/ lunes 26 de agosto de 2019

Proliferan negocios en la Invasión Juan Pablo II de Mazatlán

El 32% de los terrenos sobre la avenida no son viviendas, sino negocios, locales o lotes sin construcción; muchas de las posesiones están en venta o se rentan

Mazatlán, Sin.- Con el argumento de que ocupaban un espacio dónde vivir, precaristas invadieron las orillas del estero del Infiernillo y edificaron sus casas con tarimas, lonas y materiales rústicos, pegados a la avenida Juan Pablo II; a poco más de una década, el lugar parece un corredor comercial con abarrotes, taquerías, lavados de autos, ferreterías, talleres electrodomésticos y automotrices, refaccionarias, negocios de albañilería, tabla-roca, yeso, marmolería, estéticas, un gimnasio y dos iglesias.

El 6 de junio del año pasado, otras 45 familias se sumaron a la invasión, extendiéndose hacia el sur de la avenida hasta ubicarse frente a la colonia 12 de mayo, a pocos días de haberse instalado ya contaban con servicio de luz y agua colectiva, con la anuencia de las autoridades.

Este año, más familias quisieron hacer lo mismo, pero autoridades de Protección Civil se lo impidieron, ya que el tramo invadido era la salida natural de agua pluvial hacia el estero El Infiernillo, por lo que tres casas tuvieron que ser desalojadas y desmanteladas.

Miguel Ángel Gutiérrez, líder del Movimiento Amplio Social Sinaloense, señaló que la proliferación de negocios en la invasión Juan Pablo II, demuestra que muchos de los precaristas que tomaron posesión de esa zona no tenían necesidad de vivienda, sino que su propósito era hacer negocio.

Foto: Archivo │ El Sol de Mazatlán

También lee: Habitantes de Jacarandas pierden todo a causa de las lluvias

Hay mucha gente que se dedica a eso, a invadir y luego vender, según la conveniencia económica y la complacencia de las autoridades.

Miguel Angel Gutiérrez

Comentó que, en otros lugares de la periferia, los lotes en posesión de 110 a 120 metros cuadrados se venden entre 300 y 400 mil pesos, por lo que las posesiones de la avenida Juan Pablo II, tienen un costo mucho mayor.

“Todos esos lotes sobre la avenida Juan Pablo II van a ser negocios porque a la gente le han llegado al precio, además de que muchos no tenían necesidad, y hoy, esas mismas personas, al rato son las que invadirán otras partes para seguir con el negocio, ya que lo agarran como un negocio”, señaló.


Puedes leer: Auxilio entre amenazas: Socorrista

¿NEGOCIO REDONDO?

En un recorrido hecho por El Sol de Mazatlán se corroboró que el 32% de los terrenos de frente a la avenida Juan Pablo II, desde Río Piaxtla hasta el puente Juárez, en la invasión del mismo nombre, no son viviendas, sino negocios, locales o lotes sin construcción.

Se observó que sobre la avenida hay 101 casas de material rústico o de ladrillo, 13 lotes sin construcción, 7 locales con cortina cerrada, 26 negocios en funciones y 2 iglesias cristianas.

Los giros de los negocios van desde abarrotes (3), talleres mecánicos de suspensión, alineación y balanceo, electrodomésticos, pintura, tapicería, soldadura, herrería, motoservicios (11), de albañilería, tabla-roca y yeso (2), ferreterías y refaccionarias (3), lavados de autos (2), estética (2), estanquillos de comida rápida (2) y un gimnasio.

Esto a pesar de que en la administración del ex alcalde Alejandro Higuera Osuna, la condición para no desalojarlos fue que los terrenos serían sólo para vivienda.

Puedes leer: Depredación en las costas de Sinaloa: Persiste saqueo de la tortuga Golfina

Miguel Ángel Gutiérrez recuerda que esta invasión fue un arreglo político entre la administración del Ayuntamiento que encabezó Alejandro Higuera, y un grupo de priistas.

Recientemente ha habido conflictos ahí, y es que los posesionarios han hecho negocio, han ido vendiendo las posesiones, esas actitudes son fundamentalmente de panistas y priistas, y se apoyaban según la conveniencia política.

Miguel Ángel Gutiérrez

Insistió que la proliferación de negocios es un indicador de que nunca hubo necesidad de vivienda, sino el interés de hacer negocio con los terrenos por estar en una zona de mucha plusvalía.

Aseguró que si en la colonia Jaripillo, un terreno de 110 a 120 metros cuadrados cuesta alrededor de 300 a 400 mil pesos, en la invasión de Juan Pablo II, los lotes deben ser ‘carísimos’.

