Mazatlán, Sin.- Desde el mes de diciembre y hasta los meses de mayo y junio, la bahía de Mazatlán recibe la visita de los lobos marinos californianos.
El director del Acuario Mazatlán, Pablo Gerardo Rojas Zepeda, aseguró que su estancia en el Pacífico mexicano es parte de un ciclo de alimentación y reproducción, después regresan a aguas más templadas. Se distribuyen por todo Sinaloa, la península de Baja California y en California, Estados Unidos.
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"Ahora en diciembre inició la temporada de avistamiento de lobos marinos y se sigue esto hasta que empiece a subir la temperatura del mar, por ahí de mayo o junio ya se empiezan a retirar. Es parte de un clico de alimentación y reproducción que ellos tienen y después regresan a aguas más templadas", señaló.
Comentó que es difícil cuantificarlos, pues no están marcados y es muy variable el número de ejemplares que se pueden observar de un día a otro, ya que algunos suben a tomar sol a la superficie y otros se mantienen nadando o cazando, pero que son más de 10 organismos los que conforman la colonia.
"Son poblaciones que van migrando conforme van encontrando su alimento y terminan sus periodos de reproducción, siguen nadando en esa distribución geográfica ya mencionada", comentó.
Entre sus características está la de ser un organismo muy amistoso, que no rehúyen del contacto humano: sin embargo, en ocasiones esto los ha hecho más vulnerables, porque algunas personas se acercan con la intención de lastimarlos.
Al estar en constante contacto con el humano pierden el miedo y no perciben el peligro
Rojas Zepeda
En Mazatlán, durante la temporada de avistamiento, para las embarcaciones turísticas los ejemplares que descansan sobre las rocas son el principal atractivo de su paseo por la bahía. No obstante, al acercarse demasiado, la música y el uso de altavoces, invaden su hábitat natural y generan hostigamiento.
Rojas Zepeda indicó que tratándose de animales silvestres todos los organismos están protegidos por las leyes federales, que no permiten el hostigamiento ni acercarse mucho a los ejemplares, pues eso los podría incomodar y alterar.
Además de que tampoco es muy recomendado que las embarcaciones se acerquen mucho a las piedras, ya que son lugares que pueden poner en peligro a la tripulación.
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