/ lunes 4 de julio de 2022

Parque Bonfil Mazatlán: barcos pesqueros quedan desprotegidos ante huracanes

En Mazatlán, el 60% de la flota se amarra en el Parque Bonfil con el riesgo de ser embestida en su totalidad por un meteoro

Mazatlán, Sin.- Era la medianoche del 12 de octubre del 2021, las ráfagas de viento anunciaban la cercanía del huracánPamela” en las costas de Mazatlán; Ulises, auxiliar de máquina de una embarcación que se encontraba en las capturas de camarón cerca de Altata, regresó al puerto junto a toda la tripulación para resguardarse por la amenaza del fenómeno meteorológico.

A bordo del camaronero, en el muelle del Parque Bonfil, permaneció expectante y temeroso junto a sus compañeros; fue a las 3:00 de la mañana del día siguiente cuando empezaron a escuchar cómo chocaban los barcos unos con otros; era el huracán que sacudía todo a su paso por las costas de Mazatlán.

También puedes leer: El crimen organizado se apodera de la pesca en Sinaloa

Esa experiencia, aterradora para él, es la que pasan cientos de pescadores cada temporada de huracanes; a falta de un refugio pesquero para el resguardo de las casi 500 embarcaciones que conforman la flota de Mazatlán, se encomiendan a todos sus santos para que no pase una desgracia. Es como una bomba de tiempo que cada temporada de huracanes puede explotar y destruir todo a su alrededor.

"Uno tiene que quedarse a vigilar los barcos, porque si no, se sueltan las amarras y se van. Nosotros nos quedamos y viera nomás qué feo se siente, pero es peor estar afuera, acá adentro, pues sí se oye cómo chocan los barcos unos con otros y que todo se sacude, eso es lo que nosotros los que nos quedamos arriba, aguantamos", asegura Ulises.

De acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua, “Pamela”, calificado como huracán categoría 1, tocó tierra a las 7:00 horas a 55 kilómetros al sureste de Elota y a 65 kilómetros al noroeste de Mazatlán, con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora y rachas de 150 kilómetros por hora.

Son 300 barcos los que se encuentran en el parque Bonfiill, Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Afortunadamente los vientos no ocasionaron daños en la flota, solo destruyeron las láminas de los puestos de comida que se encuentran a lo largo del muelle pesquero mazatleco.

“Las láminas de los puestos salieron volando, afortunadamente, nomás como dos barcos se soltaron, pero se fueron aquí adelantito, no pasó a mayores, también no estuvo tan fuerte ese huracán, por eso uno debe de quedarse a montar guardia, eso es lo que hacemos nosotros cada vez que ocurre algo como eso", recuerda.

Una bomba de tiempo

Cada temporada de huracanes, los propietarios de embarcaciones y las tripulaciones de los barcos viven esta problemática. Y es que en el muelle se amarra una hilera de entre 5 a 10 barcos, por lo que de impactar un ciclón quedaría destrozada en su totalidad, como ocurrió con el huracán "Olivia", en octubre de 1975, y el "Ismael", en septiembre de 1995, donde murieron cientos de pescadores y se destrozaron decenas de navíos.

El pescador Julio César, con 32 años de experiencia y 22 años como capitán de barco, afirma que como zona de resguardo para los camaroneros en Mazatlán, está el área de las Malvinas y la Isla de Soto, una pegada al muelle y otra al canal de navegación, con el inconveniente de que dan cabida solo a un reducido número de barcos, mientras que el resto, que representa más de la mitad de la flota, quedan amarrados al muelle con riesgo de ser embestidos por los fuertes vientos, debido a la cercanía entre uno y otro.

Con su pericia y ante la falta de refugios en el litoral sinaloense, han tratado de sacarle la vuelta a los fenómenos meteorológicos cuando se llegan a presentar, pero siempre buscan entrar al puerto más cercano.

En el caso del estado de Sinaloa los puertos de refugio solo son Mazatlán y Topolobampo, ya que a Altata, por la falta de dragado, es difícil entrar, porque si no se conoce la zona se corre el riesgo de quedar varado.

Julio César está vivo de milagro, pues cuando le avisaron del huracán “Ismael”, él se encontraba en las capturas en la zona de El Perihuete, Guasave, y tuvo que desplazarse como ocho horas para llegar a Mazatlán y ponerse a salvo.