“Esas son prácticas que se han venido haciendo y que deben de ser erradicadas, pero como el gobierno no tiene reservas territoriales desde hace años, la gente se mete y entra, pero si tuviera reservas, yo me meto, que me aplique un estudio socioeconómico riguroso y solo le dé lotes a quien verdaderamente ocupe, y así se evitarían estas prácticas”, refirió.

Además, agregó, ese asentamiento jamás será regularizado, ya que se ubica en una zona inundable y de alto riesgo.

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SE REPITE LA HISTORIA

Fernando “N”, una de las personas que se encuentran en posesión de uno de los lotes desde hace más de un año, comentó que ninguno de los precaristas piensa irse del lugar, ya que es la única opción de vivienda que tienen.

Añade que la ampliación del asentamiento se formó de pura familia y parientes que ya estaban en el lugar desde hace años, por la misma necesidad de vivienda; en su caso, agregó, antes de llegar ahí, rentaba casa, pero llegó el momento en que ya no pudo pagar más y lo invitaron a formar parte de la invasión y aceptó por necesidad.

“No nos han dicho que quieren reubicarnos, pero nadie se quiere salir de aquí, porque si nos vamos, al rato llega otra gente, es lo que ha pasado todo para allá”, indicó.

Aseguró que las 45 familias que conforman la ampliación Juan Pablo II están ahí por necesidad de vivienda y no para poner algún negocio o hacer engorda de lotes, como se ve en la primera parte de esta invasión.

“Estamos tratando de evitar la renta porque no nos alcanza, y ni modo de irnos a otra parte, a qué vamos a ir para allá, quién sabe dónde, a hacer casas; esta es pura madera regalada que nos han dado, el relleno es regalado; y ya son varios años de esto, ojalá se haga, se nos regularice, ahora, así lo vemos nosotros, a ver si lo logramos ver”, apuntó.

La ampliación Juan Pablo II inició el 6 de junio de 2018, cuando 45 familias se sumaron a la invasión, tomando en posesión los terrenos frente a la colonia 12 de Mayo.

Sergio Octavio Valle Espinosa, vocero y fundador del Consejo Ecológico de Mazatlán, responsabilizó a las autoridades pasadas de atentar contra el estero El Infiernillo, al permitir una invasión en la zona de manglares, y lo que es peor, una ampliación.

“Si no se podía permitir que los seres humanos habitaran zonas tan inundables como es el estero El Infiernillo, menos incentivar ampliación de invasión y esa es una responsabilidad de las administraciones pasadas, que permitieron y alentaron en función de la política electoral, del clientelismo político”, manifestó.

SE ECHAN LA BOLITA

Martín Alejandro Guerrero, presidente del Cemaz, acusó a los gobiernos municipal, estatal y federal, de propiciar estos asentamientos irregulares por intereses políticos, ya que están en una zona de alto riesgo, y nadie se hace responsable.

“Se echan la bolita unos y otros, que el gobierno estatal, el federal o el municipal, que son áreas federales, que no podemos meter las manos, y así se la llevan, pero todo redunda en los intereses de los que están en el poder”, indicó el ecologista.

Por su parte, el director de Vivienda y Tenencia de la Tierra, Raúl Carvajal, reconoció que el Ayuntamiento de Mazatlán no cuenta con reservas territoriales para ofrecer lotes a los invasores para una posible reubicación, y mucho menos para cubrir la demanda de cinco mil viviendas anuales que se registran en el puerto.

Dijo que las invasiones se dan de manera silenciosa e imperceptible, al grado que a veces se detectan viviendas entre los manglares en condiciones por demás precarias y deplorables; sin embargo, aseguró que la posición de la autoridad municipal en turno será la de contención y que no se permitirán más asentamientos irregulares.

Ángel Gutiérrez concluye que mientras el gobierno municipal o estatal no tenga reservas territoriales, las invasiones seguirán presentándose en Mazatlán por la necesidad de vivienda, junto con las malas prácticas.

“El gobierno debiera de tener reservas para que ofrezca opciones de terrenos para quien en realidad necesite una vivienda, pero esto bajo un estudio socioeconómico riguroso, pero es lo que no se hace”, expresó.

CIFRAS

26 negocios operan en la invasión Juan Pablo II, sobre la avenida del mismo nombre.

7 locales permanecen cerrados, se rentan o se venden sobre la avenida.

101 casas de material rústico o de ladrillo hay sobre la avenida Juan Pablo II.

13 lotes frente a la avenida permanecen sin construcción.

2 iglesias cristianas dan servicio religioso en la invasión.

31% de los terrenos sobre la avenida Juan Pablo II no son viviendas, sino negocios, locales o lotes sin construcción.


