/ sábado 8 de mayo de 2021

Tiempo de pajaritos: El “manjar” que regala el mar

Estos pececillos forman parte de la tradición culinaria mazatleca; la zafra comúnmente empieza a principios de mayo pero ahora se adelantó al menos unas tres semanas

Mazatlán, Sin.- “¡Pájaros, pájaros, pajaritos!”, gritan los pescadores del puente Juárez. Son las 10:00 de la noche y en medio de la oscuridad de la avenida Gabriel Leyva, los reflectores de las lanchas que recién llegaron con cientos y hasta miles de kilos de pajaritos al muelle, atraen la atención de los automovilistas que por ahí transitan.

Son pajaritos, a 250 la cubeta”, ofertan. Los automovilistas se orillan y en menos de cinco minutos, una, dos, hasta tres cubetas de entre 14 y 15 kilos cada una, fueron vendidas.

Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

Tomás Molina es pescador desde que tiene 16 años, por tres décadas esta actividad ha sido su sustento y desde entonces recuerda que ya salía a capturar este pez.

La llegada del pez pajarito ya es una tradición en el puerto, un exquisito sabor para el paladar de los mazatlecos y de todos aquellos que han tenido la oportunidad de probar este "manjar” marino.

“Ya tengo unos 30 años pescando pajarito. Es la tradición, como es por temporada, es nada más un mes, mes y medio, de la pesca y es ahora que la gente aprovecha”, dijo.

Son entre 10 y 15 pangas las que diariamente, de 6:00 a 7:00 de la noche salen a la bahía mazatleca a buscar esta especie. Son pescadores independientes, no pertenecen a ninguna cooperativa y en cada panga pueden ir hasta ocho personas; regresan al puente a vender el producto de las 9:00 en adelante.

TEMPORADA

“Se adelantó mucho, la zafra empieza a principios de mayo y se adelantó unas tres semanas. Es impredecible, no sabemos si se va a terminar o va a continuar todo el mes de mayo, hemos tenido la idea de que el pescadito se retira con las primeras lluvias”, contó.

No es necesario navegar muy lejos para pescar este “manjar”; a la altura de las Tres Islas y playa Cerritos y en la Barra de Piaxtla, cardúmenes se pueden encontrar. También en Nayarit, y Sonora, así como en todo Sinaloa es común esta especie, pero Mazatlán tiene más renombre, para su comercialización y consumo.

“Principalmente viene a desovar y apareamiento, cuando termina de hacer su trabajo, el pajarito se retira”, señaló.

A diferencia de otras pescas, donde el producto llega fresco por la mañana, el pajarito se captura de noche.

“Me imagino yo que es el momento en el que no tiene mucho depredador aéreo, lo que viene siendo las aves y es cuando no hay depredadores acuáticos como las barracudas, los gallos, los pargos”, indicó.

A más captura, menor precio, el pajarito ha llegado a costar hasta cinco pesos el kilo. Cuando recién llegó se comercializaba en 100 pesos el kilo; hoy una cubeta con 14 kilos cuesta 250 pesos, es decir, a casi 18 pesos el kilo. Cada pescadito pesa unos 50 gramos por lo que la cubeta trae alrededor de 280 unidades.

Tomas Molina es pescador desde que tiene 16 años; por tres décadas esta actividad ha sido su sustento. Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

“Hay veces que sí hay mucho animalito, se capturan alrededor de una tonelada, hay veces que nada más traen 200 kilos, depende también la luna, por medio de la luna se mueve mucho el animalito”.

Entre más cubetas repletas salen de las pangas, más gente llega; a pesar de que los pescadores portan overol, botas y guantes de plástico, es imposible no mojarse e impregnarse del aroma a pescado.

Cuando ya se vende todo el producto, las pangas empiezan a lavarse y limpiarse; los pescadores se retiran a sus hogares a primera hora del día siguiente.

“Hay mucha gente que le gusta la pesca, pero no soportan el olor a pescado, el olor a tripas, son gajes del oficio, o te acomodas o buscas otro trabajo”.

La captura de pajarito ha significado un respiro para quienes se dedican a la actividad en esta pandemia.

“Ha habido ingresos para la familia, para sustentar la crisis que estamos pasando. Antes del pajarito, sí hubo un poco de pesca, de sierra, pargo, curvina, podemos hablar de toneladas, apero no para todos los pescadores”, finalizó.

SIN LEYES

El pez pajarito se ha vuelto irresistible tanto para los pescadores, por las ganancias económicas que genera, como para quienes gustan de comerlo por su buen sabor.

Sin embargo, la arribazón masiva de estos peces, que ocurre una vez al año, es para aparearse; hembras y machos hacen un nado nupcial, donde las hembras liberan sus huevecillos que al ser atrapados por la redes de los pescadores este acto se ve interrumpido.

Desafortunadamente no hay leyes que regulen la captura de esta especie. El único límite para su pesca es la capacidad de carga de las pangas.

Entre los factores económicos como la pesca no regulada y los cambios climáticos, se teme que la especie llegué a desaparecer; los que saben del tema aseguran que desde el 2012 su captura ha disminuido sustancialmente.

Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán


Puedes leer: Veda de tiburón arranca el 1 de mayo en Mazatlán

SOBRE EL PAJARITO

El pajarito llega junto con la primavera a las aguas de la bahía de Mazatlán, se dispersan por todo el litoral del Pacifico y el Atlántico.