El año pasado, con "Pamela", entró rápidamente a puerto, y como se esperaba que el huracán impactara en Mazatlán, resguardó el barco en Las Malvinas, a pesar de los riesgos que corrían ahí.

Y es que Las Malvinas no es un buen refugio, porque se golpean mucho los barcos y en el muelle sube la marea bastante, por lo que se golpean los cascos, se revientan los amarres y andan al garete en el canal de navegación, dependiendo para dónde este la corriente”, afirma.

Un punto de reunión necesario para salvaguarda

La necesidad de tener un refugio pesquero seguro para barcos de altamar, sigue siendo una asignatura pendiente del Gobierno Federal para el estado de Sinaloa, ya que pasan y pasan los años y no se le invierten recursos, mientras que los trabajadores del mar ven con angustia cómo su patrimonio se pone en riesgo cada temporada huracanes.

El presidente del Refugio Pesquero y Administración del Parque Bonfil, Francisco Castillo, lamentó que el proyecto de un refugio pesquero haya quedado sólo en promesas incumplidas, sin embargo, ya se le presentó nuevamente a la Secretaría de Pesca, encabezada por Flor Emilia Guerra, para que se lo exponga al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, el planteamiento de buscar los recursos a través del gobierno federal y el propio estado para una nueva área que dé refugio a las embarcaciones en caso de un huracán o tormenta tropical con fuertes vientos.

En el parque Bonfill, los barcos quedan desprotegidos en temporada de huracanes. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Recuerda que todavía en el año 2017 surgió la posibilidad de que se concretaría un refugio pesquero en La Bocanita, Guasave, donde embarcaciones de Topolobampo y Mazatlán pudieran resguardarse de las inclemencias del tiempo, pero todo ha quedado en buenas intenciones.

"Hay un proyecto para habilitar La Bocanita como un refugio pesquero, pero todo ha quedado en promesas incumplidas, y aquí (en Mazatlán) hace muchos años, cuando se intentó hacer un refugio pesquero, se toparon con roca y el proyecto ahí quedó, entonces el único refugio que existe aquí en el puerto es vararse allá en la parte del estero de la Termoeléctrica de la CFE, donde lo que hacen los barcos es que se amarran de los mangles, es el único refugio", explica.

El presidente de la Unión de Armadores, Jesús Omar Lizárraga Manjarrez recuerda que los barcos siempre se han refugiado entre manglares y arena frente al muelle del Parque Bonfil, sin ninguna garantía de sobrevivencia para las embarcaciones, que pueden llegar a estar valuadas, cada una en poco más de un millón de pesos.

"A cada embarcación, tratamos de refugiarla lo más que se pueda en los diferentes puntos, en la parte de enfrente, entre los manglares, entre la arena, ahí se resguardan las embarcaciones y obviamente con guardias de tripulantes para que estén al pendiente".

El huracán “Pamela” fue calificado como categoría 1 por la Conagua. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Así, a la deriva, quedan las embarcaciones en medio de los huracanes y junto con ellas decenas de pescadores que permanecen dentro, atemorizados y en riesgo de perder su vida.

El pronóstico

Para esta temporada de ciclones, que inició el 15 de mayo y termina el 30 de noviembre de 2022, se pronosticaron de 14 a 19 fenómenos meteorológicos en el Océano Pacífico.

En este 2022 se prevé que habrá mayor actividad hidrometeorológica en el Pacífico, comparado con años anteriores, debido al fenómeno de “La Niña”.

De acuerdo con la información del Sistema Meteorológico Nacional de los ciclones previstos, entre 8 y 10 pudieran alcanzar la clasificación de tormenta tropical, 4 o 5 lleguen a huracán categorías 1 o 2 en la escala Saffir-Simpson y entre 2 y 4 sean de las categorías 3, 4 o 5.

Datos

500 embarcaciones conforman la flota camaronera de Mazatlán.

300 barcos se resguardan en el Parque Bonfil con el riesgo de ser embestidos cada temporada de huracanes.

