Mazatlán, Sin.- Para evitar ser sancionados, comercios del puerto se adaptan a las recomendaciones hechas por las autoridades de salud.
En el Centro de la ciudad, en especial a los alrededores del mercado Pino Suárez, hay decenas de carretas que ofrecen algún producto, ya sea mariscos, fruta, dulces, tacos, aguas frescas o raspados.
Don Miguel Maciel vende fruta en una esquina de la Plazuela República y aunque usa cubrebocas, siempre mantiene su fruta picada dentro de una vitrina. Dice no usar guantes porque se le dificulta encontrar de su medida; sus dedos son muy largos y utilizar guantes pequeños le impide realizar sus labores de manera eficaz, pero con lo que sí cuenta es con una cubeta con agua para lavarse las manos continuamente.
Sobre la calle José María Canizalez, Agapito atiende su carreta de mariscos, ofrece a sus clientes gel antibacterial, también les recomienda lavarse las manos con agua y jabón y él como vendedor utiliza cubrebocas y careta.
Otra de las disposiciones que se han implementado para este tipo de comercios es no permitir que instalen mesas y sillas o bancos, por lo tanto el servicio es sólo para llevar.
Agapito menciona que está medida le ha afectado mucho, pues los comensales, al saber que no hay dónde sentarse para comer ahí, prefieren irse.
En la esquina del mercado, entre la Melchor Ocampo y Aquiles Serdán, Luis Partida vende nanchi, nuez, dátil y cocadas, usa cubrebocas, guantes y tiene gel antibacterial.
Comenta que para despachar a sus clientes, la forma de la carreta, por lo ancho y lo largo, le permiten tener la sana distancia con las personas que llegan a su puesto.
En la Plazuela República, Sergio vende raspados. Él expresa que a pesar de que como comerciante, sigue las recomendaciones, ha observado que hay clientes que no portan adecuadamente el cubrebocas o simplemente no lo traen.
Te puede interesar: Comercios del puerto registran ventas del 40%
ALTAS TEMPERATURAS
La mayoría de los comerciantes siguen las recomendaciones básicas para evitar ser sancionados, sin embargo señalan que a ratos descansan del cubrebocas, pues con las altas temperaturas y el calor que hace en el puerto llega un punto en el que portarlo se vuelve insoportable.
Lee más aquí: