/ martes 28 de junio de 2022

Mármol, el pueblo que se niega a desaparecer

De aquel complejo industrial que impulsó la fundación de esta sindicatura del municipio de Mazatlán solo queda soledad y abandono

"Ya no quedan más que los recuerdos", dice don Ángel Cárdenas al caminar por las calles empedradas del pueblo que lo vio crecer, dirigiéndose hacia el viejo inmueble que albergó hace ya muchos años la fábrica Cementos del Pacífico.

De este complejo industrial que impulsó la fundación de la sindicatura de Mármol y que en su tiempo llegó a tener un comercio floreciente, propiciando muchos beneficios para sus habitantes, solo quedan ruinas.

También puedes leer: Buscan que Rosario sea una opción para turistas de Mazatlán

Este pueblo se originó en 1941, cuando el señor Ramón Salcido y del Castillo Negrete, oriundo de Cosalá y distinguido por ser un ferviente impulsor de Sinaloa, tuvo la visión de conjuntar a un grupo de inversionistas, entre ellos Roberto Morell de San Luis Company de Tayoltita, Durango, para explotar industrializar los recursos de piedra caliza que abundan en la región.

Entre la nostalgia y la alegría, admirando esas grandes chimeneas que sobresalen de esa fábrica donde laboró por 28 años, don Ángel recuerda aquella época de bonanza.

"Yo entré en 1959 y salí en 1985, salí porque tuve afectación en los ojos por la soldadura. Salí jovencito, de 40 años, me echaron para afuera, yo no quería", recordó.

Fue en 1945 cuando salió la primera producción de cemento a Culiacán con el sello de la marca Victoria, debido a que recién había finalizado la Segunda Guerra Mundial, y la utilización de este nombre para identificar el producto era una manera de festejar ese acontecimiento.

Su calidad no era óptima para construcción, incluso esa primera carga fue regresada por esta razón, pero con el tiempo se fue mejorando y llegó a ser los más demandados de la región.

Hematita, yeso, barro colorado y puzolana eran los componentes del cemento, empleado principalmente para la ingeniería hidráulica y estructural, en puentes.

Actualmente, la propiedad está cercada, pese a que antes había más facilidades para ingresar, ahora se tiene que pedir permiso. Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

"A través de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, siempre teníamos el primer nivel de calidad en cemento tipo 1 y ese se mandaba incluso a Estados Unidos. Aquí se esparcía la producción por los puentes, era el cemento típico que pedían", contó.

Todo Sinaloa, Sonora, Durango y Nayarit eran parte de su mercado; la producción era de 17 mil toneladas diarias. La fábrica empleó a 360 trabajadores de planta y alrededor de 120 eventuales.

"Fue un auge muy bonito, muy hermoso, donde todos íbamos con tranquilidad, tranquilidad económica, sobre todo. Nosotros aportamos muchos millones de impuestos en aquella época, a veces ganaba un millón 300, 400 por semana y pagaba 14 mil pesos de Seguro Social", mencionó.

La prosperidad de aquella cementera era tal que llegaron a vivir hasta cinco mil personas en el poblado, incluso los dueños construyeron para sus trabajadores 70 casas.

"Todo esto era una preciosidad, bien bonitos los jardines, teníamos cancha de tenis, el casino de los grandes eventos sociales", comentó mientras veía una finca abandonada que poco a poco es retomada por la naturaleza.

El declive

Mármol, podría decirse, era un pueblo privilegiado, los lugareños nunca se imaginaron los tiempos de adversidad que se aproximaban.

"Desgraciadamente, la tecnología de la maquinaria no se cambió, hubo una deficiencia, porque las empresas de refacción que mandaban para acá, de Estados Unidos, fueron desmereciendo la producción y aquí teníamos ese sistema de equipo y después se fue batallando muchísimo para conseguir refacciones de Alemania, de Inglaterra", rememoró.

Fue en 1990 cuando la planta cerró sus puertas, para ya no volver a abrir jamás. Para ese entonces su dueño era ya Cementos Tolteca del grupo CEMEX.

En su tiempo, las chimeneas sirvieron de guía para los barcos camaroneros. Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

"Cuando se cierra este complejo nos dio mucha tristeza a todos los que vivíamos aquí, porque se acababa la fuente cuando estaba en apogeo".

Sin una fuente de empleo segura mucha gente empezó a migrar, se pensaba que Mármol iba a desaparecer, pero para evitar esto la fábrica optó por regalar las casas a los trabajadores que ahí decidieran quedarse.

