Mazatlán, Sin. - Trabajar casi toda la vida en un mismo lugar puede resultar monótono, pero para María de Jesús Loaiza Morales, originaria de El Verde, Concordia, ha sido de lo más gratificante.
A los 13 años de edad, empezó a trabajar en cremería Número Uno, de Román Peraza, en el mercado municipal José María Pino Suárez, donde estuvo por 15 años.
No dudó ni un segundo, aquel día de 1975, en dejar atrás su primer trabajo donde aprendió el oficio, para irse a otro negocio del mismo giro, pero propiedad de su hermano.
Años más tarde adquirió la Cremería Bernal, ubicada en el interior del mercado municipal Miguel Hidalgo, en la colonia Benito Juárez, la que sería su casa durante los 40 años siguientes.
El mercado ha sido mi casa, y no sólo porque paso casi todo el día aquí, sino por la muy buena camaradería con los clientes, proveedores y mis compañeras que ya tienen 30 y 15 años aquí, ellas también me han aguantado
María de Jesús Loaiza Morales
No hace falta más que un par de minutos para apreciar la fascinación que siente Chuyita, ya a sus 73 años, por su trabajo, nunca se casó ni trabajó en otra cosas que no fuera esto. Y no le pesa, ni se arrepiente.
Muy a gusto, disfruto mucho mi trabajo, me gusta, estoy como el primer día. No me casé, he dedicado toda mi vida al trabajo y me ha gustado mucho, estudié y todo, pero nunca trabajé en mi carrera, y no me arrepiento, siempre he estado contenta con este trabajo porque estoy con la familia
María de Jesús Loaiza Morales
Chuyita sigue firme en el mercado donde ha vivido momentos inolvidables, y también le ha dado la posibilidad de conocer gente de todo tipo.
Dice que este oficio es sacrificado, pero apasionante, cada cliente es una nueva aventura, diariamente sabe que ha sido privilegiada por comenzar tan joven y seguir aquí después de tantos años.
Estamos mucho tiempo de pie y se madruga mucho, me levanto diario a las 4:00 de la mañana, cuando estaba joven tenía más energía, ya ahorita no es igual, con los años se va acabando, pero aquí estamos, mientras Dios me lo permita seguiremos, cuando ya no pueda, ni modo, me iré a descansar
María de Jesús Loaiza Morales
Señala que en estos 40 años, la cremería Bernal le ha dejado una gran enseñanza, no sólo en el contacto con los clientes, sino por el aprendizaje continuo.
Indica que tiene clientes de muchos años, que llegan con sus nietos y bisnietos, personas amables y otras no tanto, pero son atendidos de la mejor forma en busca de que siempre queden conformes.
El tratar con la gente no es fácil, hay carácteres diferentes, mal modo, groseros, pero ni modo, siempre hay que darle la razón al cliente, sobrellevar a la gente, yo aquí les digo: al cliente no le den la contra, para que se vaya conforme
María de Jesús Loaiza Morales
Admite que las ventas en las cremerías ya no son las mismas de antes, los centros comerciales y las tiendas de conveniencia las han desplazado.
Ahorita está difícil porque hay mucha competencia, no es como antes, la gente se va donde esté más barato, y con la difícil situación económica la gente busca donde se pueda ahorrar, aunque sea un cinquito
María de Jesús Loaiza Morales
Ella no tiene la energía ni el ímpetu de los jóvenes de ahora, muchos de ellos desempleados por no encontrar “confort” en sus empleos, pero ella sí posee la experiencia, el carácter y la fuerza necesarias para mantenerse competitiva en el mundo laboral.
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Así como dice el dicho, ‘A juventud ociosa… vejez trabajosa’, doña Chuyita no pierde el tiempo, todos los días entrega el 100 por ciento en la Cremería Bernal, donde espera estar por muchos años más.
Dato
73 años tiene doña Chuyita.
13 años tenía cuando empezó a trabajar.
60 años en el mundo laboral.
45 años lleva en Cremería Bernal, en el mercado de la Juárez.
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