NEGOCIOS EN OPERACIÓN

11 talleres (automotriz, suspensión, alineación y balanceo, electrodomésticos, pintura, tapicería, soldadura, herrería y motoservicios)

3 abarrotes comerciales

3 ferreterías y refaccionarias

2 locales de albañilería, tabla-roca y yeso

2 lavados de autos

2 estéticas

2 estanquillos de comida rápida

1 gimnasio

1.- Ferreterías y talleres son los giros que más abundan en la invasión Juan Pablo II.



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Mazatlán, Sin.- Con el argumento de que ocupaban un espacio dónde vivir, precaristas invadieron las orillas del estero del Infiernillo y edificaron sus casas con tarimas, lonas y materiales rústicos, pegados a la avenida Juan Pablo II; a poco más de una década, el lugar parece un corredor comercial con abarrotes, taquerías, lavados de autos, ferreterías, talleres electrodomésticos y automotrices, refaccionarias, negocios de albañilería, tabla-roca, yeso, marmolería, estéticas, un gimnasio y dos iglesias.

El 6 de junio del año pasado, otras 45 familias se sumaron a la invasión, extendiéndose hacia el sur de la avenida hasta ubicarse frente a la colonia 12 de mayo, a pocos días de haberse instalado ya contaban con servicio de luz y agua colectiva, con la anuencia de las autoridades.

Este año, más familias quisieron hacer lo mismo, pero autoridades de Protección Civil se lo impidieron, ya que el tramo invadido era la salida natural de agua pluvial hacia el estero El Infiernillo, por lo que tres casas tuvieron que ser desalojadas y desmanteladas.

Miguel Ángel Gutiérrez, líder del Movimiento Amplio Social Sinaloense, señaló que la proliferación de negocios en la invasión Juan Pablo II, demuestra que muchos de los precaristas que tomaron posesión de esa zona no tenían necesidad de vivienda, sino que su propósito era hacer negocio.

Foto: Archivo │ El Sol de Mazatlán

También lee: Habitantes de Jacarandas pierden todo a causa de las lluvias

Hay mucha gente que se dedica a eso, a invadir y luego vender, según la conveniencia económica y la complacencia de las autoridades.

Miguel Angel Gutiérrez

Comentó que, en otros lugares de la periferia, los lotes en posesión de 110 a 120 metros cuadrados se venden entre 300 y 400 mil pesos, por lo que las posesiones de la avenida Juan Pablo II, tienen un costo mucho mayor.

“Todos esos lotes sobre la avenida Juan Pablo II van a ser negocios porque a la gente le han llegado al precio, además de que muchos no tenían necesidad, y hoy, esas mismas personas, al rato son las que invadirán otras partes para seguir con el negocio, ya que lo agarran como un negocio”, señaló.


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¿NEGOCIO REDONDO?

En un recorrido hecho por El Sol de Mazatlán se corroboró que el 32% de los terrenos de frente a la avenida Juan Pablo II, desde Río Piaxtla hasta el puente Juárez, en la invasión del mismo nombre, no son viviendas, sino negocios, locales o lotes sin construcción.

Se observó que sobre la avenida hay 101 casas de material rústico o de ladrillo, 13 lotes sin construcción, 7 locales con cortina cerrada, 26 negocios en funciones y 2 iglesias cristianas.

Los giros de los negocios van desde abarrotes (3), talleres mecánicos de suspensión, alineación y balanceo, electrodomésticos, pintura, tapicería, soldadura, herrería, motoservicios (11), de albañilería, tabla-roca y yeso (2), ferreterías y refaccionarias (3), lavados de autos (2), estética (2), estanquillos de comida rápida (2) y un gimnasio.

Esto a pesar de que en la administración del ex alcalde Alejandro Higuera Osuna, la condición para no desalojarlos fue que los terrenos serían sólo para vivienda.

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Miguel Ángel Gutiérrez recuerda que esta invasión fue un arreglo político entre la administración del Ayuntamiento que encabezó Alejandro Higuera, y un grupo de priistas.

Recientemente ha habido conflictos ahí, y es que los posesionarios han hecho negocio, han ido vendiendo las posesiones, esas actitudes son fundamentalmente de panistas y priistas, y se apoyaban según la conveniencia política.

Miguel Ángel Gutiérrez

Insistió que la proliferación de negocios es un indicador de que nunca hubo necesidad de vivienda, sino el interés de hacer negocio con los terrenos por estar en una zona de mucha plusvalía.

Aseguró que si en la colonia Jaripillo, un terreno de 110 a 120 metros cuadrados cuesta alrededor de 300 a 400 mil pesos, en la invasión de Juan Pablo II, los lotes deben ser ‘carísimos’.

“Esas son prácticas que se han venido haciendo y que deben de ser erradicadas, pero como el gobierno no tiene reservas territoriales desde hace años, la gente se mete y entra, pero si tuviera reservas, yo me meto, que me aplique un estudio socioeconómico riguroso y solo le dé lotes a quien verdaderamente ocupe, y así se evitarían estas prácticas”, refirió.