También ayudó que unos años antes el ex gobernador, Antonio Toledo Corro, declarara a Mármol como sindicatura, y de manera simbólica esta propiedad privada pasó a pertenecer al H. Ayuntamiento.

Un Pueblo en el abandono

Mármol está situado a 32 kilómetros al noroeste del puerto de Mazatlán, de acuerdo a las últimas cifras del INEGI en el 2020, hay 562 habitantes.

"La fundación de este lugar se le debe al señor Ramón Salcido y del Castillo Negrete, pero ¿por qué Mármol? Por ese cerro de materia prima para hacer cemento que no nos lo acabamos en 150 años", expresó.

La actividad económica de la sindicatura se estancó con el cierre de la planta cementera, los habitantes dependen principalmente de la agricultura y la ganadería.

Plantados en propiedad privada, menciona que se han ido grandes inversiones, por ejemplo, en el gremio turístico, pues para cualquier cosa que se quiera hacer ahí se debe pedir permiso a CEMEX.

"Estamos abandonados por el gobierno, aquí no nos visita un diputado, un representantes del gobierno, no nos visita nadie absolutamente, también somos ciudadanos, que se den cuenta de las problemáticas de esta comunidad", dijo.

Mármol es un pueblo que se niega a morir. Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

Los años siguen pasando y pese a que el regreso del desarrollo y generación de nuevos proyectos no se vislumbran, es un pueblo que se niega a morir.

Don Ángel Cárdenas piensa que si la empresa nunca hubiera cerrado Mármol seguiría con ese gran auge


Sobre Ángel Cárdenas

Originario de Matatán, Rosario, llegó a Mármol junto a sus padres en 1954; a la edad de 14 años ingresó a trabajar a la cementera, fue soldador.

Salió pensionado a los 40 años de edad, pero siguió trabajando en otros oficios.

Conocido entre los marmoleños por su capacidad para recordar y hablar, es por excelencia el cronista oficial de la comunidad y maestro de ceremonias en eventos.

Numeralias

562 habitantes tiene Mármol, de acuerdo a las últimas cifras del INEGI en el 2020.

360 trabajadores de planta empleó la planta.

120 trabajadores eventuales

1945 fue el año en el que salió la primera producción de cemento a

1990 fue el año en el que cerró la planta.


"Ya no quedan más que los recuerdos", dice don Ángel Cárdenas al caminar por las calles empedradas del pueblo que lo vio crecer, dirigiéndose hacia el viejo inmueble que albergó hace ya muchos años la fábrica Cementos del Pacífico.

De este complejo industrial que impulsó la fundación de la sindicatura de Mármol y que en su tiempo llegó a tener un comercio floreciente, propiciando muchos beneficios para sus habitantes, solo quedan ruinas.

También puedes leer: Buscan que Rosario sea una opción para turistas de Mazatlán

Este pueblo se originó en 1941, cuando el señor Ramón Salcido y del Castillo Negrete, oriundo de Cosalá y distinguido por ser un ferviente impulsor de Sinaloa, tuvo la visión de conjuntar a un grupo de inversionistas, entre ellos Roberto Morell de San Luis Company de Tayoltita, Durango, para explotar industrializar los recursos de piedra caliza que abundan en la región.

Entre la nostalgia y la alegría, admirando esas grandes chimeneas que sobresalen de esa fábrica donde laboró por 28 años, don Ángel recuerda aquella época de bonanza.

"Yo entré en 1959 y salí en 1985, salí porque tuve afectación en los ojos por la soldadura. Salí jovencito, de 40 años, me echaron para afuera, yo no quería", recordó.

Fue en 1945 cuando salió la primera producción de cemento a Culiacán con el sello de la marca Victoria, debido a que recién había finalizado la Segunda Guerra Mundial, y la utilización de este nombre para identificar el producto era una manera de festejar ese acontecimiento.

Su calidad no era óptima para construcción, incluso esa primera carga fue regresada por esta razón, pero con el tiempo se fue mejorando y llegó a ser los más demandados de la región.

Hematita, yeso, barro colorado y puzolana eran los componentes del cemento, empleado principalmente para la ingeniería hidráulica y estructural, en puentes.

Actualmente, la propiedad está cercada, pese a que antes había más facilidades para ingresar, ahora se tiene que pedir permiso. Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

"A través de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, siempre teníamos el primer nivel de calidad en cemento tipo 1 y ese se mandaba incluso a Estados Unidos. Aquí se esparcía la producción por los puentes, era el cemento típico que pedían", contó.