Para la historia

Los ciclones “Olivia” (octubre de 1975) e “Ismael” (septiembre de 1995) provocaron grandes destrozos a su paso por las costas mazatlecas, donde murieron cientos de pescadores y se destrozaron decenas de navíos.

Mazatlán, Sin.- Era la medianoche del 12 de octubre del 2021, las ráfagas de viento anunciaban la cercanía del huracánPamela” en las costas de Mazatlán; Ulises, auxiliar de máquina de una embarcación que se encontraba en las capturas de camarón cerca de Altata, regresó al puerto junto a toda la tripulación para resguardarse por la amenaza del fenómeno meteorológico.

A bordo del camaronero, en el muelle del Parque Bonfil, permaneció expectante y temeroso junto a sus compañeros; fue a las 3:00 de la mañana del día siguiente cuando empezaron a escuchar cómo chocaban los barcos unos con otros; era el huracán que sacudía todo a su paso por las costas de Mazatlán.

También puedes leer: El crimen organizado se apodera de la pesca en Sinaloa

Esa experiencia, aterradora para él, es la que pasan cientos de pescadores cada temporada de huracanes; a falta de un refugio pesquero para el resguardo de las casi 500 embarcaciones que conforman la flota de Mazatlán, se encomiendan a todos sus santos para que no pase una desgracia. Es como una bomba de tiempo que cada temporada de huracanes puede explotar y destruir todo a su alrededor.

"Uno tiene que quedarse a vigilar los barcos, porque si no, se sueltan las amarras y se van. Nosotros nos quedamos y viera nomás qué feo se siente, pero es peor estar afuera, acá adentro, pues sí se oye cómo chocan los barcos unos con otros y que todo se sacude, eso es lo que nosotros los que nos quedamos arriba, aguantamos", asegura Ulises.

De acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua, “Pamela”, calificado como huracán categoría 1, tocó tierra a las 7:00 horas a 55 kilómetros al sureste de Elota y a 65 kilómetros al noroeste de Mazatlán, con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora y rachas de 150 kilómetros por hora.

Son 300 barcos los que se encuentran en el parque Bonfiill, Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Afortunadamente los vientos no ocasionaron daños en la flota, solo destruyeron las láminas de los puestos de comida que se encuentran a lo largo del muelle pesquero mazatleco.

“Las láminas de los puestos salieron volando, afortunadamente, nomás como dos barcos se soltaron, pero se fueron aquí adelantito, no pasó a mayores, también no estuvo tan fuerte ese huracán, por eso uno debe de quedarse a montar guardia, eso es lo que hacemos nosotros cada vez que ocurre algo como eso", recuerda.

Una bomba de tiempo

Cada temporada de huracanes, los propietarios de embarcaciones y las tripulaciones de los barcos viven esta problemática. Y es que en el muelle se amarra una hilera de entre 5 a 10 barcos, por lo que de impactar un ciclón quedaría destrozada en su totalidad, como ocurrió con el huracán "Olivia", en octubre de 1975, y el "Ismael", en septiembre de 1995, donde murieron cientos de pescadores y se destrozaron decenas de navíos.

El pescador Julio César, con 32 años de experiencia y 22 años como capitán de barco, afirma que como zona de resguardo para los camaroneros en Mazatlán, está el área de las Malvinas y la Isla de Soto, una pegada al muelle y otra al canal de navegación, con el inconveniente de que dan cabida solo a un reducido número de barcos, mientras que el resto, que representa más de la mitad de la flota, quedan amarrados al muelle con riesgo de ser embestidos por los fuertes vientos, debido a la cercanía entre uno y otro.

Con su pericia y ante la falta de refugios en el litoral sinaloense, han tratado de sacarle la vuelta a los fenómenos meteorológicos cuando se llegan a presentar, pero siempre buscan entrar al puerto más cercano.

En el caso del estado de Sinaloa los puertos de refugio solo son Mazatlán y Topolobampo, ya que a Altata, por la falta de dragado, es difícil entrar, porque si no se conoce la zona se corre el riesgo de quedar varado.

Julio César está vivo de milagro, pues cuando le avisaron del huracán “Ismael”, él se encontraba en las capturas en la zona de El Perihuete, Guasave, y tuvo que desplazarse como ocho horas para llegar a Mazatlán y ponerse a salvo.

