ideológico. Y ahí es donde los libros de texto son claves.

Son muchos años de adoctrinamiento ideológico en torno a ideas fincadas en “individualismo”, el “egoísmo en el mercado”. Se glorificó el mercado, el dinero, hasta constituirlos en mantra axiológico –si cabe la expresión-. Nos olvidamos de valores como la solidaridad, puesto que todo ese periodo el individuo se empoderó in extremis, y se abandonó el homus civitas y se le abrió paso al homus economicus. Y ello fue operado incluso, desde el propio sistema educativo.

El presidente López Obrador está consciente de este proceso, por eso plantea la Cartilla Moral, el proyecto de lectura y la enseñanza de contenidos como Historia y Educación Cívica. Hay que rescatar los valores y la identidad nacional, afirma. Y la educación y la cultura son claves. No hay transformación de la realidad social, afirmaba Gramsci, sin un cambio de mentalidad. Y eso se construye desde el sistema educativo.

¿Se comprende ahora la importancia política e ideológica que van a tener los nuevos libros de texto? Desde ese instrumento didáctico se le dará la batalla ideológica al neoliberalismo.

Un apunte de salida: Se reveló la identidad de la imagen que acompañó a los libros de texto durante estos 60 años. De acuerdo con el antropólogo, Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la imagen corresponde a Victoria Dorenlas, una mesera de un bar que conoció el pintor Jorge González Camarena, en la década de los 60’s. La imagen es de una jovencita de apenas 19 años de edad, y que accedió a posar para el pintor jalisciense. Extraordinario. Seguramente nadie se imaginó que la imagen de esos libros correspondiera a una mesera. Nadie.

*Investigador Titular del Centro de Investigación e Innovación Educativa del Sistema Educativo Valladolid (Ciinsev)


El miércoles pasado el presidente López Obrador conmemoró el 60 aniversario de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), y aprovechó la oportunidad para anunciar un nuevo modelo educativo. Mismo que se reflejará –señala el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán- en los libros de texto, particularmente en la materia de historia (Proceso, 13 de febrero del 2019).

El anuncio es relevante en varios sentidos, pero antes de entrar en el análisis, hago un paréntesis para reparar en lo siguiente: es interesante que se afirme que viene un nuevo modelo educativo cuando todavía no está aprobado un marco normativo para una nueva reforma educativa. Lo cual indica que ese tema va a salir adelante en el Congreso Federal, restaría saber nada más en qué sentido: si con la propuesta íntegra que envía el Ejecutivo –misma que el SNTE respaldará sin cambiarle una coma- o con algunas variaciones si se integran las adecuaciones que ha planteado la oposición. Pero la reforma educativa va.

Dicho lo anterior, vamos al punto central del presente escrito. Y para tal efecto, partamos de una interrogante obligada: ¿qué importancia tiene un libro de texto para el marco educativo de un estudiante? La primera parte de la interrogante contiene una respuesta de fondo, pero vayamos a la pregunta en extenso. El libro de texto se constituye en un instrumento muy valioso para el aprendizaje de los niños, sobre todo para quienes no tienen a su alcance otra vía de acceso a contenidos, más que el libro de texto. Para esos niños, este material didáctico es de suma importancia. En cambio, para los niños que pueden acceder a plataformas digitales –con el uso de Internet-, los libros podrían considerarse como una base, pero no es la única herramienta con la que pueden obtener los aprendizajes, pueden tener acceso a una variedad de contenidos en fuentes digitales que localicen en la red. En ese sentido, varios autores han cuestionado la viabilidad del libro de texto en estos tiempos de la era digital. Otros en cambio, plantean que se reconfigure el diseño y se le agregue contenido con tecnología 3D, para hacer más atractivo el contenido a los niños. Lo anterior sería un aporte importante; no obstante, es complejo que un proyecto en esas dimensiones tenga asidero en México.

Pasemos ahora a la primera parte de la interrogante: ¿qué importancia tiene el libro de texto? Su importancia es política e ideológica. Me explico: el libro de texto es un poderoso instrumento político, porque a través de él se educa a millones de niños con un mismo contenido. Y esa condición de uniformidad lo convierte en un mecanismo de adoctrinamiento ideológico. Por ello, es de suma importante observar qué tipo de contenidos presentan los libros de texto.

Esta condición también puede ser favorable, si se pretende fomentar un determinado tipo de valores, para la construcción del futuro ciudadano en nuestro país. Y aquí hay que hacer otro paréntesis, puesto que el presidente López Obrador ha manifestado que en México es necesario recuperar nuestra historia, nuestros valores que nos dieron sentido e identidad como sociedad mexicana. Y esa preocupación del presidente, al parecer va a verse reflejada en los nuevos libros de texto.

En otras ocasiones he manifestado a través de este medio, la importancia que tiene la educación para el actual Presidente de la República. La concibe como un bien nacional con el cual se puede construir una sociedad con equidad y justicia social. Dos conceptos claves en su proyecto alternativo de nación. En ese sentido, es una vía estratégica para su proyecto de gobierno. Y lo es, no sólo por el tema de los aprendizajes, sino porque en el fondo el gobierno de López Obrador es un gobierno que ha emprendido una batalla contra un periodo histórico donde se implementó una política económica neoliberal (1982-2018), en la cual se generó una situación de pobreza y desigualdad social muy grave en amplias franjas de la población. La batalla de López Obrador consiste en desmantelar ese modelo neoliberal, y el desmantelamiento no solamente es político y económico, sino también ideológico. Y ahí es donde los libros de texto son claves.

Son muchos años de adoctrinamiento ideológico en torno a ideas fincadas en “individualismo”, el “egoísmo en el mercado”. Se glorificó el mercado, el dinero, hasta constituirlos en mantra axiológico –si cabe la expresión-. Nos olvidamos de valores como la solidaridad, puesto que todo ese periodo el individuo se empoderó in extremis, y se abandonó el homus civitas y se le abrió paso al homus economicus. Y ello fue operado incluso, desde el propio sistema educativo.

El presidente López Obrador está consciente de este proceso, por eso plantea la Cartilla Moral, el proyecto de lectura y la enseñanza de contenidos como Historia y Educación Cívica. Hay que rescatar los valores y la identidad nacional, afirma. Y la educación y la cultura son claves. No hay transformación de la realidad social, afirmaba Gramsci, sin un cambio de mentalidad. Y eso se construye desde el sistema educativo.

¿Se comprende ahora la importancia política e ideológica que van a tener los nuevos libros de texto? Desde ese instrumento didáctico se le dará la batalla ideológica al neoliberalismo.

Un apunte de salida: Se reveló la identidad de la imagen que acompañó a los libros de texto durante estos 60 años. De acuerdo con el antropólogo, Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la imagen corresponde a Victoria Dorenlas, una mesera de un bar que conoció el pintor Jorge González Camarena, en la década de los 60’s. La imagen es de una jovencita de apenas 19 años de edad, y que accedió a posar para el pintor jalisciense. Extraordinario. Seguramente nadie se imaginó que la imagen de esos libros correspondiera a una mesera. Nadie.

*Investigador Titular del Centro de Investigación e Innovación Educativa del Sistema Educativo Valladolid (Ciinsev)

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