Todo Sinaloa, Sonora, Durango y Nayarit eran parte de su mercado; la producción era de 17 mil toneladas diarias. La fábrica empleó a 360 trabajadores de planta y alrededor de 120 eventuales.

"Fue un auge muy bonito, muy hermoso, donde todos íbamos con tranquilidad, tranquilidad económica, sobre todo. Nosotros aportamos muchos millones de impuestos en aquella época, a veces ganaba un millón 300, 400 por semana y pagaba 14 mil pesos de Seguro Social", mencionó.

La prosperidad de aquella cementera era tal que llegaron a vivir hasta cinco mil personas en el poblado, incluso los dueños construyeron para sus trabajadores 70 casas.

"Todo esto era una preciosidad, bien bonitos los jardines, teníamos cancha de tenis, el casino de los grandes eventos sociales", comentó mientras veía una finca abandonada que poco a poco es retomada por la naturaleza.

El declive

Mármol, podría decirse, era un pueblo privilegiado, los lugareños nunca se imaginaron los tiempos de adversidad que se aproximaban.

"Desgraciadamente, la tecnología de la maquinaria no se cambió, hubo una deficiencia, porque las empresas de refacción que mandaban para acá, de Estados Unidos, fueron desmereciendo la producción y aquí teníamos ese sistema de equipo y después se fue batallando muchísimo para conseguir refacciones de Alemania, de Inglaterra", rememoró.

Fue en 1990 cuando la planta cerró sus puertas, para ya no volver a abrir jamás. Para ese entonces su dueño era ya Cementos Tolteca del grupo CEMEX.

En su tiempo, las chimeneas sirvieron de guía para los barcos camaroneros. Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

"Cuando se cierra este complejo nos dio mucha tristeza a todos los que vivíamos aquí, porque se acababa la fuente cuando estaba en apogeo".

Sin una fuente de empleo segura mucha gente empezó a migrar, se pensaba que Mármol iba a desaparecer, pero para evitar esto la fábrica optó por regalar las casas a los trabajadores que ahí decidieran quedarse.

También ayudó que unos años antes el ex gobernador, Antonio Toledo Corro, declarara a Mármol como sindicatura, y de manera simbólica esta propiedad privada pasó a pertenecer al H. Ayuntamiento.

Un Pueblo en el abandono

Mármol está situado a 32 kilómetros al noroeste del puerto de Mazatlán, de acuerdo a las últimas cifras del INEGI en el 2020, hay 562 habitantes.

"La fundación de este lugar se le debe al señor Ramón Salcido y del Castillo Negrete, pero ¿por qué Mármol? Por ese cerro de materia prima para hacer cemento que no nos lo acabamos en 150 años", expresó.

La actividad económica de la sindicatura se estancó con el cierre de la planta cementera, los habitantes dependen principalmente de la agricultura y la ganadería.

Plantados en propiedad privada, menciona que se han ido grandes inversiones, por ejemplo, en el gremio turístico, pues para cualquier cosa que se quiera hacer ahí se debe pedir permiso a CEMEX.

"Estamos abandonados por el gobierno, aquí no nos visita un diputado, un representantes del gobierno, no nos visita nadie absolutamente, también somos ciudadanos, que se den cuenta de las problemáticas de esta comunidad", dijo.

Mármol es un pueblo que se niega a morir. Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

Los años siguen pasando y pese a que el regreso del desarrollo y generación de nuevos proyectos no se vislumbran, es un pueblo que se niega a morir.

Don Ángel Cárdenas piensa que si la empresa nunca hubiera cerrado Mármol seguiría con ese gran auge


Sobre Ángel Cárdenas

Originario de Matatán, Rosario, llegó a Mármol junto a sus padres en 1954; a la edad de 14 años ingresó a trabajar a la cementera, fue soldador.

Salió pensionado a los 40 años de edad, pero siguió trabajando en otros oficios.

Conocido entre los marmoleños por su capacidad para recordar y hablar, es por excelencia el cronista oficial de la comunidad y maestro de ceremonias en eventos.

Numeralias

562 habitantes tiene Mármol, de acuerdo a las últimas cifras del INEGI en el 2020.

360 trabajadores de planta empleó la planta.

120 trabajadores eventuales

1945 fue el año en el que salió la primera producción de cemento a

1990 fue el año en el que cerró la planta.


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