/ lunes 17 de junio de 2019

Obras que se realizan en Mazatlán dañan el sistema ecológico

Talan árboles, afectan mantos freáticos y destruyen flora y fauna, sin plan de mitigación por parte de las autoridades municipales

Mazatlán,Sin. A menos de un mes de que iniciara la obra de revestimiento, vecinos de las colonias colindantes al arroyo Urías denunciaron daños al ecosistema del arroyo Urías por la tala de árboles, afectación a los mantos freáticos y la destrucción de la flora y fauna del lugar, lo cual les generará más calor y los dejará incomunicados de otros asentamientos, pues el proyecto original no incluye puentes peatonales.

La inconformidad crece día con día porque nunca se les consultó sobre la obra ni se les informó a detalle del proyecto, sino que se corrió la voz entre los colonos que revestirían con cemento el arroyo, días previos al banderazo de arranque.

Entre las irregularidades que ahora observan, destaca que el proyecto solo contempla el programa de urbanización, pero no un plan ecológico que mitigue los daños, mucho menos cuenta con una Manifestación de Impacto Ambiental, como pasó también con el revestimiento del arroyo Jabalines.

Ante sus demandas, la autoridad municipal, a través de la Dirección de Ecología, solo les respondió que era imposible frenar la obra porque “la instrucción viene de arriba”, que algunos árboles tenían que ser quitados para que no levantaran con el tiempo el cemento y que el proyecto no incluía puente peatonal.

El acuerdo inicial con los colonos fue que se respetaría la vegetación del lugar, incluyendo los árboles, el campito donde juegan los niños y que la obra no afectaría su modo de vida, sino que mejoraría.

Estela Nayeli Aguirre López, quien vive en Hacienda Urías desde hace 20 años, es una de las afectadas, su casa está a orillas del arroyo, ella ha sido testigo de la destrucción con máquinas de cuando menos 10 árboles en el lugar.

Asegura que al hacer más profundo el arroyo con las retroexcavadoras, el agua no ha dejado de salir de la tierra, los trabajadores han tenido que extraerla con bombas y descargarla al drenaje.

Además, señala que nunca se socializó la obra como otros proyectos que se edificaron en la zona, entre ellos, las oficinas de Servicios Regionales de la Secretaría de Educación Pública, el Centro Educativo para Jóvenes y Adultos, así como el Comedor Comunitario y las pavimentaciones de calles.

Tampoco ha oído hablar de la instalación de un Comité de Obras que supervise el revestimiento del arroyo y el cumplimiento de las demandas de los colonos.

Vecinos de Santa Teresa, Hacienda de Urías y Valle de Urías están demandando la construcción de dos o tres puentes en un tramo de cinco cuadras, ya que los pasos fueron obstruidos por las obras, así como que se respete los árboles y se cubran los daños con áreas verdes.

A la lista se sumaron Elizabeth Bonel, Dulce Elena Arellano, Karla Castellón, María Elizabeth Contreras, Luis Enrique Osuna y Raymundo Navarrete Soto, vecinos del arroyo Urías.

En contraparte, colonos de Hacienda Urías se pronunciaron a favor de la obra, pero sin dañar el ecosistema o en su caso arborizar, entre ellos Martha Beatriz Vega Armenta, Aracely Ramírez, Juan García y Simona Martínez, quienes confían en que se pondrán dos puentes peatonales para cruzar el arroyo, según compromiso hecho por la autoridad municipal.

AFECTAN LA NATURALEZA

Por su parte, el presidente del Consejo Ecológico de Mazatlán, Martín Alejandro Guerrero Ibarra, y el vocero del CEMAZ, Sergio Valle, coinciden en señalar que esta fuente de agua que se está dañando en el arroyo Urías tiene que ver con los mantos freáticos o un posible “venero”.

Lamentaron que ni en este proyecto ni en la obra de revestimiento del arroyo Jabalines se tome en cuenta el aspecto ecológico, ya que se está atentando contra la naturaleza sin contar con un plan de mitigación que reviertan los daños.

