/ sábado 22 de febrero de 2020

Tiene doña Martha una vida llena de ‘malabares’

A sus 66 años de edad, pide apoyo para sostener a su familia, vestida de payasita en cruceros

Mazatlán, Sin.- Para Martha Alicia Busto Cervantes la vida que le tocó vivir no ha sido nada fácil, ella es madre soltera, tiene 6 hijos, ya todos grandes, algunos casados, otros separados y dispersos, tiene 66 años edad y desde los 40 sale 2 ó 3 veces a la semana a los cruceros a hacer malabares vestida de payasita, para obtener un peso de la gente que le permita sobrevivir a ella, a una de sus hijas y a 4 nietos, quienes habitan una casa invadida en Santa Fe.

Antes de los 40, cuando todavía las fuerzas no le abandonaban, hizo de todo: lavó y planchó ajeno, fue comerciante, llegó a vender hasta pizarrones, y trabajó en un restaurante de carnes asadas, lavando trastes desde las 12:00 del día hasta las 4:00 de la mañana.

No fui madre desobligada, tenía que arrimarle a mis hijos de perdida gordas y frijoles, no había trabajo, iba y les arrimaba lo que tenía; vendía, como dicen, hasta mi vida para darles.

Martha A. Busto


Martha Alicia sacó adelante con mucho esfuerzo a sus 6 hijos, y ahora cría a sus nietos. Foto: Jesús Guzmán I El Sol de Mazatlán

Lee Aquí:Abre el MOM con poca presencia de clientes

Dijo que lo que la movió a salir a la calle fue la necesidad de escriturar su casa en Guadalajara, de donde es originaria, aunque ya se considera “pata salada”, pues vive en Mazatlán desde hace más de un lustro, al igual que 2 de sus hijas.

Comenta que su hermana que se fue a vivir a Estados Unidos le regaló su casa y tenía que escriturarla a su nombre, por lo que se decidió a pedir apoyo en la calle.

Primero me daba mucha pena, pero dije tengo que salir adelante, tenía 6 de familia, yo todo el tiempo he sido soltera, nunca me sirvió ningún hombre para mantenerme; ahorita mis hijos ya están casados y están grandes, tuve 6, unos pa’llá y otros pa’cá, todos andan desbalagados.

Martha A. Busto

Al principio salía con sus hijas más pequeñas en la espalda porque no tenía quién se las cuidara, de ahí que ahora padezca de la cintura.

Después aprendió a hacer malabares con 2 pelotas, no se enseñó con más, pues como ella dice, no tenía tiempo para eso, sólo para dar de comer a sus hijos, hacer los quehaceres más elementales en el hogar y salir a la calle para pedir apoyo.

Refiere que por necesidad se vino a vivir con una hija a Culiacán, donde continuó con los malabares en los cruceros, ya que no le gusta estar nomás de arrimada, y de ahí vino de vacaciones a Mazatlán, pero le gustó tanto que se quedó a vivir.

Me vine yo, mi hija y sus niños de vacaciones, rentamos un hotel cerca de la central camionera y nos gustó venir a Mazatlán a trabajar, trabajaba en Culiacán haciendo lo mismo, de ahí nos vinimos a Mazatlán, y ya nos quedamos aquí.

Martha A. Busto


Puedes leer: Entérate cuando debes de cambiar el reloj por el horario de verano


CARGÓ CON HIJOS Y NIETOS

Martha Alicia vive con su hija Marina Guadalupe y sus 4 nietos, tres niños de 16, 12 y 3 años, y una niña de 7, el más chico está por entrar al kínder, la niña cursa la primaria y el de 12 está por entrar a la secundaria, pero están en espera de los papeles, ya que la primaria la estudió en Guadalajara.

También vive aquí su hija Erika Yolanda, quien tiene problemas para caminar y requiere de muletas. En total tuvo 4 mujeres y 2 hombres, una de las hijas Sandra, la que cargaba en su espalda ya falleció.

Martha Alicia recuerda las palabras del padre de sus hijas, cuando los abandonó y le dijo que se iba a morir de hambre.

Se enojó conmigo y se fue, pues, te vas a morir de hambre, me dijo, de seguro que no me muero de hambre, le respondí, traía en la espalda a mis niñas, yo creo que por eso me duele tanto mis rabadillas, y seguí yo sola, pues ni modo tengo que seguir trabajando.

