/ sábado 12 de septiembre de 2020

Mujeres le sacan “arte” a la pesca

La falta de apoyo del gobierno y la pandemia del Covid-19 están a punto de terminar con el proyecto de reciclado, fomento al cero desperdicio y autoempleo en un sector que se encuentra en crisis

Mazatlán, Sin.- Ellas elaboran aretes, collares, pulseras, carteras y cintos con escama y piel de pescado, una artesanía que cobra vida gracias a un sector que por falta de apoyos se encuentra a punto de desaparecer.

El proyecto Mujeres Artesanas de la Pesca nació hace dos años, de la mano de jefas de familia del sector y poco a poco empezó a consolidarse. El grupo ya comercializaba sus artesanías en tres puntos de la ciudad, sin embargo, poco a poco perdieron esos espacios y se quedaron sin opciones para crecer. Y ahora con la pandemia del Covid-19 todo se complicó.

En muchos lugares, la piel de pescado y las escamas son echadas a la basura, porque la mayoría de la gente considera que son desperdicios. Pero para ellas este tipo de sobrantes es el material perfecto para realizar diferentes artesanías.

Los diferentes productos fueron muy bien recibidos, tanto por locales como por turistas, y ya producían 100 collares a la semana que ponían a la venta.

El Ayuntamiento de Mazatlán les permitió vender de manera temporal en la Plazuela Machado, viernes sábado y domingo, aunque después de tres meses las quitaron porque, según, se haría una reorganización del comercio en esa zona.

En el punto de venta frente al Acuario también duraron poco, ya que empezaron con la construcción del estacionamiento y se tuvieron que quitar, con el compromiso de que cuando se reintegraran las llamarían, cosa que nunca ocurrió y ahora están en lista de espera para un espacio.

Donde también participaban era en el mercado orgánico que se instalaba en la Plazuela Zaragoza los fines de semana, el cual fue suspendido por el Covid-19.

Lo que piden a las autoridades son espacios para poder vender. Foto: Rolando Salazar │ El Sol de Mazatlán

La coordinadora de proyectos de la Administración del Refugio Pesquero del Parque Bonfil, Paola Luévanos Carrillo, comenta que no ha sido fácil continuar en este negocio, para ahorrar costos de traslados cada una trabaja en la elaboración de bisutería en su domicilio, un día de la semana se reúnen para entregar la mercancía, revisarla y programar el rol de ventas y repartir las ganancias

“No pedíamos apoyo económico, lo que queríamos era permiso para trabajar y cuando no hubo ese permiso, pues se dejó de producir, y aunque muchas venden de manera individual, como grupo está muriendo poco a poco”.

Paola explica que este programa fue pensado para que la ama de casa que está ocupada en su quehacer, en sus labores domésticas, se sienta útil y tenga una alternativa para ganar dinero.

La trabajadora social y abogada de profesión ha llevada de la mano a ese grupo de 10 mujeres y su interés es seguir apoyando a su género.

La pesca forma parte de su vida, pues es hija de pescador y maquiladora. A los 8 años ya pelaba y descabezaba camarón, razón por la que siente esa fraternidad con quienes realizan esa actividad.

Es y siempre será su sector, recuerda que tenía que ir a la primaria con sus manos olorosas a camarón y que nadie se quería juntar con ella.

“Tengo hermanas que trabajan en las plantas congeladoras y hermanos que siguen saliendo a la pesca desde hace muchos años, también tengo sobrinos perdidos en el mar”.

Para ahorrar costos de traslados, cada una trabaja en la elaboración de bisutería en su domicilio. Foto: Rolando Salazar │ El Sol de Mazatlán

EL PROYECTO

Fue en octubre de 2018 cuando las mujeres del sector pesquero en Mazatlán presentaron un proyecto de forma colectiva, que buscaba cumplir con varios objetivos a la vez en la ciudad.

Primero, reciclar, y fomentar el cero desperdicio en la pesca, ya que actualmente se desperdicia el 70% del pescado. Y enseguida, pero no menos importante, generar fuentes de empleo.

Con el apoyo de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, un grupo de 30 mujeres de Mazatlán, esposas, hijas de pescadores y maquiladoras de las plantas congeladoras, tomaron el Taller de Curtido Sustentable de Piel de Pescado, Talabartería y Aprovechamiento de Escama con Fines Artesanales.

Del grupo de mujeres que tomaron el curso, 21 continuaron elaborando bisutería, posteriormente se dividieron en dos grupos y finalmente quedaron 10. Ahora, muchas de ellas ya venden por su cuenta.

Foto: Rolando Salazar │ El Sol de Mazatlán

Lee aquí: Nueva Ley de Obra Pública le “amarra” las manos al Precasin

Con la capacitación, dedicación y su talento han creado verdaderas obras de arte que han sido mejoradas, ya que las mismas emprendedoras han descubierto formas para que la pigmentación de la piel duré más y vender productos de mejor calidad.

Con la piel de pescado de diferentes especies se confeccionan bolsos, carteras, cinturones y calzado, mientras que con las escamas se elaboran aretes, collares y pulseras. En los procesos de fabricación se utilizan insumos naturales, es decir, no se emplean químicos industriales contaminantes.

Gobierno del estado las invitó a participar en un concurso del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, donde obtuvieron un tercer lugar en calidad artesanal y de novedad.

La Secretaría de Pesca las invitó a participar en las ferias de la Tilapia Concordia y del Ostión en Elota, pero la actividad artesanal está paralizada por la pandemia. Ahora esperan que todo vuelva a la normalidad para seguir en la búsqueda de espacios en donde puedan mostrar su arte.