“Decir que estas obras no requieren de una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) es incompetencia y una irresponsabilidad de Estado porque afecta a la naturaleza y a la gente”, expresó Sergio Valle.

Comentó que toda obra se está realizando con una visión de “desarrollismo” sobre la vía de la urbanización porque es menos costosa que un planteamiento ecológico, cuando Mazatlán requiere de un desarrollo sustentable.

Refirió que estos daños ecológicos en el revestimiento de arroyos se suman a una larga lista de afectaciones hechas a la laguna del Camarón, al estero del Infiernillo, con la basura, aguas residuales, restricción de áreas verdes, que han incrementado el costo ecológico.

“En el tiempo de Humberto Rice García (1990-1992), se valoró que el costo de daños ecológico para Mazatlán era de 50 millones de pesos; o sea, que los gobiernos tenían que invertir 50 millones para reparar los daños ecológicos, hoy son 10 o 100 veces más lo que tienen que invertir para reparar la cuestión de daños, por eso no lo hacen así, y se van por la vía de urbanización”, apuntó.


MAL INICIO

La confrontación de vecinos se dejó notar desde el arranque de las obras, cuando el gobernador Quirino Ordaz Coppel y el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres acudieron a dar el banderazo al arroyo Urías, el pasado 21 de mayo.

Por un lado, los que estaban a favor de la obra apoyaban al presidente municipal y al gobernador con vítores y aplausos; y por otro, los inconformes que abucheaban y reclamaban sus demandas a los mandatarios, con pancartas y cartulinas en sus manos.

Se les dio la oportunidad de hablar a Ernestina Aguilar Tirado, comisaria de Urías, y a Sebastián Paredes, vecino de la colonia Ladrillera, quienes agradecieron a las autoridades la obra de revestimiento del arroyo Urías, la cual dijeron era una demanda que por muchos años solicitaron, pero que nadie les hizo caso.

Sebastián narró que todos los años, en temporada de lluvias, vivían con el pendiente de que sus casas se fueran a inundar y pudieran perder sus pertenencias.

Ya para ese momento, los inconformes gritaban sus reclamos con el fin de ser escuchados, pero se perdían sus voces entre los gritos que grupos de apoyo tanto de Quirino como del Químico hacían para sobresalir el uno del otro.

En su discurso el gobernador dijo que son muchos los reclamos y las demandas de un sector que por mucho tiempo ha estado rezagado y que nadie ha volteado a verlos, mientras que los recursos son limitados, pero que se tratará de atender cuando menos los más importantes que afectan a ese sector urbano.

Al final, el gobernador y el alcalde se acercaron al arroyo Urías para dar el banderazo de inicio de las obras, dejando atrás las demandas y reclamos.


Te puede interesar: Cero lluvias para Sinaloa y temperaturas por encima de los 45 grados


´NO HAY MARCHA ATRÁS’

Nayeli Aguirre negó que la autoridad municipal o la estatal se hayan acercado y reunido con los colonos para informar a detalle del proyecto, previo a la obra, solo se supo que líderes de las colonias pasaron la voz de que se venía la obra y que no había marcha atrás.

Durante la inauguración y en una reunión posterior con personal de Ecología y Medio Ambiente del gobierno municipal, se les aseguró que no se afectarían los árboles ni la flora ni la fauna del lugar, que se respetarían sus lugares de descanso, adornados con jardines y plantas de la región, así como el campito donde juegan los niños.

Nayeli Aguirre negó que la autoridad se hayan acercado y reunido con los colonos

Sin embargo, con el paso de los días, la obra avanza a marcha forzada, y cuando menos se han tumbado 10 árboles en menos de un mes, de seis que incluye el plazo de entrega.