Martha A. Busto

Al nacerle sus primeros nietos,tuvo que recibirlos, ya que los papás también “salieron desobligados” y su nuera se los dejó, el niño de 40 días y la niña de 10 meses.

Me cargaba los 2 niños en su carreola y me iba a trabajar a los cruceros para comprarles leche y pañales, volvió mi nuera pero todavía es hora que no se hace cargo de sus hijos, volvió con ellos ya que estaban más grandecitos pero igual de desobligada, no les hacía de comer, no los lavaba, todos sucios me los traía y nos los quitaron, yo como sufrí y lloré porque me los quitaron, su papá y ella me los quitaron, y dije ni modo, entonces estaba criando otro niño chiquito y pagaba porque me lo cuidaran, 100 pesos diarios.

Martha A. Busto

Actualmente, ese niño tiene 22 años, es el que más o menos la apoya cuando está con él, al igual que la niña. “De vez en cuando me dicen tenga mamá, toma;las hijas no, pero los nietos sí me apoyan, uno se llama Jonathan Sebastián y otro José de Jesús Apocalipsis, son los que me apoyan, ellos viven aquí en Mazatlán”.

Léenos aquí:Familiares de asesinadas en Sanalona esperan a AMLO en Tamazula

Con malabares y vestida de payasita, Martha Alicia sostiene a sus nietos. . Foto: Jesús Guzmán I El Sol de Mazatlán

AZARES DEL DESTINO

Actualmente, Martha Alicia está de visita con una de sus nietas que vive en El Conchi, y aunque ella le pide que no salga a los cruceros a pedir, dice que se entume estar encerrada y no le gusta estar de floja, así que por momentos se le escapa para pedir apoyo y juntar para comprar sus medicinas que le quitan el dolor de su cintura,o un suero para aliviar los achaques de la edad.

Cuando recién llegaron al puerto, señala que rentaron una casa en El Conchi, donde la renta y el depósito fueron 3 mil 300 pesos, con cobros de mil 600 pesos mensuales; sin embargo, a un mes les pidieron la casa por tener muchos niños, así que tuvieron que buscar por toda la ciudad dónde vivir.

Y fue por azares del destino que se subieron a un camión que los llevó hasta Santa Fe, donde vieron que había muchas casas abandonadas y preguntaron si podían rentar una de ellas, a lo cual el chofer les contestó que podían quedarse en cualquiera de ellas, que estaban abandonadas.

A los 15 días estábamos ahí viviendo, nomás que no tenían ventanas, tenían unos plásticos y ahí se quedó mi hija, ahí estamos; si nos llegan los dueños cambiamos de casa, hay muchas casas, principalmente que las estamos cuidando, nomás que nos den unos días y nos cambiamos, pusimos agua y luz, está igual, pero ya no pagamos renta.

Martha A. Busto

VIVE DE LA CARIDAD

A Martha Alicia le bastan 3 ó 4 horas en un crucero para ganar cuando menos su dieta alimenticia de 2 o 3 días que resume en frijoles, sopa, huevos y tortillas.

Nosotros teniendo frijoles no ‘salemos’, para qué trabajamos diario, es que en realidad yo no puedo, me duele mucho mi cintura, ya cuando trabajo 3 o 4 horas ya tengo para llevarles qué comer a mis nietos, por ellos lo hago.

Martha A. Busto

Da gracias a Dios porque nunca las ha abandonado y a la gente por apoyarlas con un peso.

Hay gente que nomás viene y pide, que tengan gracia para pedir, no nomás así, yo lo hago con malabares, y les digo gusta cooperar; nomás me enseñé con 2 pelotas, ya no quise más, es que el tiempo no me alcanzaba, aparte de que iba a trabajar, nos íbamos a hacer quehacer, comida para los niños, ni modo de dejarlos sin comer, para eso trabaja uno.

Martha A. Busto

TEXTUALES

Las autoridades no se han acercado para apoyarme ni quiero que me apoyen, no hay tiempo, por una despensa todo el día, lo que me van a dar en una despensa aquí lo gano en 2 o 3 horas, y que venga mañana y que venga pasado, a mi no me gusta que me traigan en argüendes.

