/ sábado 13 de junio de 2020

Jorge Alberto es taxista en una ciudad vacía

Cuando apenas superaban el golpe económico que representó para el gremio la proliferación de las plataformas digitales, el mazatleco y sus compañeros luchan ahora contra el Covid-19

Mazatlán, Sin.- A finales de los años 90’s, cuando Jorge Alberto Patrón comenzó con su taxi, el negocio vivía su mejor época, sin tanta competencia, le alcanzaba para tener una buena vida y darse algunos lujos, pero desde hace tres años las cosas cambiaron, primero con la llegada de las plataformas digitales, y ahora con el Covid-19. Con las calles semivacías y las restricciones en el traslado de pasaje, las horas se vuelven eternas en el sitio de transporte público, donde espera con ansias que suene el radio comunicador para solicitar de sus servicios.

Sobre la avenida Miguel Alemán, a escasos 15 metros de la terminal de camiones, ahí espera paciente Jorge Alberto. Arriba de su ecotaxi verde, el experimentado chofer se arma de paciencia, a veces pasan hasta tres horas para que le salga un cliente, mientras, no le queda de otra que sumergirse en el mundo de las redes sociales o ponerse a hablar por teléfono.

De repente, por el radio receptor le comunican que hay un servicio por la calle Miramar, en la colonia Centro, que de inmediato acepta y presuroso se dispone a acudir al llamado. Sonriente, dice que es su primer traslado del día.

Mientras se dirige al punto, recuerda que desde hace 31 años forma parte del servicio de transporte público del municipio, que actualmente cuenta con un parque vehicular de 4 mil 500 unidades.

Fue a través de su papá como se hizo trabajador del volante, ya que él fue permisionario y tuvo su propio taxi, labor que años más tarde le heredó.

Por él fue que yo ingresé aquí a los taxis, y este que traigo es mío, pero en ese entonces que comencé a trabajar, lo hice con mi papá, él me dio la oportunidad de aprender este bonito oficio Jorge Alberto Patrón

El gremio de taxistas es de los más "golpeados" en esta pandemia. Foto: José Luis Rodríguez │ El Sol de Mazatlán

Todavía a finales de los años 90’s, tiempo en el que empezó en la “ruleteada”, había trabajo para todos; en ese entonces sólo existían tres organismos que ofrecían la transportación de alquiler: pulmonías, aurigas y taxis, que cubrían perfectamente la demanda, tanto de locales como de turistas nacionales y extranjeros, en tiempo de vacaciones.

"Hoy en día hay nuevas modalidades en los servicios de traslados mediante las llamadas 'plataformas', eso ha hecho que baje el trabajo para los choferes, que por las calles y avenidas buscan al cliente. Mazatlán no es una ciudad tan grande para tanto servicio de transporte que hay en la actualidad, así que la rebanada del pastel es cada vez más chica para uno, y ahora con el coronavirus la situación es crítica", dijo Jorge Alberto Patrón.

Jorge Alberto dice convencido que en el tiempo que lleva de taxista, no había sufrido una crisis económica como la que se vive actualmente por la contingencia sanitaria.

"El escaso trabajo que se ha presentado en poco más de 90 días, ha hecho que tenga que ampliar el horario del servicio, que es de las 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche, cuando antes podía desocuparme un poco más temprano" dijo.

En 12 horas, mínimamente registra un promedio de seis pasajes y un máximo de siete, cantidad que es inferior en más del 50 por ciento a la que registraba antes de que apareciera la pandemia.

Todos los días trabajo las 12 horas, no hay descanso, y pues está muy difícil la situación, porque lo que estoy sacando sólo es para comer, para mantener a mi familia, somos cinco bocas las que comemos de este taxi Jorge Alberto Patrón

Las pocas ganancias que generan los viajes que realiza, las cuales ascienden a los 80 pesos cuando mucho al día, no dan para más, por lo que tuvo que ajustar los pagos de algunas deudas.

Dice que la agencia automotriz que le vendió el automóvil no le cobra las mensualidades actualmente, pues le dieron una prórroga de tres meses por la emergencia sanitaria, pero ya que pase ese tiempo, si la situación no mejora, no sabe cómo le hará.