Los puentes de tierra que tenían para cruzar el arroyo Urías fueron arrasados por las máquinas y se abrió una zanja de 10 metros de ancho y de 3 metros de profundidad, que se cubre con varilla y cemento, lo cual hará imposible el cruce al fraccionamiento Santa Teresa y a las tiendas donde se surtían de mandado.

Al ver el daño que se hacía a la flora y fauna, decidieron acudir un grupo de colonos a la Dirección de Ecología municipal para exponer el problema; sin embargo, en la audiencia se les dijo que no había marcha atrás, que algunos árboles tenían que ser tumbados para que no afectara el cemento con el tiempo, que no se contemplaban áreas verdes ni puente peatonal.

Entre sus peticiones está la construcción de puentes peatonales, el cese a la destrucción de árboles o en su caso la mitigación de daños, con áreas verdes que contemple la arborización, por cada pingüica, huanacaxtle o mango tumbado se planten 10, y que el campito sea acondicionado.

Elizabeth Bonel, de Santa Teresa, comenta que insistirán en que se les construya cuando menos dos o tres puentes, ya que será imposible el cruce de una colonia a otra, una vez que termine el revestimiento del arroyo.

“Ya ahorita no hay por dónde pasar con las obras de revestimiento… está molesta la gente porque dicen que no quieren dejar puentes peatonales y todo mundo pasa de aquí para allá y de allá para acá (entre Santa Teresa y Hacienda de Urías… hasta los tortilleros tienen que dar una vueltota, y antes pasaban aquí directo”, expresaron las vecinas.

Dulce Elena Arellano, Karla Castellón y Elizabeth Contreras demandaron que se respete los árboles que se encuentran a orillas del arroyo, ya que les da sombra y en tiempo de calor no resienten tanto las altas temperaturas.

Luis Enrique Osuna y Raymundo Navarrete Soto también solicitaron puentes y áreas verdes para reparar los daños ecológicos que pudieran presentarse.

Profesor Sergio Valle

OBLIGADOS A REPARAR DAÑO

El ecologista Sergio Valle indicó que la Dirección de Ecología está obligada a promover acciones para mitigar los daños ecológicos no solo en Urías, sino también en el impacto que se hace con las obras de revestimiento del arroyo Jabalines.

“Como es un daño a la naturaleza, ellos tienen que mantener una reserva para que las ranas, las iguanas, los peces, los charales y los árboles que hay en estos arroyos se mantengan, y la gente debe estar informada y de acuerdo en consenso, si no se hizo así, van a tener un problema de mitigar el daño”, expresó.

Señaló que como mayoría o minoría, los inconformes deben insistir en sus peticiones para que reparen ese daño a la ecología.

“Lo que tienen que hacer los vecinos de Urías es presentar su propuesta de revisión ecológica, que les reparen los daños, que les pongan puentes, jardines, parques públicos alrededor, porque los recursos naturales valen mucho, así que por cada árbol que tumben hay que plantar cuando menos 10”, concluyó.


DATOS

RESERVA

Por cada árbol destruido, se tiene que plantar cuando menos 10 para mitigar el daño ecológico, según el Consejo Ecológico de Mazatlán.


TEXTUAL

Mazatlán requiere de un desarrollo sustentable, que las ranas, iguanas, pescados, y toda la flora queden para nuestros nietos y biznietos, y eso se llama desarrollo sustentable, eso no lo ven ellos, sino el aspecto desarrollistaSergio Valle, ecologista