El año pasado, con "Pamela", entró rápidamente a puerto, y como se esperaba que el huracán impactara en Mazatlán, resguardó el barco en Las Malvinas, a pesar de los riesgos que corrían ahí.

Y es que Las Malvinas no es un buen refugio, porque se golpean mucho los barcos y en el muelle sube la marea bastante, por lo que se golpean los cascos, se revientan los amarres y andan al garete en el canal de navegación, dependiendo para dónde este la corriente”, afirma.

Un punto de reunión necesario para salvaguarda

La necesidad de tener un refugio pesquero seguro para barcos de altamar, sigue siendo una asignatura pendiente del Gobierno Federal para el estado de Sinaloa, ya que pasan y pasan los años y no se le invierten recursos, mientras que los trabajadores del mar ven con angustia cómo su patrimonio se pone en riesgo cada temporada huracanes.

El presidente del Refugio Pesquero y Administración del Parque Bonfil, Francisco Castillo, lamentó que el proyecto de un refugio pesquero haya quedado sólo en promesas incumplidas, sin embargo, ya se le presentó nuevamente a la Secretaría de Pesca, encabezada por Flor Emilia Guerra, para que se lo exponga al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, el planteamiento de buscar los recursos a través del gobierno federal y el propio estado para una nueva área que dé refugio a las embarcaciones en caso de un huracán o tormenta tropical con fuertes vientos.

En el parque Bonfill, los barcos quedan desprotegidos en temporada de huracanes. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Recuerda que todavía en el año 2017 surgió la posibilidad de que se concretaría un refugio pesquero en La Bocanita, Guasave, donde embarcaciones de Topolobampo y Mazatlán pudieran resguardarse de las inclemencias del tiempo, pero todo ha quedado en buenas intenciones.

"Hay un proyecto para habilitar La Bocanita como un refugio pesquero, pero todo ha quedado en promesas incumplidas, y aquí (en Mazatlán) hace muchos años, cuando se intentó hacer un refugio pesquero, se toparon con roca y el proyecto ahí quedó, entonces el único refugio que existe aquí en el puerto es vararse allá en la parte del estero de la Termoeléctrica de la CFE, donde lo que hacen los barcos es que se amarran de los mangles, es el único refugio", explica.

El presidente de la Unión de Armadores, Jesús Omar Lizárraga Manjarrez recuerda que los barcos siempre se han refugiado entre manglares y arena frente al muelle del Parque Bonfil, sin ninguna garantía de sobrevivencia para las embarcaciones, que pueden llegar a estar valuadas, cada una en poco más de un millón de pesos.

"A cada embarcación, tratamos de refugiarla lo más que se pueda en los diferentes puntos, en la parte de enfrente, entre los manglares, entre la arena, ahí se resguardan las embarcaciones y obviamente con guardias de tripulantes para que estén al pendiente".

El huracán “Pamela” fue calificado como categoría 1 por la Conagua. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Así, a la deriva, quedan las embarcaciones en medio de los huracanes y junto con ellas decenas de pescadores que permanecen dentro, atemorizados y en riesgo de perder su vida.

El pronóstico

Para esta temporada de ciclones, que inició el 15 de mayo y termina el 30 de noviembre de 2022, se pronosticaron de 14 a 19 fenómenos meteorológicos en el Océano Pacífico.

En este 2022 se prevé que habrá mayor actividad hidrometeorológica en el Pacífico, comparado con años anteriores, debido al fenómeno de “La Niña”.

De acuerdo con la información del Sistema Meteorológico Nacional de los ciclones previstos, entre 8 y 10 pudieran alcanzar la clasificación de tormenta tropical, 4 o 5 lleguen a huracán categorías 1 o 2 en la escala Saffir-Simpson y entre 2 y 4 sean de las categorías 3, 4 o 5.

Datos

500 embarcaciones conforman la flota camaronera de Mazatlán.

300 barcos se resguardan en el Parque Bonfil con el riesgo de ser embestidos cada temporada de huracanes.

Para la historia

Los ciclones “Olivia” (octubre de 1975) e “Ismael” (septiembre de 1995) provocaron grandes destrozos a su paso por las costas mazatlecas, donde murieron cientos de pescadores y se destrozaron decenas de navíos.

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