Además, agregó, ese asentamiento jamás será regularizado, ya que se ubica en una zona inundable y de alto riesgo.

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SE REPITE LA HISTORIA

Fernando “N”, una de las personas que se encuentran en posesión de uno de los lotes desde hace más de un año, comentó que ninguno de los precaristas piensa irse del lugar, ya que es la única opción de vivienda que tienen.

Añade que la ampliación del asentamiento se formó de pura familia y parientes que ya estaban en el lugar desde hace años, por la misma necesidad de vivienda; en su caso, agregó, antes de llegar ahí, rentaba casa, pero llegó el momento en que ya no pudo pagar más y lo invitaron a formar parte de la invasión y aceptó por necesidad.

“No nos han dicho que quieren reubicarnos, pero nadie se quiere salir de aquí, porque si nos vamos, al rato llega otra gente, es lo que ha pasado todo para allá”, indicó.

Aseguró que las 45 familias que conforman la ampliación Juan Pablo II están ahí por necesidad de vivienda y no para poner algún negocio o hacer engorda de lotes, como se ve en la primera parte de esta invasión.

“Estamos tratando de evitar la renta porque no nos alcanza, y ni modo de irnos a otra parte, a qué vamos a ir para allá, quién sabe dónde, a hacer casas; esta es pura madera regalada que nos han dado, el relleno es regalado; y ya son varios años de esto, ojalá se haga, se nos regularice, ahora, así lo vemos nosotros, a ver si lo logramos ver”, apuntó.

La ampliación Juan Pablo II inició el 6 de junio de 2018, cuando 45 familias se sumaron a la invasión, tomando en posesión los terrenos frente a la colonia 12 de Mayo.

Sergio Octavio Valle Espinosa, vocero y fundador del Consejo Ecológico de Mazatlán, responsabilizó a las autoridades pasadas de atentar contra el estero El Infiernillo, al permitir una invasión en la zona de manglares, y lo que es peor, una ampliación.

“Si no se podía permitir que los seres humanos habitaran zonas tan inundables como es el estero El Infiernillo, menos incentivar ampliación de invasión y esa es una responsabilidad de las administraciones pasadas, que permitieron y alentaron en función de la política electoral, del clientelismo político”, manifestó.

SE ECHAN LA BOLITA

Martín Alejandro Guerrero, presidente del Cemaz, acusó a los gobiernos municipal, estatal y federal, de propiciar estos asentamientos irregulares por intereses políticos, ya que están en una zona de alto riesgo, y nadie se hace responsable.

“Se echan la bolita unos y otros, que el gobierno estatal, el federal o el municipal, que son áreas federales, que no podemos meter las manos, y así se la llevan, pero todo redunda en los intereses de los que están en el poder”, indicó el ecologista.

Por su parte, el director de Vivienda y Tenencia de la Tierra, Raúl Carvajal, reconoció que el Ayuntamiento de Mazatlán no cuenta con reservas territoriales para ofrecer lotes a los invasores para una posible reubicación, y mucho menos para cubrir la demanda de cinco mil viviendas anuales que se registran en el puerto.

Dijo que las invasiones se dan de manera silenciosa e imperceptible, al grado que a veces se detectan viviendas entre los manglares en condiciones por demás precarias y deplorables; sin embargo, aseguró que la posición de la autoridad municipal en turno será la de contención y que no se permitirán más asentamientos irregulares.

Ángel Gutiérrez concluye que mientras el gobierno municipal o estatal no tenga reservas territoriales, las invasiones seguirán presentándose en Mazatlán por la necesidad de vivienda, junto con las malas prácticas.

“El gobierno debiera de tener reservas para que ofrezca opciones de terrenos para quien en realidad necesite una vivienda, pero esto bajo un estudio socioeconómico riguroso, pero es lo que no se hace”, expresó.

CIFRAS

26 negocios operan en la invasión Juan Pablo II, sobre la avenida del mismo nombre.

7 locales permanecen cerrados, se rentan o se venden sobre la avenida.

101 casas de material rústico o de ladrillo hay sobre la avenida Juan Pablo II.

13 lotes frente a la avenida permanecen sin construcción.

2 iglesias cristianas dan servicio religioso en la invasión.

31% de los terrenos sobre la avenida Juan Pablo II no son viviendas, sino negocios, locales o lotes sin construcción.


NEGOCIOS EN OPERACIÓN

11 talleres (automotriz, suspensión, alineación y balanceo, electrodomésticos, pintura, tapicería, soldadura, herrería y motoservicios)

3 abarrotes comerciales

3 ferreterías y refaccionarias

2 locales de albañilería, tabla-roca y yeso

2 lavados de autos

2 estéticas

2 estanquillos de comida rápida

1 gimnasio

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