COLONIAS COLINDANTES AL ARROYO URÍAS

Hacienda de Urías

Valle de Urías

Santa Teresa

Lomas de Cristo Rey

Urbi Villa del Real

Ladrillera

Felipe Ángeles

La Ribiera

Urías

Tercera Ampliación de Urías


REVESTIMIENTO ARROYO URÍAS

Longitud: 2 kilómetros

Ancho: 10 metros

Altura: 2.90 metros

Tiempo de obra: 6 meses

Inversión: 95 millones de pesos

Inicio: 21 de mayo de 2019


REVESTIMIENTO ARROYO JABALINES

Longitud: 580 metros

Ancho: 30 metros

Tirante: 3 metros

Taludes: 1.5 metros

Inversión: 31.4 mdp

Inicio: 15 de julio de 2018


Lee más aquí



Mazatlán,Sin. A menos de un mes de que iniciara la obra de revestimiento, vecinos de las colonias colindantes al arroyo Urías denunciaron daños al ecosistema del arroyo Urías por la tala de árboles, afectación a los mantos freáticos y la destrucción de la flora y fauna del lugar, lo cual les generará más calor y los dejará incomunicados de otros asentamientos, pues el proyecto original no incluye puentes peatonales.

La inconformidad crece día con día porque nunca se les consultó sobre la obra ni se les informó a detalle del proyecto, sino que se corrió la voz entre los colonos que revestirían con cemento el arroyo, días previos al banderazo de arranque.

Entre las irregularidades que ahora observan, destaca que el proyecto solo contempla el programa de urbanización, pero no un plan ecológico que mitigue los daños, mucho menos cuenta con una Manifestación de Impacto Ambiental, como pasó también con el revestimiento del arroyo Jabalines.

Ante sus demandas, la autoridad municipal, a través de la Dirección de Ecología, solo les respondió que era imposible frenar la obra porque “la instrucción viene de arriba”, que algunos árboles tenían que ser quitados para que no levantaran con el tiempo el cemento y que el proyecto no incluía puente peatonal.

El acuerdo inicial con los colonos fue que se respetaría la vegetación del lugar, incluyendo los árboles, el campito donde juegan los niños y que la obra no afectaría su modo de vida, sino que mejoraría.

Estela Nayeli Aguirre López, quien vive en Hacienda Urías desde hace 20 años, es una de las afectadas, su casa está a orillas del arroyo, ella ha sido testigo de la destrucción con máquinas de cuando menos 10 árboles en el lugar.

Asegura que al hacer más profundo el arroyo con las retroexcavadoras, el agua no ha dejado de salir de la tierra, los trabajadores han tenido que extraerla con bombas y descargarla al drenaje.

Además, señala que nunca se socializó la obra como otros proyectos que se edificaron en la zona, entre ellos, las oficinas de Servicios Regionales de la Secretaría de Educación Pública, el Centro Educativo para Jóvenes y Adultos, así como el Comedor Comunitario y las pavimentaciones de calles.

Tampoco ha oído hablar de la instalación de un Comité de Obras que supervise el revestimiento del arroyo y el cumplimiento de las demandas de los colonos.

Vecinos de Santa Teresa, Hacienda de Urías y Valle de Urías están demandando la construcción de dos o tres puentes en un tramo de cinco cuadras, ya que los pasos fueron obstruidos por las obras, así como que se respete los árboles y se cubran los daños con áreas verdes.

A la lista se sumaron Elizabeth Bonel, Dulce Elena Arellano, Karla Castellón, María Elizabeth Contreras, Luis Enrique Osuna y Raymundo Navarrete Soto, vecinos del arroyo Urías.

En contraparte, colonos de Hacienda Urías se pronunciaron a favor de la obra, pero sin dañar el ecosistema o en su caso arborizar, entre ellos Martha Beatriz Vega Armenta, Aracely Ramírez, Juan García y Simona Martínez, quienes confían en que se pondrán dos puentes peatonales para cruzar el arroyo, según compromiso hecho por la autoridad municipal.

AFECTAN LA NATURALEZA

Por su parte, el presidente del Consejo Ecológico de Mazatlán, Martín Alejandro Guerrero Ibarra, y el vocero del CEMAZ, Sergio Valle, coinciden en señalar que esta fuente de agua que se está dañando en el arroyo Urías tiene que ver con los mantos freáticos o un posible “venero”.

Lamentaron que ni en este proyecto ni en la obra de revestimiento del arroyo Jabalines se tome en cuenta el aspecto ecológico, ya que se está atentando contra la naturaleza sin contar con un plan de mitigación que reviertan los daños.