Martha Alicia Busto Cervantes

Gracias a Dios no me molestan los inspectores, no me ven borracha ni drogada, ni haciendo mal; bendito sea Dios, aquí me apoya la gente y en todos lados que voy.

Martha


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Mazatlán, Sin.- Para Martha Alicia Busto Cervantes la vida que le tocó vivir no ha sido nada fácil, ella es madre soltera, tiene 6 hijos, ya todos grandes, algunos casados, otros separados y dispersos, tiene 66 años edad y desde los 40 sale 2 ó 3 veces a la semana a los cruceros a hacer malabares vestida de payasita, para obtener un peso de la gente que le permita sobrevivir a ella, a una de sus hijas y a 4 nietos, quienes habitan una casa invadida en Santa Fe.

Antes de los 40, cuando todavía las fuerzas no le abandonaban, hizo de todo: lavó y planchó ajeno, fue comerciante, llegó a vender hasta pizarrones, y trabajó en un restaurante de carnes asadas, lavando trastes desde las 12:00 del día hasta las 4:00 de la mañana.

No fui madre desobligada, tenía que arrimarle a mis hijos de perdida gordas y frijoles, no había trabajo, iba y les arrimaba lo que tenía; vendía, como dicen, hasta mi vida para darles.

Martha A. Busto


Martha Alicia sacó adelante con mucho esfuerzo a sus 6 hijos, y ahora cría a sus nietos. Foto: Jesús Guzmán I El Sol de Mazatlán

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Dijo que lo que la movió a salir a la calle fue la necesidad de escriturar su casa en Guadalajara, de donde es originaria, aunque ya se considera “pata salada”, pues vive en Mazatlán desde hace más de un lustro, al igual que 2 de sus hijas.

Comenta que su hermana que se fue a vivir a Estados Unidos le regaló su casa y tenía que escriturarla a su nombre, por lo que se decidió a pedir apoyo en la calle.

Primero me daba mucha pena, pero dije tengo que salir adelante, tenía 6 de familia, yo todo el tiempo he sido soltera, nunca me sirvió ningún hombre para mantenerme; ahorita mis hijos ya están casados y están grandes, tuve 6, unos pa’llá y otros pa’cá, todos andan desbalagados.

Martha A. Busto

Al principio salía con sus hijas más pequeñas en la espalda porque no tenía quién se las cuidara, de ahí que ahora padezca de la cintura.

Después aprendió a hacer malabares con 2 pelotas, no se enseñó con más, pues como ella dice, no tenía tiempo para eso, sólo para dar de comer a sus hijos, hacer los quehaceres más elementales en el hogar y salir a la calle para pedir apoyo.

Refiere que por necesidad se vino a vivir con una hija a Culiacán, donde continuó con los malabares en los cruceros, ya que no le gusta estar nomás de arrimada, y de ahí vino de vacaciones a Mazatlán, pero le gustó tanto que se quedó a vivir.

Me vine yo, mi hija y sus niños de vacaciones, rentamos un hotel cerca de la central camionera y nos gustó venir a Mazatlán a trabajar, trabajaba en Culiacán haciendo lo mismo, de ahí nos vinimos a Mazatlán, y ya nos quedamos aquí.

Martha A. Busto


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CARGÓ CON HIJOS Y NIETOS

Martha Alicia vive con su hija Marina Guadalupe y sus 4 nietos, tres niños de 16, 12 y 3 años, y una niña de 7, el más chico está por entrar al kínder, la niña cursa la primaria y el de 12 está por entrar a la secundaria, pero están en espera de los papeles, ya que la primaria la estudió en Guadalajara.

También vive aquí su hija Erika Yolanda, quien tiene problemas para caminar y requiere de muletas. En total tuvo 4 mujeres y 2 hombres, una de las hijas Sandra, la que cargaba en su espalda ya falleció.

Martha Alicia recuerda las palabras del padre de sus hijas, cuando los abandonó y le dijo que se iba a morir de hambre.

Se enojó conmigo y se fue, pues, te vas a morir de hambre, me dijo, de seguro que no me muero de hambre, le respondí, traía en la espalda a mis niñas, yo creo que por eso me duele tanto mis rabadillas, y seguí yo sola, pues ni modo tengo que seguir trabajando.