Es un pez pequeño, delgado, de unos 30 centímetros de largo, su coloración es verde azul oscuro en la parte del lomo, plateado en los costados y blanco en el vientre.







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Mazatlán, Sin.- “¡Pájaros, pájaros, pajaritos!”, gritan los pescadores del puente Juárez. Son las 10:00 de la noche y en medio de la oscuridad de la avenida Gabriel Leyva, los reflectores de las lanchas que recién llegaron con cientos y hasta miles de kilos de pajaritos al muelle, atraen la atención de los automovilistas que por ahí transitan.

Son pajaritos, a 250 la cubeta”, ofertan. Los automovilistas se orillan y en menos de cinco minutos, una, dos, hasta tres cubetas de entre 14 y 15 kilos cada una, fueron vendidas.

Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

Tomás Molina es pescador desde que tiene 16 años, por tres décadas esta actividad ha sido su sustento y desde entonces recuerda que ya salía a capturar este pez.

La llegada del pez pajarito ya es una tradición en el puerto, un exquisito sabor para el paladar de los mazatlecos y de todos aquellos que han tenido la oportunidad de probar este "manjar” marino.

“Ya tengo unos 30 años pescando pajarito. Es la tradición, como es por temporada, es nada más un mes, mes y medio, de la pesca y es ahora que la gente aprovecha”, dijo.

Son entre 10 y 15 pangas las que diariamente, de 6:00 a 7:00 de la noche salen a la bahía mazatleca a buscar esta especie. Son pescadores independientes, no pertenecen a ninguna cooperativa y en cada panga pueden ir hasta ocho personas; regresan al puente a vender el producto de las 9:00 en adelante.

TEMPORADA

“Se adelantó mucho, la zafra empieza a principios de mayo y se adelantó unas tres semanas. Es impredecible, no sabemos si se va a terminar o va a continuar todo el mes de mayo, hemos tenido la idea de que el pescadito se retira con las primeras lluvias”, contó.

No es necesario navegar muy lejos para pescar este “manjar”; a la altura de las Tres Islas y playa Cerritos y en la Barra de Piaxtla, cardúmenes se pueden encontrar. También en Nayarit, y Sonora, así como en todo Sinaloa es común esta especie, pero Mazatlán tiene más renombre, para su comercialización y consumo.

“Principalmente viene a desovar y apareamiento, cuando termina de hacer su trabajo, el pajarito se retira”, señaló.

A diferencia de otras pescas, donde el producto llega fresco por la mañana, el pajarito se captura de noche.

“Me imagino yo que es el momento en el que no tiene mucho depredador aéreo, lo que viene siendo las aves y es cuando no hay depredadores acuáticos como las barracudas, los gallos, los pargos”, indicó.

A más captura, menor precio, el pajarito ha llegado a costar hasta cinco pesos el kilo. Cuando recién llegó se comercializaba en 100 pesos el kilo; hoy una cubeta con 14 kilos cuesta 250 pesos, es decir, a casi 18 pesos el kilo. Cada pescadito pesa unos 50 gramos por lo que la cubeta trae alrededor de 280 unidades.

Tomas Molina es pescador desde que tiene 16 años; por tres décadas esta actividad ha sido su sustento. Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

“Hay veces que sí hay mucho animalito, se capturan alrededor de una tonelada, hay veces que nada más traen 200 kilos, depende también la luna, por medio de la luna se mueve mucho el animalito”.

Entre más cubetas repletas salen de las pangas, más gente llega; a pesar de que los pescadores portan overol, botas y guantes de plástico, es imposible no mojarse e impregnarse del aroma a pescado.

Cuando ya se vende todo el producto, las pangas empiezan a lavarse y limpiarse; los pescadores se retiran a sus hogares a primera hora del día siguiente.

“Hay mucha gente que le gusta la pesca, pero no soportan el olor a pescado, el olor a tripas, son gajes del oficio, o te acomodas o buscas otro trabajo”.

La captura de pajarito ha significado un respiro para quienes se dedican a la actividad en esta pandemia.

“Ha habido ingresos para la familia, para sustentar la crisis que estamos pasando. Antes del pajarito, sí hubo un poco de pesca, de sierra, pargo, curvina, podemos hablar de toneladas, apero no para todos los pescadores”, finalizó.

SIN LEYES

El pez pajarito se ha vuelto irresistible tanto para los pescadores, por las ganancias económicas que genera, como para quienes gustan de comerlo por su buen sabor.

Sin embargo, la arribazón masiva de estos peces, que ocurre una vez al año, es para aparearse; hembras y machos hacen un nado nupcial, donde las hembras liberan sus huevecillos que al ser atrapados por la redes de los pescadores este acto se ve interrumpido.

Desafortunadamente no hay leyes que regulen la captura de esta especie. El único límite para su pesca es la capacidad de carga de las pangas.

Entre los factores económicos como la pesca no regulada y los cambios climáticos, se teme que la especie llegué a desaparecer; los que saben del tema aseguran que desde el 2012 su captura ha disminuido sustancialmente.

Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán


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SOBRE EL PAJARITO

El pajarito llega junto con la primavera a las aguas de la bahía de Mazatlán, se dispersan por todo el litoral del Pacifico y el Atlántico.

Es un pez pequeño, delgado, de unos 30 centímetros de largo, su coloración es verde azul oscuro en la parte del lomo, plateado en los costados y blanco en el vientre.







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