“Decir que estas obras no requieren de una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) es incompetencia y una irresponsabilidad de Estado porque afecta a la naturaleza y a la gente”, expresó Sergio Valle.

Comentó que toda obra se está realizando con una visión de “desarrollismo” sobre la vía de la urbanización porque es menos costosa que un planteamiento ecológico, cuando Mazatlán requiere de un desarrollo sustentable.

Refirió que estos daños ecológicos en el revestimiento de arroyos se suman a una larga lista de afectaciones hechas a la laguna del Camarón, al estero del Infiernillo, con la basura, aguas residuales, restricción de áreas verdes, que han incrementado el costo ecológico.

“En el tiempo de Humberto Rice García (1990-1992), se valoró que el costo de daños ecológico para Mazatlán era de 50 millones de pesos; o sea, que los gobiernos tenían que invertir 50 millones para reparar los daños ecológicos, hoy son 10 o 100 veces más lo que tienen que invertir para reparar la cuestión de daños, por eso no lo hacen así, y se van por la vía de urbanización”, apuntó.


MAL INICIO

La confrontación de vecinos se dejó notar desde el arranque de las obras, cuando el gobernador Quirino Ordaz Coppel y el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres acudieron a dar el banderazo al arroyo Urías, el pasado 21 de mayo.

Por un lado, los que estaban a favor de la obra apoyaban al presidente municipal y al gobernador con vítores y aplausos; y por otro, los inconformes que abucheaban y reclamaban sus demandas a los mandatarios, con pancartas y cartulinas en sus manos.

Se les dio la oportunidad de hablar a Ernestina Aguilar Tirado, comisaria de Urías, y a Sebastián Paredes, vecino de la colonia Ladrillera, quienes agradecieron a las autoridades la obra de revestimiento del arroyo Urías, la cual dijeron era una demanda que por muchos años solicitaron, pero que nadie les hizo caso.

Sebastián narró que todos los años, en temporada de lluvias, vivían con el pendiente de que sus casas se fueran a inundar y pudieran perder sus pertenencias.

Ya para ese momento, los inconformes gritaban sus reclamos con el fin de ser escuchados, pero se perdían sus voces entre los gritos que grupos de apoyo tanto de Quirino como del Químico hacían para sobresalir el uno del otro.

En su discurso el gobernador dijo que son muchos los reclamos y las demandas de un sector que por mucho tiempo ha estado rezagado y que nadie ha volteado a verlos, mientras que los recursos son limitados, pero que se tratará de atender cuando menos los más importantes que afectan a ese sector urbano.

Al final, el gobernador y el alcalde se acercaron al arroyo Urías para dar el banderazo de inicio de las obras, dejando atrás las demandas y reclamos.


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´NO HAY MARCHA ATRÁS’

Nayeli Aguirre negó que la autoridad municipal o la estatal se hayan acercado y reunido con los colonos para informar a detalle del proyecto, previo a la obra, solo se supo que líderes de las colonias pasaron la voz de que se venía la obra y que no había marcha atrás.

Durante la inauguración y en una reunión posterior con personal de Ecología y Medio Ambiente del gobierno municipal, se les aseguró que no se afectarían los árboles ni la flora ni la fauna del lugar, que se respetarían sus lugares de descanso, adornados con jardines y plantas de la región, así como el campito donde juegan los niños.

Nayeli Aguirre negó que la autoridad se hayan acercado y reunido con los colonos

Sin embargo, con el paso de los días, la obra avanza a marcha forzada, y cuando menos se han tumbado 10 árboles en menos de un mes, de seis que incluye el plazo de entrega.

Los puentes de tierra que tenían para cruzar el arroyo Urías fueron arrasados por las máquinas y se abrió una zanja de 10 metros de ancho y de 3 metros de profundidad, que se cubre con varilla y cemento, lo cual hará imposible el cruce al fraccionamiento Santa Teresa y a las tiendas donde se surtían de mandado.

