/ sábado 28 de marzo de 2020

Los Torres Márquez son los ‘artesanos’ del pan

El matrimonio mazatleco innova con su negocio en el que ofrece 30 variedades de pan dulce y salado

Mazatlán, Sin.- Las tradicionales cafeterías han experimentado en los últimos años una interesante evolución, fusionándose con conceptos de panadería artesanal. Ya no se trata solamente de un local con mesas y sillas, la tendencia ahora es montar un espacio en el que se puedan ofrecer diferentes opciones a los clientes, degustación, compra y consumo.

Con el paso del tiempo, los procesos se adecuaron a la industrialización, pero ante las nuevas corrientes alimenticias y la mayor información de los consumidores, el retorno al pan artesanal poco a poco se ha vuelto la moda.

Fanáticos del café y pan, hace unos años Rubén Torres y su esposa Gabriela Márquez tuvieron la inquietud de dejar sus empleos e independizarse para abrir su propio negocio de panadería, pero esto fue en San Miguel de Allende, Guanajuato, donde les fue bien, aprendieron mucho, pero después de dos años regresaron a su tierra, con su familia.

Al establecerse nuevamente en Mazatlán, el joven matrimonio empezó a trabajar cada quien en lo suyo, hasta que tiempo después “el gusanito” de volver a intentarlo les regresó, pero aquí empezaron de la nada, de cero.

Así nació Artesanos Bakery, ubicado sobre la calle Guillermo Nelson 1813 en el Centro de ciudad, que poco a poco se ha ido posicionando en el gusto de los locales y turistas extranjeros por su calidad en las 30 variedades de pan dulce y salado que ofrecen diariamente a sus clientes.

Para Rubén, de 39 años de edad y 12 como panadero, su propuesta de valor se basa en un producto de alta calidad elaborado con ingredientes naturales y de temporada, lo cual se traduce en un pan con nutrientes que es accesible en cuanto al costo.

Destaca que en lo artesanal se usan procesos especiales donde no tienen cabida los conservadores, mejorantes, ni saborizantes artificiales, lo que da como resultado un pan más digestivo, de sabor único, textura singular y con una vida más larga.

Gabriela, contadora de profesión y encargada de la parte financiera de costos e inventarios, relata que en 2019 empezaron a hornear en su casa pan de elote, plátano y zanahoria, y los vendían con la familia, amigos y conocidos, pero los pedidos empezaron a crecer y ya no tenían el espacio adecuado.

Rubén Torres es un apasionado de la panadería. Foto: Rolando Salazar │ El Sol de Mazatlán

Lee También: Mandan a la corporación Ángeles Verdes a sus casas

Fue en noviembre cuando empezaron con la panadería, que ha sido muy bien aceptada por los clientes, a quienes les ha gustado mucho el producto que ofrecen y son recomendados con la publicidad que mejor funciona, la de boca en boca.

Teníamos dos hornos caseros chiquitos, ahí sacábamos todo el pan y fue cuando dijimos que si seguíamos trabajando cada quien en lo suyo o damos ese paso tan grande para nosotros, que era la panadería. Entonces se nos presentó esa oportunidad, la señora de este local nos lo prestó unos meses, para iniciar, fue una gran ayuda.

Torres Márquez

Para el joven, este oficio requiere de mucha pasión y dedicación, ya que todos los días su jornada empieza a las 3:00 de la mañana, cuando prepara cada una de las masas para los diferentes productos que elabora.

Elaborar cada una de las piezas es un arte, pues empiezas a crear desde que mezclas la harina, mantequilla, huevos y el resto de los ingredientes, yo creo que es ganas, entusiasmo y pasión, si tengo todo eso, siempre van a salir bien hechas las cosas, y con la disciplina que tengo, siempre llevo un control para que sea la receta indicada, eso es lo que nos hace diferentes de los demás.

Torres Márquez

Revela que su gusto por la panadería viene de que en su familia hay varios cocineros, y fue así como decidió entrar a un curso de repostería. A raíz de eso, entró a trabajar en un restaurante, después en una panadería, luego en otro restaurante, pero siempre en esa área.

Lee Aquí:Muere una de las estrellas del show de lobos marinos

Admite que el soltar un trabajo con un sueldo seguro y arriesgarse en un negocio que no sabe si va a funcionar, fue un paso muy difícil, afortunadamente hoy puede decir que no se arrepiente y que lo cuida como un “bebé”, lo lleva de la mano, para que dé sus primero pasos, hasta que poco a poco empiece a crecer.

