Mazatlán, Sin.- Eran aproximadamente las 3:30 de la tarde, hora pico en el tráfico, cuando salió una emergencia: un niño de escasos ocho años había sido atropellado por un camión de volteo. Desde el punto fijo del Infonavit Playas, la unidad 612 de la Cruz Roja acudió al lugar de los hechos.
En ella iban Luis Enrique Torres y su compañero Adrián, circularon por toda la Rafael Buelna, después por Santa Rosa, salieron a la altura de la avenida Juan Pablo, su objetivo era llegar a la Gabriel Leyva, ahí había ocurrido el accidente.
Estaba un pequeño de aproximadamente ocho años tirado en el piso, con datos de trauma, en el lugar estaba ya una ambulancia de Bomberos Veteranos y nos dirigimos con ellos, nos presentamos y preguntamos en qué podíamos ayudar, empezamos trabajar al niño, tenía datos muy fuerte de traumatismo en lo que es el área de tórax, abdomen, piernas, brazos.
Luis Enrique
Paramédico de la Cruz Roja desde hace cinco años, él, cuando era pequeño, anhelaba ser miembro de un servicio de atención de emergencias y en el 2014 su sueño se hizo realidad.
Dentro de la formación en la Cruz Roja está la del manejo del duelo, son diferentes etapas las que los estudiantes tienen que aprender a pasar, a no engancharse con las emergencias, a pesar de que tienen que sensibilizarse con las personas, no pueden llevar a casa toda la carga emocional.
Es mejor llegar con tus compañeros, platicar, desahogarte, sabes qué: me pasó esto y me siento así, somos humanos y también nos afecta.
Luis Enrique
Aquel día, Luis Enrique se enfrentaba a una trágica escena, desde luego que no se trataba de su primera emergencia, pero tenía que tener determinación ante la devastación, pues lo peor estaba por ocurrir.
Era una escena muy trágica porque los familiares estaban al lado izquierdo y ¿cómo les decíamos que su bebé pues ya no tenía vida?, prácticamente fue tratar de mitigar el dolor de las personas.
Luis Enrique
Ante la impresión de la gente que ya se había reunido en el lugar, la esperanza de vida del pequeño niño había desaparecido, y darles esa noticia a sus padres no fue nada fácil.
Nosotros sabíamos que prácticamente no iba a sobrevivir, ya no tenía ninguna esperanza de vida, pero era una impresión para tanta gente que estaba ahí ¿y sí nada más hubiéramos llegado y dicho, pues sabes qué el niño falleció? hubiéramos recibido agresiones; se trata de ser un poquito más humanos, de sensibilizarnos con las persona.
Luis Enrique
Después de un tiempo, en que los paramédicos trataron la emergencia, Luis Enrique le pidió a su compañero que le pasara la sábana, ya no había nada que hacer, no había forma de que sobreviviera, en ese momento toda la gente empezó a llorar.
Lo que más me marcó es que el hermanito del niño, como de tres años de edad, llega y le pregunta a su mamá por qué su hermano está tirado… ahí es donde dije: ¿qué hago ahora?, pero pues ni modo, es parte de estar aquí.
Luis Enrique
Luis Enrique decide no entrar más en detalles por respeto a la familia y al niño. Así como esta, hay muchísimas más historias en su corta trayectoria, le es imposible acordarse de todas o rememorar alguna que le haya impactado profundamente, pues es parte de su día a día.
Desempeñarse como paramédico no es tarea sencilla, requiere de trabajo fuerte, tanto físico como emocional, lidiar con situaciones de la vida o la muerte.
Aún recuerda su primer día en la Cruz Roja, tenía 19 años, le gustaría continuar en el lugar, pero no descarta la posibilidad de emigrar a otros lugares para mejorar su técnica de atención, con la intención de seguir ayudando a las demás personas.
PARA SABER
El manejo emocional juega un papel muy importante en el trabajo de un técnico en urgencias médicas, pues a pesar de la sensibilidad, no debe engancharse con las emergencias que se atienden.
SUEÑO HECHO REALIDAD
Desde niño, Luis Enrique Torres anhelaba ser miembro de un servicio de atención de emergencias, y en el 2014 su sueño se hizo realidad, al convertirse en paramédico de la Cruz Roja.
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