Al ver el daño que se hacía a la flora y fauna, decidieron acudir un grupo de colonos a la Dirección de Ecología municipal para exponer el problema; sin embargo, en la audiencia se les dijo que no había marcha atrás, que algunos árboles tenían que ser tumbados para que no afectara el cemento con el tiempo, que no se contemplaban áreas verdes ni puente peatonal.

Entre sus peticiones está la construcción de puentes peatonales, el cese a la destrucción de árboles o en su caso la mitigación de daños, con áreas verdes que contemple la arborización, por cada pingüica, huanacaxtle o mango tumbado se planten 10, y que el campito sea acondicionado.

Elizabeth Bonel, de Santa Teresa, comenta que insistirán en que se les construya cuando menos dos o tres puentes, ya que será imposible el cruce de una colonia a otra, una vez que termine el revestimiento del arroyo.

“Ya ahorita no hay por dónde pasar con las obras de revestimiento… está molesta la gente porque dicen que no quieren dejar puentes peatonales y todo mundo pasa de aquí para allá y de allá para acá (entre Santa Teresa y Hacienda de Urías… hasta los tortilleros tienen que dar una vueltota, y antes pasaban aquí directo”, expresaron las vecinas.

Dulce Elena Arellano, Karla Castellón y Elizabeth Contreras demandaron que se respete los árboles que se encuentran a orillas del arroyo, ya que les da sombra y en tiempo de calor no resienten tanto las altas temperaturas.

Luis Enrique Osuna y Raymundo Navarrete Soto también solicitaron puentes y áreas verdes para reparar los daños ecológicos que pudieran presentarse.

Profesor Sergio Valle

OBLIGADOS A REPARAR DAÑO

El ecologista Sergio Valle indicó que la Dirección de Ecología está obligada a promover acciones para mitigar los daños ecológicos no solo en Urías, sino también en el impacto que se hace con las obras de revestimiento del arroyo Jabalines.

“Como es un daño a la naturaleza, ellos tienen que mantener una reserva para que las ranas, las iguanas, los peces, los charales y los árboles que hay en estos arroyos se mantengan, y la gente debe estar informada y de acuerdo en consenso, si no se hizo así, van a tener un problema de mitigar el daño”, expresó.

Señaló que como mayoría o minoría, los inconformes deben insistir en sus peticiones para que reparen ese daño a la ecología.

“Lo que tienen que hacer los vecinos de Urías es presentar su propuesta de revisión ecológica, que les reparen los daños, que les pongan puentes, jardines, parques públicos alrededor, porque los recursos naturales valen mucho, así que por cada árbol que tumben hay que plantar cuando menos 10”, concluyó.


DATOS

RESERVA

Por cada árbol destruido, se tiene que plantar cuando menos 10 para mitigar el daño ecológico, según el Consejo Ecológico de Mazatlán.


TEXTUAL

Mazatlán requiere de un desarrollo sustentable, que las ranas, iguanas, pescados, y toda la flora queden para nuestros nietos y biznietos, y eso se llama desarrollo sustentable, eso no lo ven ellos, sino el aspecto desarrollistaSergio Valle, ecologista


COLONIAS COLINDANTES AL ARROYO URÍAS

Hacienda de Urías

Valle de Urías

Santa Teresa

Lomas de Cristo Rey

Urbi Villa del Real

Ladrillera

Felipe Ángeles

La Ribiera

Urías

Tercera Ampliación de Urías


REVESTIMIENTO ARROYO URÍAS

Longitud: 2 kilómetros

Ancho: 10 metros

Altura: 2.90 metros

Tiempo de obra: 6 meses

Inversión: 95 millones de pesos

Inicio: 21 de mayo de 2019


REVESTIMIENTO ARROYO JABALINES

Longitud: 580 metros

Ancho: 30 metros

Tirante: 3 metros

Taludes: 1.5 metros

Inversión: 31.4 mdp

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