Martha A. Busto

Al nacerle sus primeros nietos,tuvo que recibirlos, ya que los papás también “salieron desobligados” y su nuera se los dejó, el niño de 40 días y la niña de 10 meses.

Me cargaba los 2 niños en su carreola y me iba a trabajar a los cruceros para comprarles leche y pañales, volvió mi nuera pero todavía es hora que no se hace cargo de sus hijos, volvió con ellos ya que estaban más grandecitos pero igual de desobligada, no les hacía de comer, no los lavaba, todos sucios me los traía y nos los quitaron, yo como sufrí y lloré porque me los quitaron, su papá y ella me los quitaron, y dije ni modo, entonces estaba criando otro niño chiquito y pagaba porque me lo cuidaran, 100 pesos diarios.

Martha A. Busto

Actualmente, ese niño tiene 22 años, es el que más o menos la apoya cuando está con él, al igual que la niña. “De vez en cuando me dicen tenga mamá, toma;las hijas no, pero los nietos sí me apoyan, uno se llama Jonathan Sebastián y otro José de Jesús Apocalipsis, son los que me apoyan, ellos viven aquí en Mazatlán”.

Léenos aquí:Familiares de asesinadas en Sanalona esperan a AMLO en Tamazula

Con malabares y vestida de payasita, Martha Alicia sostiene a sus nietos. . Foto: Jesús Guzmán I El Sol de Mazatlán

AZARES DEL DESTINO

Actualmente, Martha Alicia está de visita con una de sus nietas que vive en El Conchi, y aunque ella le pide que no salga a los cruceros a pedir, dice que se entume estar encerrada y no le gusta estar de floja, así que por momentos se le escapa para pedir apoyo y juntar para comprar sus medicinas que le quitan el dolor de su cintura,o un suero para aliviar los achaques de la edad.

Cuando recién llegaron al puerto, señala que rentaron una casa en El Conchi, donde la renta y el depósito fueron 3 mil 300 pesos, con cobros de mil 600 pesos mensuales; sin embargo, a un mes les pidieron la casa por tener muchos niños, así que tuvieron que buscar por toda la ciudad dónde vivir.

Y fue por azares del destino que se subieron a un camión que los llevó hasta Santa Fe, donde vieron que había muchas casas abandonadas y preguntaron si podían rentar una de ellas, a lo cual el chofer les contestó que podían quedarse en cualquiera de ellas, que estaban abandonadas.

A los 15 días estábamos ahí viviendo, nomás que no tenían ventanas, tenían unos plásticos y ahí se quedó mi hija, ahí estamos; si nos llegan los dueños cambiamos de casa, hay muchas casas, principalmente que las estamos cuidando, nomás que nos den unos días y nos cambiamos, pusimos agua y luz, está igual, pero ya no pagamos renta.

Martha A. Busto

VIVE DE LA CARIDAD

A Martha Alicia le bastan 3 ó 4 horas en un crucero para ganar cuando menos su dieta alimenticia de 2 o 3 días que resume en frijoles, sopa, huevos y tortillas.

Nosotros teniendo frijoles no ‘salemos’, para qué trabajamos diario, es que en realidad yo no puedo, me duele mucho mi cintura, ya cuando trabajo 3 o 4 horas ya tengo para llevarles qué comer a mis nietos, por ellos lo hago.

Martha A. Busto

Da gracias a Dios porque nunca las ha abandonado y a la gente por apoyarlas con un peso.

Hay gente que nomás viene y pide, que tengan gracia para pedir, no nomás así, yo lo hago con malabares, y les digo gusta cooperar; nomás me enseñé con 2 pelotas, ya no quise más, es que el tiempo no me alcanzaba, aparte de que iba a trabajar, nos íbamos a hacer quehacer, comida para los niños, ni modo de dejarlos sin comer, para eso trabaja uno.

Martha A. Busto

TEXTUALES

Las autoridades no se han acercado para apoyarme ni quiero que me apoyen, no hay tiempo, por una despensa todo el día, lo que me van a dar en una despensa aquí lo gano en 2 o 3 horas, y que venga mañana y que venga pasado, a mi no me gusta que me traigan en argüendes.

Martha Alicia Busto Cervantes

Gracias a Dios no me molestan los inspectores, no me ven borracha ni drogada, ni haciendo mal; bendito sea Dios, aquí me apoya la gente y en todos lados que voy.

Martha


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