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Mazatlán, Sin.- Ellas elaboran aretes, collares, pulseras, carteras y cintos con escama y piel de pescado, una artesanía que cobra vida gracias a un sector que por falta de apoyos se encuentra a punto de desaparecer.

El proyecto Mujeres Artesanas de la Pesca nació hace dos años, de la mano de jefas de familia del sector y poco a poco empezó a consolidarse. El grupo ya comercializaba sus artesanías en tres puntos de la ciudad, sin embargo, poco a poco perdieron esos espacios y se quedaron sin opciones para crecer. Y ahora con la pandemia del Covid-19 todo se complicó.

En muchos lugares, la piel de pescado y las escamas son echadas a la basura, porque la mayoría de la gente considera que son desperdicios. Pero para ellas este tipo de sobrantes es el material perfecto para realizar diferentes artesanías.

Los diferentes productos fueron muy bien recibidos, tanto por locales como por turistas, y ya producían 100 collares a la semana que ponían a la venta.

El Ayuntamiento de Mazatlán les permitió vender de manera temporal en la Plazuela Machado, viernes sábado y domingo, aunque después de tres meses las quitaron porque, según, se haría una reorganización del comercio en esa zona.

En el punto de venta frente al Acuario también duraron poco, ya que empezaron con la construcción del estacionamiento y se tuvieron que quitar, con el compromiso de que cuando se reintegraran las llamarían, cosa que nunca ocurrió y ahora están en lista de espera para un espacio.

Donde también participaban era en el mercado orgánico que se instalaba en la Plazuela Zaragoza los fines de semana, el cual fue suspendido por el Covid-19.

Lo que piden a las autoridades son espacios para poder vender. Foto: Rolando Salazar │ El Sol de Mazatlán

La coordinadora de proyectos de la Administración del Refugio Pesquero del Parque Bonfil, Paola Luévanos Carrillo, comenta que no ha sido fácil continuar en este negocio, para ahorrar costos de traslados cada una trabaja en la elaboración de bisutería en su domicilio, un día de la semana se reúnen para entregar la mercancía, revisarla y programar el rol de ventas y repartir las ganancias

“No pedíamos apoyo económico, lo que queríamos era permiso para trabajar y cuando no hubo ese permiso, pues se dejó de producir, y aunque muchas venden de manera individual, como grupo está muriendo poco a poco”.

Paola explica que este programa fue pensado para que la ama de casa que está ocupada en su quehacer, en sus labores domésticas, se sienta útil y tenga una alternativa para ganar dinero.

La trabajadora social y abogada de profesión ha llevada de la mano a ese grupo de 10 mujeres y su interés es seguir apoyando a su género.

La pesca forma parte de su vida, pues es hija de pescador y maquiladora. A los 8 años ya pelaba y descabezaba camarón, razón por la que siente esa fraternidad con quienes realizan esa actividad.

Es y siempre será su sector, recuerda que tenía que ir a la primaria con sus manos olorosas a camarón y que nadie se quería juntar con ella.

“Tengo hermanas que trabajan en las plantas congeladoras y hermanos que siguen saliendo a la pesca desde hace muchos años, también tengo sobrinos perdidos en el mar”.

Para ahorrar costos de traslados, cada una trabaja en la elaboración de bisutería en su domicilio. Foto: Rolando Salazar │ El Sol de Mazatlán

EL PROYECTO

Fue en octubre de 2018 cuando las mujeres del sector pesquero en Mazatlán presentaron un proyecto de forma colectiva, que buscaba cumplir con varios objetivos a la vez en la ciudad.

Primero, reciclar, y fomentar el cero desperdicio en la pesca, ya que actualmente se desperdicia el 70% del pescado. Y enseguida, pero no menos importante, generar fuentes de empleo.

Con el apoyo de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, un grupo de 30 mujeres de Mazatlán, esposas, hijas de pescadores y maquiladoras de las plantas congeladoras, tomaron el Taller de Curtido Sustentable de Piel de Pescado, Talabartería y Aprovechamiento de Escama con Fines Artesanales.

Del grupo de mujeres que tomaron el curso, 21 continuaron elaborando bisutería, posteriormente se dividieron en dos grupos y finalmente quedaron 10. Ahora, muchas de ellas ya venden por su cuenta.

Foto: Rolando Salazar │ El Sol de Mazatlán

Lee aquí: Nueva Ley de Obra Pública le “amarra” las manos al Precasin

Con la capacitación, dedicación y su talento han creado verdaderas obras de arte que han sido mejoradas, ya que las mismas emprendedoras han descubierto formas para que la pigmentación de la piel duré más y vender productos de mejor calidad.

Con la piel de pescado de diferentes especies se confeccionan bolsos, carteras, cinturones y calzado, mientras que con las escamas se elaboran aretes, collares y pulseras. En los procesos de fabricación se utilizan insumos naturales, es decir, no se emplean químicos industriales contaminantes.

Gobierno del estado las invitó a participar en un concurso del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, donde obtuvieron un tercer lugar en calidad artesanal y de novedad.

La Secretaría de Pesca las invitó a participar en las ferias de la Tilapia Concordia y del Ostión en Elota, pero la actividad artesanal está paralizada por la pandemia. Ahora esperan que todo vuelva a la normalidad para seguir en la búsqueda de espacios en donde puedan mostrar su arte.



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