Foto: Archivo | El Sol de Mazatlán

Te puede interesar: Baja afluencia en transporte público no frena labores de inspección

Afortunadamente el vehículo que conduce es modelo 2019 y no gasta mucho combustible. Lo poco que sale de “las idas y venidas” está destinado para el “chivo” de su casa, así como para el pago de combustible que utiliza para moverse en el transcurso del día.

La difícil situación que enfrenta la ciudadanía, principalmente los usuarios del transporte público, ha hecho que sea consciente al momento de realizar un cobro por traslado.

"Sabemos la situación, un pasaje que es de 50 pesos, pues vemos a los clientes, platicamos y llegamos a un acuerdo donde el pago de 40 pesos son muy buenos hoy en día. El sufrimiento que hay en México es parejo, por lo que todos tenemos que estar unidos, apoyándonos los unos a los otros, para salir adelante de este problema que ha afectado, sobre todo a los que menos tienen" comentó.

A escasos metros de llegar al lugar donde lo llamaron, Jorge Alberto dice que en los 31 años de taxista le han pasado un sin número de anécdotas, algunas malas y otras buenas.

Foto: Archivo | El Sol de Mazatlán

Durante esta cuarentena le tocó transportar a un joven a la altura de una dulcería que se encuentra en el fraccionamiento Villa Florida, el cual le pidió que lo llevara a otro negocio similar.

En el camino no pudo faltar la plática sobre el Covid-19, así como los daños que ha ocasionado en todo el mundo, pero el cliente, muy seguro de sí mismo, le dijo que pronto saldrán adelante.

"Luego de cobrar 50 pesos por el traslado, el pasajero me dio 120 pesos, al principio me negué a recibirlo, pero insistió tanto que no me quedó de otra, comprendí que en estos momentos todos nos tenemos que echar la mano" dijo.

Al llegar a su destino, Jorge Alberto sólo dijo que espera que los seres humanos puedan vencer a esta pandemia, añora regresar a los días en los que andaba en su taxi de un lado para otro, sin cubrebocas, caretas, ni guantes. En la nueva normalidad, dice resignado, las cosas cambiarán mucho para él y sus compañeros taxistas.








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Mazatlán, Sin.- A finales de los años 90’s, cuando Jorge Alberto Patrón comenzó con su taxi, el negocio vivía su mejor época, sin tanta competencia, le alcanzaba para tener una buena vida y darse algunos lujos, pero desde hace tres años las cosas cambiaron, primero con la llegada de las plataformas digitales, y ahora con el Covid-19. Con las calles semivacías y las restricciones en el traslado de pasaje, las horas se vuelven eternas en el sitio de transporte público, donde espera con ansias que suene el radio comunicador para solicitar de sus servicios.

Sobre la avenida Miguel Alemán, a escasos 15 metros de la terminal de camiones, ahí espera paciente Jorge Alberto. Arriba de su ecotaxi verde, el experimentado chofer se arma de paciencia, a veces pasan hasta tres horas para que le salga un cliente, mientras, no le queda de otra que sumergirse en el mundo de las redes sociales o ponerse a hablar por teléfono.

De repente, por el radio receptor le comunican que hay un servicio por la calle Miramar, en la colonia Centro, que de inmediato acepta y presuroso se dispone a acudir al llamado. Sonriente, dice que es su primer traslado del día.

Mientras se dirige al punto, recuerda que desde hace 31 años forma parte del servicio de transporte público del municipio, que actualmente cuenta con un parque vehicular de 4 mil 500 unidades.

Fue a través de su papá como se hizo trabajador del volante, ya que él fue permisionario y tuvo su propio taxi, labor que años más tarde le heredó.

Por él fue que yo ingresé aquí a los taxis, y este que traigo es mío, pero en ese entonces que comencé a trabajar, lo hice con mi papá, él me dio la oportunidad de aprender este bonito oficio Jorge Alberto Patrón

El gremio de taxistas es de los más "golpeados" en esta pandemia. Foto: José Luis Rodríguez │ El Sol de Mazatlán

Todavía a finales de los años 90’s, tiempo en el que empezó en la “ruleteada”, había trabajo para todos; en ese entonces sólo existían tres organismos que ofrecían la transportación de alquiler: pulmonías, aurigas y taxis, que cubrían perfectamente la demanda, tanto de locales como de turistas nacionales y extranjeros, en tiempo de vacaciones.

