Mazatlán, Sin.- Hace cuatro años, Fernando Manjarrez y Maritza Eliseo, jóvenes comprometidos con el cuidado y la conservación del medio ambiente, decidieron impulsar, a iniciativa propia, Interacción Luciérnaga, un proyecto educativo de corte naturalista y artístico, con el objetivo de fomentar una cultura de protección de la flora y fauna de la región en niños, adolescentes y jóvenes.
Desde entonces han impartido talleres al aire libre, pláticas y acciones de reforestación y cuidado de la flora en colonias y comunidades de Mazatlán.
Al programa se sumaron los jóvenes Juan Patrón, Jordan Jahaziel, Kelvin Pinzón, Denisse Manjarrez, Karen Medina, Michelle Cisneros y Stefany Millán, y se crearon proyectos hermanos, entre ellos Seres Cósmicos y el grupo El Gran Árbol, en los que imparten pláticas y talleres a grupos de 10 a 20 niños en colonias como Vistas del Mar, La Alborada, Jacarandas y la comunidad de La Amapa.
Fernando tiene 27 años de edad, estudió biología acuícola y sociología, mientras que Maritza, de 22 años, cursó la carrera de Trabajo Social, juntos ahora promueven este proyecto educativo, sin recursos ni apoyos gubernamentales, salvo aportaciones ciudadanas con las que organizan convivios y festejos entre sus seguidores y asistentes.
“Lo que hacemos es que en las comunidades y las colonias impartimos talleres para sensibilizar, concientizar e informar sobre la importancia y los beneficios de la naturaleza, pero también que los niños tengan una experiencia fascinante para que le provoque en su conciencia mucha relevancia y, por ende, ellos hacen acciones de protección, cuidado y reforestación, o sea, ir más allá”, expresó Fernando.
Aclara que no nomás es impartir pláticas a los niños, sino que el proceso incluye sembrar la semilla, plantar los árboles que al crecer producirá mucha fauna; se trata, agregó, de actos pequeños que pueden crear bosques.
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A los asistentes se les informa de todas las especies de la flora propia de la región, como la amapa, el guayacán y el huanacaxtle, pero también se propicia el contacto con ellas.
“Si se tiene contacto se tiene apreciación, si se tiene apreciación, se cuida, incluso se vuelven agentes de información y agentes transformadores, en los talleres, sus ideas son como una semilla que florece, que da fruto y que es en beneficio para todos”, apuntó.
Entre las pláticas, los niños pintan su entorno y su medio ambiente, escriben poemas y canciones alusivas a la naturaleza.
“Estamos en proceso de sembrar Huanacaxtle en La Alborada, vamos hacer una actividad, la más reciente fue agarrar la vaina, sacar la semilla, mientras se desenvaina y se lija, estamos pintando, estamos haciendo canto para el árbol de Huanacaxtle, este domingo vamos a ir para sembrarlo esperamos tener también vaina de amapa”, indicó.
ABIERTO A LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
El grupo de Interacción Luciérnaga está abierto para todo joven y ciudadano que quiera participar en este proyecto educativo, incluso a propuestas e iniciativas que busquen preservar y prometer la flora y fauna de la región.
Fernando comenta que tras la convocatoria de ecologistas, ambientalistas y vecinos del fraccionamiento Jacarandas para defender un Ficus de 50 años de antigüedad que era amenazado con ser derribado por las obras de revestimiento del arroyo Jabalines, ellos se sumaron a la protección del mismo.
“Mandaron un comunicado para manifestarse en contra de la tala de árboles y al día siguiente acudimos al Gran Árbol, cada quien dio su opinión, como propuesta Maritza y un servidor, fue que lo cuidáramos a través de eventos culturales y artísticos cada sábado y ahí nació el proyecto naturalista el Gran Árbol, un proyecto de blindaje, pero fue evolucionando, hablamos con niños y jóvenes, se dejó la semilla y se sembraron árboles”.
En ese lugar, bajo la sombra del Ficus, se hicieron más de 20 eventos los días sábado, uno por semana, con grupos de 10 hasta 25 niños, como evidencia de este trabajo surgió el grupo que ahora se llama El Gran Árbol, a cargo de Vania Rodríguez.
Como parte de los trabajos, se plantaron 300 árboles donados por la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Sinaloa, de los cuales 120 estuvieron a cargo de Interacción Luciérnaga.
A la par se ha trabajado en colonias y comunidades. En Vistas del Mar, se tiene un grupo de cuando menos 10 niños, otro más en La Alborada y en el poblado La Amapa, donde se reúnen hasta 20 niños en los trabajos de reforestación y talleres educativos y artísticos.
LA SEMILLA DE LA CULTURA
Manjarrez Peña refiere que dentro de la agenda de Interacción Luciérnaga se encuentra visitar Paco’s Reserva de Flora y Fauna, una reserva natural de la Selva Baja Caducifolia que se ubica al norte de la ciudad de Mazatlán, con 38 años de consumación, la cual alberga a 2 mil 500 especies silvestres y se ha convertido en un santuario de más de 61 especies de animales y plantas catalogadas en riesgo por normas mexicanas e internacionales.
Asimismo, se tiene planeado acudir con estos grupos al Bosque Botánico de Culiacán, para lo cual se está gestionando el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Sustentable.
Este 22 de mayo, Día de la Biodiversidad, realizarán un evento artístico a un costado del estero de El Infiernillo, sobre la avenida Circunvalación, donde repartirán volantes a favor de la protección de los manglares y tendrán 7 invitados que participarán en el programa.
Las nuevas generaciones, añade, tienen que saber que los manglares proporcionan importantes beneficios a la sociedad, desde económicos, sociales y ambientales. Son un aliado importante en la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global.
Tienen la capacidad de captar bióxido de carbono de la atmósfera hasta cinco veces más que los bosques regulares, los cuales son almacenados de forma de carbono en sus hojas, tronco, raíces y suelo, con lo que contrarrestan el cambio climático y sus efectos.
Este y más conocimiento es el que se comparte a los niños, adolescentes y jóvenes que asisten a los talleres y pláticas, en contacto con la naturaleza.
“Estamos informando a los niños la importancia de todas las especies de la flora, que conozcan las plantas y árboles regionales, las amapas, las guayacanes y los huanacaxtles, si se tiene contacto, se tiene apreciación y se tiene cuidado. Hay que llevar la semilla de la cultura, la semilla de la educación, la semilla de la sensibilidad y de la reforestación”, concluyó.
CIFRA
4 años de trabajo con grupos de niños, adolescentes y jóvenes lleva Interacción Luciérnaga, en colonias y comunidades de Mazatlán.
SEMBRANDO LA SEMILLA
Jóvenes que participan en Interacción Luciérnaga han fomentado y apoyado la creación de otros proyectos como son Seres Cósmicos y El Gran Árbol.
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