El proyecto lo iniciaron sin dinero, con tres personas preparando 50 piezas al día con 10 variedades, pero en muy poco tiempo ha crecido, ya son siete trabajadores, todos familia, y elaboran hasta 600 piezas con 30 variedades de pan dulce y cinco de salados.

A pesar de la difícil situación por la que atraviesa el puerto en la actualidad, con el tema del coronavirus, en los siguientes años se visualizan con dos sucursales, con la misma calidad, entrega y buen servicio.

Admiten que sí les da temor que esta contingencia sanitaria pueda terminar con sus sueños e ilusiones, pero aseguran que lucharán hasta el final.

Mientras no nos cierren todo se afronta con trabajo, y yo creo que la gente va a seguir viniendo, así sea la mitad de la clientela que tengamos, seguimos trabajando, esto no se acaba hasta que se acaba.

Torres Márquez

Comparte que una de las satisfacciones que hasta el momento ha tenido es recibir buenos comentarios de la gente que llega al lugar, atraído por el olor, pero sobre todo ver las expresiones de las personas al momento de comerse el pan.

Puedes leer:Cae ocupación hotelera en el puerto

En Artesano Bakery se puede encontrar una gran variedad de pan, que va desde roles de canela, glaseados, croissant, strudel de manzana con canela, scones de almendra y arándanos, plátano con nuez y chocolate, chocolatín, bisquets, pan de elote, plátano, zanahoria, budín, muffins, así como pan blanco, multigrano, entre otros, con un horario de 7:30 a 17:00 horas, excepto los domingos.

Cuando Gaby y Rubén decidieron emprender Artesanos Bakery, tenían claro que más que propietarios de un comercio serían los anfitriones de un espacio de culto al pan de calidad, libre de conservadores, mejorantes y saborizantes artificiales, un pan que realmente nutre a los mazatlecos.

DATOS

30 variedades de pan dulce y salado ofrecen

12 años como panadero tiene Rubén Torres

600 piezas de pan elaboran al día.

TODO NATURAL

En el proceso artesanal se usan procesos especiales donde no tienen cabida los conservadores, mejorantes, ni saborizantes artificiales, lo que da como resultado un pan más digestivo, de sabor único, textura singular y con una vida más larga.


Lee más aquí

Mazatlán, Sin.- Las tradicionales cafeterías han experimentado en los últimos años una interesante evolución, fusionándose con conceptos de panadería artesanal. Ya no se trata solamente de un local con mesas y sillas, la tendencia ahora es montar un espacio en el que se puedan ofrecer diferentes opciones a los clientes, degustación, compra y consumo.

Con el paso del tiempo, los procesos se adecuaron a la industrialización, pero ante las nuevas corrientes alimenticias y la mayor información de los consumidores, el retorno al pan artesanal poco a poco se ha vuelto la moda.

Fanáticos del café y pan, hace unos años Rubén Torres y su esposa Gabriela Márquez tuvieron la inquietud de dejar sus empleos e independizarse para abrir su propio negocio de panadería, pero esto fue en San Miguel de Allende, Guanajuato, donde les fue bien, aprendieron mucho, pero después de dos años regresaron a su tierra, con su familia.

Al establecerse nuevamente en Mazatlán, el joven matrimonio empezó a trabajar cada quien en lo suyo, hasta que tiempo después “el gusanito” de volver a intentarlo les regresó, pero aquí empezaron de la nada, de cero.

Así nació Artesanos Bakery, ubicado sobre la calle Guillermo Nelson 1813 en el Centro de ciudad, que poco a poco se ha ido posicionando en el gusto de los locales y turistas extranjeros por su calidad en las 30 variedades de pan dulce y salado que ofrecen diariamente a sus clientes.

Para Rubén, de 39 años de edad y 12 como panadero, su propuesta de valor se basa en un producto de alta calidad elaborado con ingredientes naturales y de temporada, lo cual se traduce en un pan con nutrientes que es accesible en cuanto al costo.

Destaca que en lo artesanal se usan procesos especiales donde no tienen cabida los conservadores, mejorantes, ni saborizantes artificiales, lo que da como resultado un pan más digestivo, de sabor único, textura singular y con una vida más larga.