"Hoy en día hay nuevas modalidades en los servicios de traslados mediante las llamadas 'plataformas', eso ha hecho que baje el trabajo para los choferes, que por las calles y avenidas buscan al cliente. Mazatlán no es una ciudad tan grande para tanto servicio de transporte que hay en la actualidad, así que la rebanada del pastel es cada vez más chica para uno, y ahora con el coronavirus la situación es crítica", dijo Jorge Alberto Patrón.

Jorge Alberto dice convencido que en el tiempo que lleva de taxista, no había sufrido una crisis económica como la que se vive actualmente por la contingencia sanitaria.

"El escaso trabajo que se ha presentado en poco más de 90 días, ha hecho que tenga que ampliar el horario del servicio, que es de las 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche, cuando antes podía desocuparme un poco más temprano" dijo.

En 12 horas, mínimamente registra un promedio de seis pasajes y un máximo de siete, cantidad que es inferior en más del 50 por ciento a la que registraba antes de que apareciera la pandemia.

Todos los días trabajo las 12 horas, no hay descanso, y pues está muy difícil la situación, porque lo que estoy sacando sólo es para comer, para mantener a mi familia, somos cinco bocas las que comemos de este taxi Jorge Alberto Patrón

Las pocas ganancias que generan los viajes que realiza, las cuales ascienden a los 80 pesos cuando mucho al día, no dan para más, por lo que tuvo que ajustar los pagos de algunas deudas.

Dice que la agencia automotriz que le vendió el automóvil no le cobra las mensualidades actualmente, pues le dieron una prórroga de tres meses por la emergencia sanitaria, pero ya que pase ese tiempo, si la situación no mejora, no sabe cómo le hará.

Foto: Archivo | El Sol de Mazatlán

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Afortunadamente el vehículo que conduce es modelo 2019 y no gasta mucho combustible. Lo poco que sale de “las idas y venidas” está destinado para el “chivo” de su casa, así como para el pago de combustible que utiliza para moverse en el transcurso del día.

La difícil situación que enfrenta la ciudadanía, principalmente los usuarios del transporte público, ha hecho que sea consciente al momento de realizar un cobro por traslado.

"Sabemos la situación, un pasaje que es de 50 pesos, pues vemos a los clientes, platicamos y llegamos a un acuerdo donde el pago de 40 pesos son muy buenos hoy en día. El sufrimiento que hay en México es parejo, por lo que todos tenemos que estar unidos, apoyándonos los unos a los otros, para salir adelante de este problema que ha afectado, sobre todo a los que menos tienen" comentó.

A escasos metros de llegar al lugar donde lo llamaron, Jorge Alberto dice que en los 31 años de taxista le han pasado un sin número de anécdotas, algunas malas y otras buenas.

Foto: Archivo | El Sol de Mazatlán

Durante esta cuarentena le tocó transportar a un joven a la altura de una dulcería que se encuentra en el fraccionamiento Villa Florida, el cual le pidió que lo llevara a otro negocio similar.

En el camino no pudo faltar la plática sobre el Covid-19, así como los daños que ha ocasionado en todo el mundo, pero el cliente, muy seguro de sí mismo, le dijo que pronto saldrán adelante.

"Luego de cobrar 50 pesos por el traslado, el pasajero me dio 120 pesos, al principio me negué a recibirlo, pero insistió tanto que no me quedó de otra, comprendí que en estos momentos todos nos tenemos que echar la mano" dijo.

Al llegar a su destino, Jorge Alberto sólo dijo que espera que los seres humanos puedan vencer a esta pandemia, añora regresar a los días en los que andaba en su taxi de un lado para otro, sin cubrebocas, caretas, ni guantes. En la nueva normalidad, dice resignado, las cosas cambiarán mucho para él y sus compañeros taxistas.








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