Gabriela, contadora de profesión y encargada de la parte financiera de costos e inventarios, relata que en 2019 empezaron a hornear en su casa pan de elote, plátano y zanahoria, y los vendían con la familia, amigos y conocidos, pero los pedidos empezaron a crecer y ya no tenían el espacio adecuado.

Rubén Torres es un apasionado de la panadería. Foto: Rolando Salazar │ El Sol de Mazatlán

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Fue en noviembre cuando empezaron con la panadería, que ha sido muy bien aceptada por los clientes, a quienes les ha gustado mucho el producto que ofrecen y son recomendados con la publicidad que mejor funciona, la de boca en boca.

Teníamos dos hornos caseros chiquitos, ahí sacábamos todo el pan y fue cuando dijimos que si seguíamos trabajando cada quien en lo suyo o damos ese paso tan grande para nosotros, que era la panadería. Entonces se nos presentó esa oportunidad, la señora de este local nos lo prestó unos meses, para iniciar, fue una gran ayuda.

Torres Márquez

Para el joven, este oficio requiere de mucha pasión y dedicación, ya que todos los días su jornada empieza a las 3:00 de la mañana, cuando prepara cada una de las masas para los diferentes productos que elabora.

Elaborar cada una de las piezas es un arte, pues empiezas a crear desde que mezclas la harina, mantequilla, huevos y el resto de los ingredientes, yo creo que es ganas, entusiasmo y pasión, si tengo todo eso, siempre van a salir bien hechas las cosas, y con la disciplina que tengo, siempre llevo un control para que sea la receta indicada, eso es lo que nos hace diferentes de los demás.

Torres Márquez

Revela que su gusto por la panadería viene de que en su familia hay varios cocineros, y fue así como decidió entrar a un curso de repostería. A raíz de eso, entró a trabajar en un restaurante, después en una panadería, luego en otro restaurante, pero siempre en esa área.

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Admite que el soltar un trabajo con un sueldo seguro y arriesgarse en un negocio que no sabe si va a funcionar, fue un paso muy difícil, afortunadamente hoy puede decir que no se arrepiente y que lo cuida como un “bebé”, lo lleva de la mano, para que dé sus primero pasos, hasta que poco a poco empiece a crecer.

El proyecto lo iniciaron sin dinero, con tres personas preparando 50 piezas al día con 10 variedades, pero en muy poco tiempo ha crecido, ya son siete trabajadores, todos familia, y elaboran hasta 600 piezas con 30 variedades de pan dulce y cinco de salados.

A pesar de la difícil situación por la que atraviesa el puerto en la actualidad, con el tema del coronavirus, en los siguientes años se visualizan con dos sucursales, con la misma calidad, entrega y buen servicio.

Admiten que sí les da temor que esta contingencia sanitaria pueda terminar con sus sueños e ilusiones, pero aseguran que lucharán hasta el final.

Mientras no nos cierren todo se afronta con trabajo, y yo creo que la gente va a seguir viniendo, así sea la mitad de la clientela que tengamos, seguimos trabajando, esto no se acaba hasta que se acaba.

Torres Márquez

Comparte que una de las satisfacciones que hasta el momento ha tenido es recibir buenos comentarios de la gente que llega al lugar, atraído por el olor, pero sobre todo ver las expresiones de las personas al momento de comerse el pan.

Puedes leer:Cae ocupación hotelera en el puerto

En Artesano Bakery se puede encontrar una gran variedad de pan, que va desde roles de canela, glaseados, croissant, strudel de manzana con canela, scones de almendra y arándanos, plátano con nuez y chocolate, chocolatín, bisquets, pan de elote, plátano, zanahoria, budín, muffins, así como pan blanco, multigrano, entre otros, con un horario de 7:30 a 17:00 horas, excepto los domingos.

Cuando Gaby y Rubén decidieron emprender Artesanos Bakery, tenían claro que más que propietarios de un comercio serían los anfitriones de un espacio de culto al pan de calidad, libre de conservadores, mejorantes y saborizantes artificiales, un pan que realmente nutre a los mazatlecos.

DATOS

30 variedades de pan dulce y salado ofrecen

12 años como panadero tiene Rubén Torres

600 piezas de pan elaboran al día.

TODO NATURAL

En el proceso artesanal se usan procesos especiales donde no tienen cabida los conservadores, mejorantes, ni saborizantes artificiales, lo que da como resultado un pan más digestivo, de sabor único, textura singular y con una vida más larga.


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